El ejercicio físico y los huesos
José Arciénaga Preparador físico Cuando pensamos en los huesos, creemos que es un esqueleto sin vida; sin embargo los huesos son un órgano vivo que crece y cambia de forma a lo largo de nuestra vida. Gran parte de la formación de nuestros huesos es el resultado de las fuerza que...
José Arciénaga Preparador físico
Cuando pensamos en los huesos, creemos que es un esqueleto sin vida; sin embargo los huesos son un órgano vivo que crece y cambia de forma a lo largo de nuestra vida. Gran parte de la formación de nuestros huesos es el resultado de las fuerza que utilizamos al presionar y al estirar, además de todas las actividades que realizamos en nuestra vida. Por lo tanto, los huesos experimentan fuerzas enormes durante los movimientos que realizamos.
La respuesta del hueso a las fuerzas varía a lo largo de la longitud. Cerca de las articulaciones, los huesos se hacen más grandes y también más densos, mientras que los ejes óseos tienden a ser más grandes y gruesos con pocos cambios en la densidad ósea. Los huesos además cambian de forma. El eje del hueso de la espinilla comienza como un tubo circular, sin embargo se hace más ancho hacia atrás a medida que crece.
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Normalmente los músculos se adhieren cerca de las articulaciones, así que las fuerzas musculares son aún mayores que las fuerzas de impacto. El resultado, es que los huesos experimentan un gran impacto, esto es un total de más de cinco veces el peso corporal, incluso durante la marcha. Como resultado, no todos los ejercicios parecen ser beneficiosos para los huesos por lo que hay que practicarlos con los cuidados necesarios.
Cuando pensamos en los huesos, creemos que es un esqueleto sin vida; sin embargo los huesos son un órgano vivo que crece y cambia de forma a lo largo de nuestra vida. Gran parte de la formación de nuestros huesos es el resultado de las fuerza que utilizamos al presionar y al estirar, además de todas las actividades que realizamos en nuestra vida. Por lo tanto, los huesos experimentan fuerzas enormes durante los movimientos que realizamos.
La respuesta del hueso a las fuerzas varía a lo largo de la longitud. Cerca de las articulaciones, los huesos se hacen más grandes y también más densos, mientras que los ejes óseos tienden a ser más grandes y gruesos con pocos cambios en la densidad ósea. Los huesos además cambian de forma. El eje del hueso de la espinilla comienza como un tubo circular, sin embargo se hace más ancho hacia atrás a medida que crece.
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Normalmente los músculos se adhieren cerca de las articulaciones, así que las fuerzas musculares son aún mayores que las fuerzas de impacto. El resultado, es que los huesos experimentan un gran impacto, esto es un total de más de cinco veces el peso corporal, incluso durante la marcha. Como resultado, no todos los ejercicios parecen ser beneficiosos para los huesos por lo que hay que practicarlos con los cuidados necesarios.