Ir al gym a socializar
José Arciénaga Preparador físico Que el gimnasio es un lugar de socialización todos lo sabemos, y de hecho la gran mayoría de los que asistimos a entrenar a uno solemos tener un grupo de amistades que diferenciamos como las del gimnasio frente al resto de amigos que tenemos en otros...
José Arciénaga Preparador físico
Que el gimnasio es un lugar de socialización todos lo sabemos, y de hecho la gran mayoría de los que asistimos a entrenar a uno solemos tener un grupo de amistades que diferenciamos como las del gimnasio frente al resto de amigos que tenemos en otros ámbitos de la vida. Es cierto que entrenar conociendo a gente es mucho más llevadero y fácil, el problema es cuando nos topamos con alguien que utiliza el gimnasio como lugar de relaciones y solo acude a entrenar por este motivo, conocer gente.
Estas personas dejan de lado el ejercicio físico y el trabajo corporal para centrarse en las relaciones sociales. Pero ese no es el problema, lo problemático de este tipo de personas es que a nosotros nos pueden acabar por distraer de nuestras obligaciones. Por norma general estas personas se aparecen ante nosotros como disponibles y serviciales. Desde luego siempre están buscando la aprobación social de los demás, y para lograrlo y ganarse así su confianza lo que hacen es ser simpáticos y ponerse a hablar sin más.
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No queremos decir con esto que todos los que se dirijan hacia nosotros a hablarnos sean de este tipo de personas, sino que es un signo inequívoco que no podemos pasar por alto en ningún momento. Este tipo de personas no se tomarán los entrenamientos en serio, y mucho menos a la persona con al que entrenan, ya que cada día llegarán a una hora y se unirán a una u otra persona según les convenga. Para evitarlo es importante que los localicemos y sepamos que podemos hablar con ellos con una cierta medida priorizando siempre el ejercicio.
Que el gimnasio es un lugar de socialización todos lo sabemos, y de hecho la gran mayoría de los que asistimos a entrenar a uno solemos tener un grupo de amistades que diferenciamos como las del gimnasio frente al resto de amigos que tenemos en otros ámbitos de la vida. Es cierto que entrenar conociendo a gente es mucho más llevadero y fácil, el problema es cuando nos topamos con alguien que utiliza el gimnasio como lugar de relaciones y solo acude a entrenar por este motivo, conocer gente.
Estas personas dejan de lado el ejercicio físico y el trabajo corporal para centrarse en las relaciones sociales. Pero ese no es el problema, lo problemático de este tipo de personas es que a nosotros nos pueden acabar por distraer de nuestras obligaciones. Por norma general estas personas se aparecen ante nosotros como disponibles y serviciales. Desde luego siempre están buscando la aprobación social de los demás, y para lograrlo y ganarse así su confianza lo que hacen es ser simpáticos y ponerse a hablar sin más.
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No queremos decir con esto que todos los que se dirijan hacia nosotros a hablarnos sean de este tipo de personas, sino que es un signo inequívoco que no podemos pasar por alto en ningún momento. Este tipo de personas no se tomarán los entrenamientos en serio, y mucho menos a la persona con al que entrenan, ya que cada día llegarán a una hora y se unirán a una u otra persona según les convenga. Para evitarlo es importante que los localicemos y sepamos que podemos hablar con ellos con una cierta medida priorizando siempre el ejercicio.