Nauseas tras ejercitarse
José Arciénaga Preparador físico Dicen que sin dolor no hay ganancia, eso lo repiten instructores deportivos y aquellos que desean ponerse en forma lo saben, pero en ocasiones se presentan comportamientos corporales que nos parecen sospechosos. Por ejemplo, cuando aumenta el flujo de...
José Arciénaga Preparador físico
Dicen que sin dolor no hay ganancia, eso lo repiten instructores deportivos y aquellos que desean ponerse en forma lo saben, pero en ocasiones se presentan comportamientos corporales que nos parecen sospechosos. Por ejemplo, cuando aumenta el flujo de sangre en el sistema digestivo y sumado a esto saltos y movimientos que lo involucran, es normal que se sientan náuseas, especialmente en aquellos que apenas comienzan una rutina de trabajo físico.
En atletas de élite se presentan vómitos en ocasiones debido a la alta carga de esfuerzo pero si esto ocurre con frecuencia hay que ir al médico porque no es normal. Cuando realizamos ejercicio, los ventrículos del corazón aumentan su tamaño y a veces ante una para súbita o una pausa prolongada, estos se estrechan ocasionando desestabilización en el flujo sanguíneo, respiración y ritmo cardiaco siendo esto comparado con los efectos del consumo de un vaso fuerte de alcohol.
[gallery type="slideshow" size="full" ids="488673,5058"]
Esto no es problema, bueno, a menos que no haya un sanitario cerca. Cuando nos ejercitamos se estimulan los órganos gastrointestinales y sus movimientos hacen que se acelere el proceso de eliminación de desechos. Dependiendo de los alimentos que consumas y de tu hidratación ocurrirán accidentes como esos que no queremos, antes y después de realizar ejercicio físico es importante tener un tiempo prudente para ingerir alimentos. Tómate tu tiempo, respira bien y si es necesario ejercítate a un ritmo más lento, no te sobre esfuerces.
Dicen que sin dolor no hay ganancia, eso lo repiten instructores deportivos y aquellos que desean ponerse en forma lo saben, pero en ocasiones se presentan comportamientos corporales que nos parecen sospechosos. Por ejemplo, cuando aumenta el flujo de sangre en el sistema digestivo y sumado a esto saltos y movimientos que lo involucran, es normal que se sientan náuseas, especialmente en aquellos que apenas comienzan una rutina de trabajo físico.
En atletas de élite se presentan vómitos en ocasiones debido a la alta carga de esfuerzo pero si esto ocurre con frecuencia hay que ir al médico porque no es normal. Cuando realizamos ejercicio, los ventrículos del corazón aumentan su tamaño y a veces ante una para súbita o una pausa prolongada, estos se estrechan ocasionando desestabilización en el flujo sanguíneo, respiración y ritmo cardiaco siendo esto comparado con los efectos del consumo de un vaso fuerte de alcohol.
[gallery type="slideshow" size="full" ids="488673,5058"]
Esto no es problema, bueno, a menos que no haya un sanitario cerca. Cuando nos ejercitamos se estimulan los órganos gastrointestinales y sus movimientos hacen que se acelere el proceso de eliminación de desechos. Dependiendo de los alimentos que consumas y de tu hidratación ocurrirán accidentes como esos que no queremos, antes y después de realizar ejercicio físico es importante tener un tiempo prudente para ingerir alimentos. Tómate tu tiempo, respira bien y si es necesario ejercítate a un ritmo más lento, no te sobre esfuerces.