Razones para comer rábano
Camilo Andrade Nutricionista Existen distintos tipos de rábanos. Las más conocidas en Occidente son el de piel roja con carne blanca y el negro. Sus compuestos azufrados, que le confieren su particular sabor, favorecen el trabajo del hígado. Es, por tanto, una ayuda a la hora de eliminar...
Camilo Andrade Nutricionista
Existen distintos tipos de rábanos. Las más conocidas en Occidente son el de piel roja con carne blanca y el negro. Sus compuestos azufrados, que le confieren su particular sabor, favorecen el trabajo del hígado. Es, por tanto, una ayuda a la hora de eliminar cualquier residuo tóxico del organismo. Como tentempié, facilita la labor del estómago en los atracones y comilonas. Ayuda a digerir las comidas grasas.
A tomar en cuenta
Se aprovechan los bulbos frescos ricos en micronutrientes, vitaminas y minerales. En general, por cada 100 gramos de este vegetal encontramos: 1,3 mg de hierro, aproximadamente el 10% de la cantidad necesaria a diario. 16 mg de yodo. 11 mg de magnesio. 0,13 mg de zinc. Trazas y cantidades significativas de todas las vitaminas del grupo B. 20 mg de vitamina C. Solo 14 calorías y está libre de colesterol.
Por sus poquísimas calorías y contenido en fibra es idóneo para controlar el peso. De todos modos, hay que ser moderados con su consumo, ya que su sabor picante actúa abriendo el apetito. En cuanto a sus usos en salud, es útil para la insuficiencia hepática, las alergias digestivas e, incluso, para las migrañas de origen biliar o por malas digestiones. Lo mejor es saborearlo crudo, formando parte de ensaladas o como tentempié entre guisos. Apto, por supuesto, para toda la familia.
Es útil para la insuficiencia hepática, las alergias digestivas e, incluso, para las migrañas
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Existen distintos tipos de rábanos. Las más conocidas en Occidente son el de piel roja con carne blanca y el negro. Sus compuestos azufrados, que le confieren su particular sabor, favorecen el trabajo del hígado. Es, por tanto, una ayuda a la hora de eliminar cualquier residuo tóxico del organismo. Como tentempié, facilita la labor del estómago en los atracones y comilonas. Ayuda a digerir las comidas grasas.
A tomar en cuenta
Se aprovechan los bulbos frescos ricos en micronutrientes, vitaminas y minerales. En general, por cada 100 gramos de este vegetal encontramos: 1,3 mg de hierro, aproximadamente el 10% de la cantidad necesaria a diario. 16 mg de yodo. 11 mg de magnesio. 0,13 mg de zinc. Trazas y cantidades significativas de todas las vitaminas del grupo B. 20 mg de vitamina C. Solo 14 calorías y está libre de colesterol.
Por sus poquísimas calorías y contenido en fibra es idóneo para controlar el peso. De todos modos, hay que ser moderados con su consumo, ya que su sabor picante actúa abriendo el apetito. En cuanto a sus usos en salud, es útil para la insuficiencia hepática, las alergias digestivas e, incluso, para las migrañas de origen biliar o por malas digestiones. Lo mejor es saborearlo crudo, formando parte de ensaladas o como tentempié entre guisos. Apto, por supuesto, para toda la familia.
Es útil para la insuficiencia hepática, las alergias digestivas e, incluso, para las migrañas
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