La tasa de letalidad sube en el departamento
Tarija supera los 100 fallecidos por Covid-19 en el mes de junio
En agosto y septiembre de 2020 se sumaron 111 decesos por Covid en el departamento, lo que se consideró como el peor periodo de la pandemia. La segunda ola está siendo más letal según los expertos



Con los cuatro fallecidos registrados el día de ayer, 22 de junio, Tarija supera los cien decesos en un solo mes y se prevé que se superen las cifras más trágicas de la pandemia, que se contabilizaron en los meses de agosto y septiembre del 2020 cuando se sumaron 111 decesos en el mes.
El mes de junio está siendo especialmente trágico, ya que, a los picos de casos detectados de finales de mayo, donde se llegó a incidencias acumuladas de 413 casos detectados por 100.000 habitantes en 14 días, le ha seguido el esperado incremento de hospitalizaciones y sus consiguientes decesos. En esto todavía no se ha llegado al pico según los cálculos de la evolución.
El primer deceso se registró el 4 de mayo de 2020, un hombre de mediana edad llegó desde Yacuiba en estado de gravedad y falleció antes de ser internado en Terapia. Ese mismo mes fallecieron dos personas más.
En junio 2020 se cuadruplicó esa cifra llegando a 12, pero en julio se sumaron 74, previo a los picos de agosto y septiembre, con 111 casos cada uno. Fue probablemente el momento más duro de la pandemia, donde el “consuelo” se encontraba en que Tarija tenía una de la tasa de letalidad más baja del país.
En octubre se registró un descenso: 67 fallecimientos diagnosticados por Covid, a lo que siguieron 30 en noviembre y 18 en diciembre. Sin embargo, en Tarija llegó una rápida segunda ola que apenas remitió ligeramente en abril: en enero 2021 fueron 49 decesos, en marzo 62, en abril 50, en mayor 75 y en junio ya llevamos 103, haciendo un total de 832.
El consuelo vuelve a ser la baja tasa de letalidad, que en general es de 2,53 fallecidos por 100 enfermos, pero que en general ha ido creciendo: A finales de 2020, con 17.136 positivos y 426 decesos, la tasa de letalidad era de 2,48%, mientras que, hasta el lunes 21 de junio, en 2021 se habían sumado 15.484 positivos y 402 decesos, lo que eleva la letalidad de ese periodo a 2,59%.
Nuevas cepas e incidencia
Los expertos, como el director del Sedes Álvaro Justiniano o el epidemiólogo Walter Santa Cruz ya han advertido de que las nuevas cepas detectadas también circulan en Tarija, no tanto por el diagnóstico de laboratorio, sino por el clínico. Este diagnóstico se resume en una mayor virulencia de la enfermedad, que alcanza a los más jóvenes y que está provocando más decesos. En ese sentido, los expertos insisten en la necesidad de mantener las medidas de bioseguridad.
La tasa de incidencia acumulada de casos Covid en Tarija sigue siendo de las más altas del mundo, pero ha dado un ligero respiro en las últimas semanas. La magnitud promedia los casos acumulados en los últimos 14 días por cien mil habitantes, lo que permite describir una evolución de la curva más coherente que la que describe la que toma en cuenta la fecha del reporte, ya que los fines de semana y los lunes se generan discrepancias.
En este sentido, Tarija departamento, hasta el viernes 18 de junio y de acuerdo a los datos del Servicio Departamental de Salud (Sedes), alcanza una incidencia acumulada de 354 casos por cien mil habitantes. La Organización Mundial de la Salud, después de un año y tres meses de pandemia, recomienda a los gobiernos empezar a tomar medidas de restricción y control de la movilidad a partir de los 50 casos de incidencia acumulada, que se considera riesgo extremo. Lo cierto es que en los principales países de Europa se ha empezado a dar por controlada la pandemia por debajo de los 150 casos de incidencia acumulada, aunque Tarija todavía está lejos de esa cifra.
La edad promedio de los decesos es baja
A nivel mundial se caracteriza el Covid-19 como una enfermedad que ataca especialmente a las personas mayores, pero se habla de mayores de 80 años. En Tarija, sin embargo, la edad media está bajando a los 62 años en promedio, lo que significa que una gran cantidad de fallecidos son jóvenes económicamente activos que han dejado familias desestructuradas. Los expertos piden no bajar la guardia, especialmente entre jóvenes con otros problemas de base.