La distribución de la vacuna será complicada y cara para la región, según la OMS
Latinoamérica, fin de año oscurecido por el coronavirus
La pandemia evidenció la fragilidad de los sistemas de salud de la región, que además del colapso, ahora deberán encarar el reto de adquirir y distribuir una vacuna salvadora, la cual cubra hasta los más vulnerables de un total de 650 millones de habitantes
Latinoamérica cerró el 2020 como la región más golpeada por la Covid-19, y cuatro de sus países ubicados entre los primeros del mundo con mayor número de casos positivos, desde que comenzó en marzo de la pasada gestión y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la enfermedad como pandemia.
Brasil, Argentina, Colombia y México se incluyen en la cabecera del mapa mundial de contagios, y poco después se ubica Perú entre los representantes de una región que ya alcanzó los 14 millones de confirmados.
A nivel continental, Brasil solo es superado por Estados Unidos, nación que bordea las 300 mil muertes por el nuevo coronavirus, y acumula mayor cantidad de positivos en el mundo, superando ampliamente los 16 millones de infectados.
Por otra parte, también entre los diez primeros países del mundo en número de fallecidos a consecuencia de la Covid-19 están Brasil, México, Argentina, Colombia y Perú.
En el área de América Latina y el Caribe, luego de Brasil es Argentina el segundo país con más positivos declarados y registro superior a un millón y medio de pacientes, seguido por Colombia con cerca de 1.426.000 y México sobre 1.240.000 casos positivos.
Continúa Perú con más 980 mil casos, Chile con más de 571 mil, Ecuador con registro superior a los 202 mil contagios y Panamá con más de 190.500. República Dominicana cerró el año con más de 154.700 casos, luego Costa Rica con más de 150.900, y Bolivia hasta el jueves reportaba 160.124 casos positivos de Covid-19.
Guatemala culminó el 2020 con más de 129.200, Honduras superó los 114 mil contagios y Venezuela los 108 mil casos, en tanto Paraguay el jueves registraba 92.913, El Salvador 41.394, seguido por Jamaica con más de 11.700 y Haití con 9.491.
El registro regional incluye a Cuba con cifra superior a los 9.400 casos positivos y un fuerte combate a la pandemia, contexto en que destacan las 53 brigadas médicas cubanas que colaboraron en el enfrentamiento a la Covid-19 en 39 naciones y territorios de América Latina y el Caribe, además de África, Europa y Medio Oriente.
Sigue en la lista Uruguay con 9.180 casos, y en el Caribe y Centroamérica continúan Belice (más de 9 mil), Bahamas (más de 7.600), Trinidad y Tobago (más de 6.800), Guyana (más de 5.900), Nicaragua (bordeando los 5.900) y Surinam con más de 5.340.
En el área caribeña confirmaron por debajo de los 300 casos positivos, Barbados, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, San Vicente y Granadinas, Dominica, Granada y San Cristóbal y Nieves.
Actualmente la pandemia sigue sin control en numerosos países, y la OMS adelantó que el proceso de distribución de la vacuna contra la Covid-19 será complicado y caro para la región. Se estima que solo vacunar al 20 por ciento de la población costará más de 2 millones de dólares, aunque el organismo destacó que invertir en vacunas es una decisión inteligente y necesaria.
Particularmente en Latinoamérica, el 2020 además estuvo marcado por denuncias e investigaciones debido a malos manejos de la pandemia de no pocos gobiernos, escándalos y delitos asociados a la malversación de recursos destinados al combate del nuevo coronavirus.
Solo por poner un ejemplo, el de Ecuador, donde en mayo las familias andaban con sus muertos ante la imposibilidad de enterrarlos, y la inacción gubernamental del presidente Leñen Moreno.
Mientras, en Bolivia pulularon los escándalos de corrupción durante el mandato interino de Jeanine Áñez asociados al brote viral.
La pandemia evidenció la fragilidad de los sistemas de salud de la región, que además del colapso, ahora deberán encarar el reto de adquirir y distribuir una vacuna salvadora, la cual cubra hasta los más vulnerables de un total de 650 millones de habitantes.
Más hambre en el mundo
El coronavirus SARS-CoV-2 durante el 2020 encendió las alarmas sobre el impacto de manera inmediata y futura en los sistemas alimentarios y los pronósticos indican que inevitablemente elevará la tendencia de más hambre en el mundo.
El nefasto incremento de hambrientos en un mundo donde “abundan los alimentos” desde mucho antes de la aparición del virus, muestra la necesidad, ahora más con la epidemia, de una concertación más fuerte y universal para lograr hambre cero, meta trazada por la ONU en su Agenda 2030.
Propósito incluido en el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en 2015 por los Estados miembros de la ONU, comprometidos con un mundo sin pobreza, desigualdad; con derechos humanos y sociales y crecimiento económico sostenible, entre otros.
Además de erradicar el hambre y lograr una agricultura sostenible, el ODS 2 pretende lograr una adecuada gestión de la agricultura, la silvicultura y la acuicultura, capaz de suministrar comida nutritiva, generar ingresos decentes y favorecer el desarrollo desde y para las personas del medio rural, sin daños al medioambiente.
La culpa del alza del hambre desde 2014 recaía hasta ahora en el cambio climático y sus expresiones extremas de sequías e inundaciones, asociadas en buena medida al irrespeto a la naturaleza por inadecuados métodos de labranza de la tierra y uso de sustancias dañinas al medioambiente.
