Por qué empezar a ejercitarse
José Arciénaga Preparador físico El ejercicio es beneficioso a cualquier edad. La actividad física regular también puede reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos cánceres. También puede reducir el riesgo de padecer...
José Arciénaga Preparador físico
El ejercicio es beneficioso a cualquier edad. La actividad física regular también puede reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos cánceres. También puede reducir el riesgo de padecer osteoporosis, que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y tengan facilidad para romperse, así como aliviar dolores lumbares bajos y mitigar el agarrotamiento y el dolor de la artrosis.
El ejercicio también es bueno para la mente. Las personas que introducen alguna actividad física regular en su rutina están de mejor humor, duermen mejor, tienen niveles más bajos de estrés y ansiedad y perciben cambios positivos en su propio concepto. Para algunas personas con depresión, la actividad física puede resultar tan efectiva como seguir un tratamiento o tomar medicación.
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El tipo de ejercicio a escoger dependerá de la forma física y el estado de salud actuales, y los que se pretenda alcanzar. Por ejemplo, si se está intentando perder peso, lo ideal será hacer un ejercicio aeróbico moderado como caminar, correr o andar en bicicleta. Y cuanto más haga, más calorías se quemarán y más peso se perderá. Hay que tratar de no ver el ejercicio como una carga y escoger algo con lo que se disfrute, ya sea caminar, jugar al fútbol o bailar.
El ejercicio es beneficioso a cualquier edad. La actividad física regular también puede reducir a la mitad el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos cánceres. También puede reducir el riesgo de padecer osteoporosis, que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y tengan facilidad para romperse, así como aliviar dolores lumbares bajos y mitigar el agarrotamiento y el dolor de la artrosis.
El ejercicio también es bueno para la mente. Las personas que introducen alguna actividad física regular en su rutina están de mejor humor, duermen mejor, tienen niveles más bajos de estrés y ansiedad y perciben cambios positivos en su propio concepto. Para algunas personas con depresión, la actividad física puede resultar tan efectiva como seguir un tratamiento o tomar medicación.
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El tipo de ejercicio a escoger dependerá de la forma física y el estado de salud actuales, y los que se pretenda alcanzar. Por ejemplo, si se está intentando perder peso, lo ideal será hacer un ejercicio aeróbico moderado como caminar, correr o andar en bicicleta. Y cuanto más haga, más calorías se quemarán y más peso se perderá. Hay que tratar de no ver el ejercicio como una carga y escoger algo con lo que se disfrute, ya sea caminar, jugar al fútbol o bailar.