Presunto miembro de la MS 13 pide no ser deportado
René Pacheco, quien reside en Canadá desde hace 20 años, pidió a la Justicia canadiense revocar un pedido de deportación de las autoridades de inmigración en su contra, por ser un presunto miembro de la Mara Salvatrucha o MS-13, porque teme ser asesinado por los tatuajes que tiene en su...



René Pacheco, quien reside en Canadá desde hace 20 años, pidió a la Justicia canadiense revocar un pedido de deportación de las autoridades de inmigración en su contra, por ser un presunto miembro de la Mara Salvatrucha o MS-13, porque teme ser asesinado por los tatuajes que tiene en su cuerpo.
Su historia comenzó en el 2016, cuando fue arrestado por varios cargos criminales. Entonces, oficiales de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA, por sus siglas en inglés) lo entrevistaron y Pacheco, de 25 años, presumió de sus vínculos con la MS-13, la organización delictiva que surgió en la década de 1980 en Los Ángeles (EE.UU.) y opera principalmente en Honduras, Guatemala y El Salvador.
Para corroborar la información a los oficiales, este hombre, apodado ‘Machete’, mostró un tatuaje del número 13 en el dorso de su mano, otro en forma de lágrima en su cara y otros más en los nudillos, espalda y cráneo. También, enseñó grafitis que tiene en su página de Facebook y contó historias acerca de haber soportado una brutal golpiza durante 13 segundos, como rito de iniciación en la pandilla, y de cómo supuestos miembros de la organización controlaban el territorio en el área de Jane y Sheppard de Toronto, ciudad donde reside, reseñó National Post.
Con esa historia, la CBSA tenía argumentos suficientes e hizo las gestiones para pedir su deportación.
Cambio de versión
Al conocer que podía ser deportado, Pacheco cambió su historia y dijo a los oficiales que no tenía ningún nexo con la MS-13. Señaló que el tatuaje con el número 13 es simplemente su número de la suerte y la lágrima es un recordatorio por el asesinato de su padre biológico, ocurrido en El Salvador.
“Tomé una mala decisión al hacerme estos tatuajes sin saber que iba a estar relacionado con esto”, dijo el joven en una audiencia de inmigración en el 2017. Además, mencionó que todo lo que sabía sobre la MS-13 lo aprendió de YouTube y que estaba drogado cuando habló con los oficiales de la CBSA.
Pese a mostrarse arrepentido, un juez de una corte federal canadiense confirmó la orden de deportación.
Deportación suspendida temporalmente
Pacheco apeló a esa sentencia y solicitó una “evaluación de riesgos” antes de ser expulsado del país.
“Si alguien llega a El Salvador con tatuajes y piensan que están en una pandilla, pueden matarlos, torturarlos o arrojarlos de inmediato en la cárcel”, dijo el joven en la apelación y enfatizó que puede ser “objetivo de las pandillas por tratar de suplantarlas. Por lo tanto, mi vida está en peligro”.
Esa solicitud también le fue negada, al descubrirse que no corría ningún riesgo en El Salvador.
El joven volvió a apelar la nueva decisión ante el Tribunal Federal y le fue aprobada una suspensión temporal de la deportación.
La jueza Susan Elliott ordenó una nueva “evaluación de riesgos” y que sea realizada por oficiales diferentes.
Su historia comenzó en el 2016, cuando fue arrestado por varios cargos criminales. Entonces, oficiales de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA, por sus siglas en inglés) lo entrevistaron y Pacheco, de 25 años, presumió de sus vínculos con la MS-13, la organización delictiva que surgió en la década de 1980 en Los Ángeles (EE.UU.) y opera principalmente en Honduras, Guatemala y El Salvador.
Para corroborar la información a los oficiales, este hombre, apodado ‘Machete’, mostró un tatuaje del número 13 en el dorso de su mano, otro en forma de lágrima en su cara y otros más en los nudillos, espalda y cráneo. También, enseñó grafitis que tiene en su página de Facebook y contó historias acerca de haber soportado una brutal golpiza durante 13 segundos, como rito de iniciación en la pandilla, y de cómo supuestos miembros de la organización controlaban el territorio en el área de Jane y Sheppard de Toronto, ciudad donde reside, reseñó National Post.
Con esa historia, la CBSA tenía argumentos suficientes e hizo las gestiones para pedir su deportación.
Cambio de versión
Al conocer que podía ser deportado, Pacheco cambió su historia y dijo a los oficiales que no tenía ningún nexo con la MS-13. Señaló que el tatuaje con el número 13 es simplemente su número de la suerte y la lágrima es un recordatorio por el asesinato de su padre biológico, ocurrido en El Salvador.
“Tomé una mala decisión al hacerme estos tatuajes sin saber que iba a estar relacionado con esto”, dijo el joven en una audiencia de inmigración en el 2017. Además, mencionó que todo lo que sabía sobre la MS-13 lo aprendió de YouTube y que estaba drogado cuando habló con los oficiales de la CBSA.
Pese a mostrarse arrepentido, un juez de una corte federal canadiense confirmó la orden de deportación.
Deportación suspendida temporalmente
Pacheco apeló a esa sentencia y solicitó una “evaluación de riesgos” antes de ser expulsado del país.
“Si alguien llega a El Salvador con tatuajes y piensan que están en una pandilla, pueden matarlos, torturarlos o arrojarlos de inmediato en la cárcel”, dijo el joven en la apelación y enfatizó que puede ser “objetivo de las pandillas por tratar de suplantarlas. Por lo tanto, mi vida está en peligro”.
Esa solicitud también le fue negada, al descubrirse que no corría ningún riesgo en El Salvador.
El joven volvió a apelar la nueva decisión ante el Tribunal Federal y le fue aprobada una suspensión temporal de la deportación.
La jueza Susan Elliott ordenó una nueva “evaluación de riesgos” y que sea realizada por oficiales diferentes.