Niños y alimentación en familia
Camilo Andrade Nutricionista Los niños que comen en familia por lo menos tres veces por semana disminuyen en un 32% el riesgo de padecer un trastorno alimentario y en un 15% la posibilidad de ser obesos. Al contrario, cuando los niños comen solos es más sencillo que sigan hábitos poco...
Camilo Andrade Nutricionista
Los niños que comen en familia por lo menos tres veces por semana disminuyen en un 32% el riesgo de padecer un trastorno alimentario y en un 15% la posibilidad de ser obesos. Al contrario, cuando los niños comen solos es más sencillo que sigan hábitos poco saludables: ingieren menos frutas y verduras, abusan de alimentos procesados y azucarados o les cuesta más comer un plato completo.
Conociendo más
Si los niños se sientan a la mesa con la familia, los padres o los abuelos, es posible darles un buen ejemplo hasta conseguir que mantengan costumbres adecuadas, como acabar todas las verduras del plato y tomar de postre una manzana, en lugar de un helado, o comer en el desayuno tostadas con pavo, en lugar de bollería industrial. Comer en familia incluye hacer la compra y preparar los alimentos con ayuda de los niños.
Cada vez más investigaciones señalan los beneficios de comer en familia. Según una revisión de estudios sobre hábitos alimentarios de los niños llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, los niños que comían con sus familias de manera habitual eran un 24% más propensos a ingerir alimentos saludables que los niños que rara vez comían acompañados por sus padres o abuelos. En concreto, los pequeños que compartían ese momento con la familia tres veces o más por semana eran un 20% menos propensos a escoger alimentos no saludables, como los de preparación industrial.
Los expertos aconsejan involucrar a los niños en la compra como en la preparación de alimentos
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Los niños que comen en familia por lo menos tres veces por semana disminuyen en un 32% el riesgo de padecer un trastorno alimentario y en un 15% la posibilidad de ser obesos. Al contrario, cuando los niños comen solos es más sencillo que sigan hábitos poco saludables: ingieren menos frutas y verduras, abusan de alimentos procesados y azucarados o les cuesta más comer un plato completo.
Conociendo más
Si los niños se sientan a la mesa con la familia, los padres o los abuelos, es posible darles un buen ejemplo hasta conseguir que mantengan costumbres adecuadas, como acabar todas las verduras del plato y tomar de postre una manzana, en lugar de un helado, o comer en el desayuno tostadas con pavo, en lugar de bollería industrial. Comer en familia incluye hacer la compra y preparar los alimentos con ayuda de los niños.
Cada vez más investigaciones señalan los beneficios de comer en familia. Según una revisión de estudios sobre hábitos alimentarios de los niños llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, los niños que comían con sus familias de manera habitual eran un 24% más propensos a ingerir alimentos saludables que los niños que rara vez comían acompañados por sus padres o abuelos. En concreto, los pequeños que compartían ese momento con la familia tres veces o más por semana eran un 20% menos propensos a escoger alimentos no saludables, como los de preparación industrial.
Los expertos aconsejan involucrar a los niños en la compra como en la preparación de alimentos
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