Entrenar fuerte tiene ventajas
José Arciénaga Preparador físico El problema para los que huyen del gimnasio como los gatos del agua, es que aunque haya un montón de ventajas que hace años no estaban a nuestra disposición, el ingrediente básico para conseguir un físico de esos que despiertan admiración, no es otro...
José Arciénaga Preparador físico
El problema para los que huyen del gimnasio como los gatos del agua, es que aunque haya un montón de ventajas que hace años no estaban a nuestra disposición, el ingrediente básico para conseguir un físico de esos que despiertan admiración, no es otro que el entrenamiento duro. Todo lo demás es secundario: puede ser útil, pero secundario. Existen multitud de teorías acerca de lo que significa entrenar duro. Desgraciadamente, la mayoría carecen de fundamento.
Hasta ahora sólo hay una forma de forzar a los músculos a que crezcan: aislarlos y sobrecargarlos. Se pueden alegar muchas investigaciones acerca de otras posibilidades, pero al final todo se reduce a esto: aislamiento y sobrecarga. La actividad física regular, del tipo que sea, obliga a nuestros músculos a adaptarse a ella. De un modo u otro, cualquier tipo de ejercicio hace que estos adquieran un cierto volumen, aunque en muchos casos sea poco más que irrelevante.
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El único tipo de ejercicio que fuerza a los músculos a crecer realmente es el entrenamiento con pesas. Si la exigencia de éste, en materia de los kilos utilizados en los ejercicios en cuestión, es creciente, los músculos se verán obligados a que su tamaño sea mayor para poder hacer frente al problema que se les viene encima. Entrenar pesado significa hacer el mismo número repeticiones que estamos haciendo en un ejercicio determinado, pero con un kilaje mayor. Es decir, que si hacemos ocho repeticiones con treinta kilos debemos pasar a realizar más repeticiones.
El problema para los que huyen del gimnasio como los gatos del agua, es que aunque haya un montón de ventajas que hace años no estaban a nuestra disposición, el ingrediente básico para conseguir un físico de esos que despiertan admiración, no es otro que el entrenamiento duro. Todo lo demás es secundario: puede ser útil, pero secundario. Existen multitud de teorías acerca de lo que significa entrenar duro. Desgraciadamente, la mayoría carecen de fundamento.
Hasta ahora sólo hay una forma de forzar a los músculos a que crezcan: aislarlos y sobrecargarlos. Se pueden alegar muchas investigaciones acerca de otras posibilidades, pero al final todo se reduce a esto: aislamiento y sobrecarga. La actividad física regular, del tipo que sea, obliga a nuestros músculos a adaptarse a ella. De un modo u otro, cualquier tipo de ejercicio hace que estos adquieran un cierto volumen, aunque en muchos casos sea poco más que irrelevante.
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El único tipo de ejercicio que fuerza a los músculos a crecer realmente es el entrenamiento con pesas. Si la exigencia de éste, en materia de los kilos utilizados en los ejercicios en cuestión, es creciente, los músculos se verán obligados a que su tamaño sea mayor para poder hacer frente al problema que se les viene encima. Entrenar pesado significa hacer el mismo número repeticiones que estamos haciendo en un ejercicio determinado, pero con un kilaje mayor. Es decir, que si hacemos ocho repeticiones con treinta kilos debemos pasar a realizar más repeticiones.