Sin solución al olor pese a las promesas
Los hedores vuelven a tomar el centro de la ciudad de Tarija
La Cooperativa de Agua y Alcantarillado de Tarija mira para otro lado mientras que la imagen de Tarija se deteriora. Los hedores se hacen insoportables para los vecinos y comerciantes de la zona
Es invierno, uno de los inviernos más duros que se recuerda, pero ni bien han empezado a subir las temperaturas los hedores han vuelto a apoderarse de las esquinas de todo el centro de la ciudad de Tarija.
Prácticamente no hay alcantarilla que se salve desde la avenida Potosí/calle Cochabamba hasta la avenida de Las Américas y entre la plaza Uriondo y la quebrada de Juan XXIII. Demasiadas cuadras con unos 30.000 vecinos en sus calles que a diario deben padecer los hedores, y eso que “esto no ha hecho más que comenzar”, advierten a este diario vecinos del lugar.
Hay zonas peores y otras más moderadas, ninguna está libre del flagelo del mal olor. Una de las más críticas son las calles circundantes a la exCodetar, frente a la Universidad Juan Misael Saracho, que cuenta con varios edificios residenciales de nueva construcción y otras viviendas. La calle Eulogio Ruíz y las intersecciones con la avenida La Paz son especialmente olorosas, lo que ya ha ahuyentado a varias vendedoras de empanadas.
También es crítica la zona del mercado Negro y las bocacalles en la calle Domingo Paz, particularmente la Colón y la Méndez. Nauseabundos olores que se mezclan con el tráfico vehicular y que han convertido el punto en uno de los más deprimidos.
Colección de excusas de Cosaalt
Desde la Cooperativa de Agua y Alcantarillado de Tarija (Cosaalt) se han ensayado diferentes excusas para justificar el mal olor de las cloacas, que esencialmente tiene que ver con el sistema de vertidos pluviales. Son estas cloacas las que desprenden los malos olores a través de las bocatormentas.
A medida que avance el calor y no lleguen las lluvias, los olores crecerán y los comerciantes de la zona, o los vecinos, procederán a tapar los mismos con cartones o gomas, lo que después, cuando llegan las lluvias, suelen generar otros problemas de inundaciones.
Tanto Cosaalt como la secretaría de Medio Ambiente en la gestión de Rodrigo Paz se dedicaron a culpar a los vecinos por tirar los desperdicios a la vía pública, lo que en su criterio sería responsable de generar los olores. Paz adquirió algunos vehículos para proceder a limpiar las alcantarillas, sin embargo, esta operación no ha hecho remitir los malos olores.
Ante la insistencia, Medio Ambiente señaló que crearía una especie de censo para mapear los lugares que desprenden hedores y verificar que los diferentes desagües estén bien conectados.
Cosaalt, que es el responsable de estas infraestructuras, directamente no ha planteado ningún plan que permita actualizar estas infraestructuras que perjudican la imagen de la ciudad.
Sospechas de corrupción
La sospecha más extendida, con algunos casos documentados por este medio, es que existen nuevas construcciones o ampliaciones de viviendas antiguas, que han conectado su sistema de aguas servidas al sistema de recojo de agua de lluvia, convirtiendo el sistema pluvial en el transporte de las aguas negras. Según expertos ingenieros, esta sería la razón por lo que los olores se sienten más con la llegada del calor y antes de que lleguen las lluvias, que hacen el proceso natural de limpieza.
Según algunas fuentes consultadas al interior de la institución, esta práctica no se debe solo a la “avivada” de algunos propietarios ni a la impericia de algunos constructores, sino que habría sido tolerada por los responsables de la Cooperativa ante las dificultades técnicas – incluida la inexistencia de las mismas - de conectar las redes de vertidos domiciliarios a las tuberías correspondientes.
Otro asunto pendiente de evaluar en la Cooperativa es el estado de las tuberías de provisión de agua, particularmente en el centro de la ciudad. Al deterioro acumulado por el paso del tiempo, ya que en algunos casos datan de más de medio siglo y nunca se han hecho mantenimientos ni renovaciones del tejido, se han sumado los efectos de la reciente ola de frío, donde se congelaron algunos tubos y pudieron causar roturas. “Cuando bajen los caudales antes de las lluvias, se podrán apreciar mejor si hubo efectos en algunas zonas de la ciudad”, señala una fuente al interior de la institución.