Aprende a entrenar lo suficiente
José Arciénaga Preparador físico Sin importar cuál es tu objetivo o qué tipo de entrenamiento realizas, vas incrementando las cargas, las velocidades o las intensidades del ejercicio conforme tu condición física mejora. Sin embargo, en algún momento, tu cuerpo puede comenzar a...
José Arciénaga Preparador físico
Sin importar cuál es tu objetivo o qué tipo de entrenamiento realizas, vas incrementando las cargas, las velocidades o las intensidades del ejercicio conforme tu condición física mejora. Sin embargo, en algún momento, tu cuerpo puede comenzar a pedirte que reduzcas el esfuerzo. Este es un claro indicio de que “nos hemos pasado de la raya” y de que estamos entrenando demasiado. Si te cuesta respirar por varios minutos, sientes que te falta la energía o que las piernas o brazos no te responden, deberías reducir el ejercicio.
La falta de recuperación también se nota cuando hay dolor justo después de terminar la rutina o si por más que bebas dos litros de agua sigues sintiendo sed. En efecto y, por lo general, las sesiones de ejercicio diario no deberían sobrepasar los 60 o 90 minutos. Además, en relación a la repetición semanal, se aconseja un máximo 5 veces. Además, es sumamente importante que sepamos «escuchar» a nuestro cuerpo, y saber el momento exacto en que debemos detenernos, y darle un respiro.
[gallery type="slideshow" size="full" ids="475660,5058"]
Cuando el entrenamiento es muy intenso, las defensas se debilitan en vez de reforzarse. Por lo tanto, se necesita más tiempo para regenerar las fibras musculares “heridas” durante el ejercicio, así como también para curarse de un simple resfriado. Quizás te hayas enfermado y tardado más de lo habitual en recuperarte. Piensa que podría ser otro signo de demasiada actividad física. Cuando hacemos mucho ejercicio la frecuencia cardíaca cambia. Toma las pulsaciones en reposo y antes de levantarte cada mañana.
Sin importar cuál es tu objetivo o qué tipo de entrenamiento realizas, vas incrementando las cargas, las velocidades o las intensidades del ejercicio conforme tu condición física mejora. Sin embargo, en algún momento, tu cuerpo puede comenzar a pedirte que reduzcas el esfuerzo. Este es un claro indicio de que “nos hemos pasado de la raya” y de que estamos entrenando demasiado. Si te cuesta respirar por varios minutos, sientes que te falta la energía o que las piernas o brazos no te responden, deberías reducir el ejercicio.
La falta de recuperación también se nota cuando hay dolor justo después de terminar la rutina o si por más que bebas dos litros de agua sigues sintiendo sed. En efecto y, por lo general, las sesiones de ejercicio diario no deberían sobrepasar los 60 o 90 minutos. Además, en relación a la repetición semanal, se aconseja un máximo 5 veces. Además, es sumamente importante que sepamos «escuchar» a nuestro cuerpo, y saber el momento exacto en que debemos detenernos, y darle un respiro.
[gallery type="slideshow" size="full" ids="475660,5058"]
Cuando el entrenamiento es muy intenso, las defensas se debilitan en vez de reforzarse. Por lo tanto, se necesita más tiempo para regenerar las fibras musculares “heridas” durante el ejercicio, así como también para curarse de un simple resfriado. Quizás te hayas enfermado y tardado más de lo habitual en recuperarte. Piensa que podría ser otro signo de demasiada actividad física. Cuando hacemos mucho ejercicio la frecuencia cardíaca cambia. Toma las pulsaciones en reposo y antes de levantarte cada mañana.