Diego Rodríguez: "Emprender requiere enfrentarse al miedo"
El joven creó su marca de poleras en diciembre del 2020



Diego Rodríguez Aguilar nació en la ciudad de Santa Cruz hace 22. Ahí cursa el quinto año de la carrera de Medicina y administra su emprendimiento de nombre DR Store. Esta es la marca de ropa que este joven empezó a comercializar hace ya 4 meses.
Todo empezó por el estilo de ropa que Diego gusta vestir, pero que, según cuenta, no es tan fácil de encontrar en Santa Cruz, dice: “Me gusta la ropa simple y básica”. Contrario a lo que se podría pensar, Diego afirma que en su ciudad las prendas que más abundan son las extravagantes, con muchos colores y elementos.
“No pensaba que habría tantas personas con mis mismos gustos”.
Cansado de no siempre encontrar las prendas de su agrado, decidió hacer el intento de diseñarlas él mismo y derivar la fabricación a algún sastre de su confianza. Así lo hizo. Ideó exactamente aquello que quería y realizó una especie de gira por la ciudad para encontrar al sastre ideal. Finalmente, conoció a una señora que entendía perfectamente sus pedidos, y empezaron a crear las poleras. Era noviembre de 2020.
Estas poleras eran para su exclusivo uso personal, pero rápidamente llamó la atención de su entorno y amigos, quienes le preguntaban de dónde adquiría esa ropa. Fue entonces cuando Diego se planteó la posibilidad de abrir un emprendimiento y comercializar sus poleras.
Sin embargo, no estaba seguro de ello. Las dudas y el miedo estuvieron presentes desde que la idea de emprender cruzó su cabeza. Lo que más inseguridad le causaba era la incertidumbre de no saber si había la suficiente gente con sus mismos gustos en moda. Para tomar una decisión pidió consejo a su padre, quien le dijo que tome el riesgo, que no había mucho que perder y que de una manera u otra terminaría aprendiendo algo.
Diego decidió hacer la prueba. En diciembre de 2020 creó su página de Instagram con el nombre de DR Store y no tardó en enterarse de que no estaba solo con sus gustos.
Cada 2 semanas tiene que coordinar la fabricación con la sastre, quien es la guía de sus ideas. Él hace la repartición en persona o los envíos cuando los clientes son de otros departamentos. Además, cuenta que ahora tiene más compradores en La Paz o Cochabamba que en Santa Cruz.
Próximamente planea ampliar su catálogo con sudaderas y shorts de piscina. Afirma que el éxito que está teniendo nunca lo esperó o vio venir, y le manda un mensaje a todos los indecisos emprendedores: “El miedo siempre va a estar presente, hay que arriesgarse, pero ser muy responsable también”.