El sector se declaró en emergencia
Contrabando y crisis por Covid dificultan la producción de uva
La Asociación Nacional de Vitivinicultores (Anavit) informó que los productores de uva se encuentran en emergencia por la crisis económica general que se incrementó a causa de la pandemia del coronavirus y el latente conflicto del contrabando de vinos y uva que ingresa al mercado local.
“El sector todos los años tenemos un conflicto con el contrabando. Nuestro país es permisible en fomentar el contrabando de todo en este caso de uva que llega de Chile y Argentina. Este año las bodegas compraron menos uvas de los productores locales, ya veníamos de una economía debilitada y se agudiza con la pandemia del coronavirus”, indicó el asesor técnico de los productores de vid, José Luis Porcel.
El presidente de Anavit, Renán Adauto; el presidente de la Cadena de Uva, Vinos y Singanis (CC-CUVS), José Sánchez Gareca y Porcel redactaron una carta dirigida a las autoridades nacionales y departamentales para dar conocimiento de la extrema situación que atraviesa el sector.
“La producción de uva en Bolivia se ha constituido en un importante generador de ingresos directos e indirectos y al mismo tiempo ha permitido posesionar a Bolivia en el contexto internacional como productor de vinos de altura, con lo que contribuye a mejorar la imagen de nuestro país”, explicaron.
“Somos conscientes que la crisis económica pos pandemia no va permitir la recuperación de las ventas de vino y singani en el mercado nacional, puesto que la prioridad de las familias se va a concentrar en contar con fuentes de trabajo para el sustento de las familias que hoy como nunca antes ve amenazada su salud. Esta situación va a afectar a la demanda de uva por parte de las bodegas a las que durante años se les ha provisto de materia prima en condiciones totalmente favorables a ellas, es decir con plazos de pago que han superado un año”, exponen en la carta.
El cultivo de uva sustenta la economía de casi 4 mil familias que dependen directamente de él y unas 10 mil más que dependen en forma indirecta en todo el país. Sin embargo, la crisis económica en la que se ve sumergida la economía boliviana y la tarijeña en particular, la caída en la demanda de bienes producto de la pandemia del coronavirus, y el contrabando de uva y sus derivados son los conflictos latentes del sector.
La inversión asociada a las condiciones climáticas hacen que su cultivo requiera de zonas que garanticen su desarrollo, razón por la que la superficie cultivada se concentra en determinas zonas de nuestro país, llegando a 3.328 hectáreas, que se encuentras distribuidas en seis departamentos: La Paz (Luribay), Chuquisaca (Cañón de los Cintis), Potosí (Valle de Cotagaita), Santa Cruz (Valle Cruceños), Cochabamba (Valle Alto) y Tarija (Valle Central, Gran Chaco y Valles Altos), siendo Tarija, la sede de la Asociación Nacional de Viticultores (ANAVIT) que aglutina a 3.800 socios, de los cuales el 65 por ciento se concentran en Tarija, mientras los restantes 35 por ciento se concentran en otros departamentos.