También son responsable de ellos conflictos, dígase guerras y choques tribales; la inmigración forzosa y el abandono del terruño como único medio de vida, así como las medidas coercitivas unilaterales, ilegítimas e ilegales de un Estado para castigar o aislar a otro Estado.
Una especie de danza de causas y efectos en la que están más presentes en escena los elevados precios, inestabilidad del mercado, mayor desempleo, trabajo informal y precariedad laboral, unido a estallidos sociales.
En 2020 con la aparición der la Covid-19, además de su secuelas de muerte y dolor, se suman -atribuidas a las medidas de aislamiento y protección social generadas por la pandemia- mayores perturbaciones en las cadenas mundiales de suministro alimentario motivado incluso por contracciones en el transporte, el comercio, escasez de mano de obra y pérdidas de cosechas.
Como en informes sucesivos desde 2017, en El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo (SOFI) 2020, expertos de cinco agencias de la ONU ratificaron dudas sobre la posibilidad de erradicar el hambre para 2030, por la creciente crisis económica y social por causa de la enfermedad.
El documento compara que en 2019 casi 690 millones de personas pasaban hambre, (el 8,9 por ciento de la población mundial), cifra que representa, respecto al año precedente, 10 millones más, casi 60 millones en cinco año, la cual situaban la hambruna en los niveles de 2010-2011.
El análisis previó que la pandemia hasta finales de 2020 podría arrastrar al hambre a tras 130 millones de personas; incluso, adelantó la posibilidad que su recrudecimiento en el contexto de la Covid-19 esa cifra aumente aún más en ocasiones. En el análisis señala que hasta el 2030, por el rumbo marcado por la pandemia, 840 millones de personas en este planeta tendrán serias limitaciones para alimentarse.
La campaña de vacunación será desigual entre países
América Latina algunos países iniciaron la vacunación contra la Covid-19, un operativo sin coordinación regional y desigual que tiene previsto extenderse hasta 2022.
Países como México llevan días en ello. Los trabajadores sanitarios y el Ejército fueron los primeros en recibir la vacuna de Pfizer-BioNTech. El Gobierno mexicano tiene como objetivo vacunar a todo el personal de la salud a finales de enero e inmunizar al resto e inmunizar al resto entre febrero de 2021 y marzo de 2022.
En Argentina, tras días de polémica, llegaron las primeras dosis de la vacuna Sputnik V que ya empezó a ser aplicadas a personal de salud y población en riesgo. Mientras, Chile se convirtió en el segundo país de la región en iniciar su campaña de vacunación, recibiendo unas 10.000 dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech. La vacuna es gratuita y voluntaria.
Por su parte, Perú espera que la vacuna llegue hasta la segunda mitad de 2021 y el personal sanitario será el primero recibirla.
Reformar los sistemas alimentarios en la región
Desde el inicio de la pandemia la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), utilizó su experiencia técnica y prestigio internacional para “sensibilizar, difundir conocimientos y movilizar acciones concretas”.
Tan pronto irrumpió la enfermedad QU Dongyu, TedrosAdhanom y Roberto Azevedo, directores generales de la FAO, y de las organizaciones mundiales de la Salud (OMS) y del Comercio (OMC), respectivamente, firmaron una declaración conjunta para frenar sus impactos en los sistemas alimentarios.
El acuerdo recordó que millones de personas en el mundo dependen del comercio internacional para su seguridad alimentaria y medios de vida y solicitó que ninguna medida relacionada con el comercio cortará la cadena de suministros de alimentos.
También en abril de 2020, a propósito de la reunión extraordinaria de Ministros de Agricultura del G20 (países industrializados y emergentes) la FAO, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, el Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos, emitieron una declaración conjunta sobre las consecuencias de la Covid-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición.
Coincidieron en que la pandemia “supone un desafío sin precedentes con profundas consecuencias sociales y económicas”, y era urgente una respuestas bien coordinadas en todo el mundo, incluyendo al G20.
Desde entonces advirtieron que las restricciones a los desplazamientos -dentro y entre países- podían obstaculizar los servicios de logística relacionados con los alimentos, perturbar la cadena de suministro de alimentos y afectar su disponibilidad.
Durante el 2020 la FAO realizó diversos encuentros con ministros del sector para asegurar que la alimentación y la agricultura prevalecieran como servicios esenciales durante el aislamiento. Además, junto a la Unión Africana propició reuniones de alto nivel que derivaron en declaraciones conjuntas y compromisos de trabajo a favor de la seguridad alimentaria.
De igual modo, contribuyó a que ministros de Agricultura de 25 países de América Latina y el Caribe firmaran un acuerdo para unir fuerzas y proteger el suministro de alimentos a más de 620 millones de personas en la región.
En el marco del 165 Consejo de la FAO realizado entre noviembre y diciembre, ese organismo también presentó el Programa integral de respuesta y recuperación de Covid-19, con acciones inmediatas, a corto y a largo plazo, “para evitar que la crisis sanitaria derivara en una crisis alimentaria”.
Asimismo, en julio pasado, expuso una Plataforma técnica sobre medición y reducción de la pérdida de alimentos y residuos, la cual reúnen información sobre medición, reducción, políticas, alianzas, acciones y ejemplos de modelos exitosos para lograr ese propósito.
Pasado cuatro meses desde la publicación del SOFI 2020, a inicios de noviembre, el director general de la FAO mostró nuevos datos y destacó que la crisis por la Covid-19, puede arrastras a 132 millones de personas más a las filas de malnutridos en 2020.
Mientras, a inicio de diciembre, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU alertó que para el año 2021 crecerá en un 40 por ciento el número de personas que necesitaran ayuda humanitaria.