El Ministerio de Trabajo contabilizó más de 1.000 pérdidas de empleo en Tarija
El desempleo, el cáncer que se enraíza en Tarija
Hasta el año 2019 Tarija era uno de los departamentos de Bolivia con la mayor tasa de desempleo, llegaba al 7,2 por ciento, mientras que la media nacional se ubicaba en 4,8 por ciento. La situación se agravó aún más con la pandemia y el indicador subió a 9,1



En la segunda quincena de marzo su jefe le dijo a Carlos que cerrarán el hotel donde trabajaba como recepcionista, uno de esos que quedan en el centro de la ciudad de Tarija. En esa ocasión, su retiro era temporal. Luego de un mes, su teléfono sonó y le dijeron que estaba despedido de manera definitiva.
Carlos, que por ese trabajo recibía un salario mínimo, hacía alcanzar su dinero para pagar un cuarto en alquiler, alimentarse y costear sus estudios de Ingeniería Civil en la universidad estatal. El día que recibió la noticia de haber quedado desempleado, se puso a averiguar qué beneficios sociales le correspondía cobrar y cómo se calculaba. Al final, terminó por aceptar que no le pagarán su desahucio, con la esperanza que cuando pase esto de la pandemia por Covid-19, lo vuelvan a recontratar.
Él es de esos tipos que esquiva los problemas, que no le gusta los papeleos y que no tiene mucha afinidad con los abogados. Tampoco le hubiese alcanzado para pagar a uno.
Desde aquella vez pasaron más de tres meses, ha intentado arreglar celulares, postularse al programa de empleo publicitado por el gobierno nacional y, finalmente, terminó vendiendo huevos.
Al recorrer las calles de la ciudad también se observa un crecimiento del sector informal, personas apostadas en las calles y avenidas, que se convirtieron en algo similar a las ferias, donde la gente optó por vender productos comestibles.
También están las ofertas de comida rápida que inundan las redes sociales. A ello se suman los carteles improvisados en las puertas de las viviendas particulares, que ofrecen todo tipo de productos, desde barbijos hasta pizza a domicilio.
El jefe departamental del Trabajo en Tarija, Javier Cardozo, dice que los sectores hotelero, agencias de turismo, gastronómico y servicio de transporte son los más afectados por los efectos de la pandemia.
“Dentro de estos rubros la mayoría de los trabajos eran informales, no contaban con un contrato, pero era gente con 10 y 15 años de antigüedad. Entonces, al momento que se vieron afectados por el cierre de esas actividades llegaron al Ministerio de Trabajo para poner en conocimiento su situación – comentó el funcionario –. Obligarlos a qué sigan abriendo sus negocios, no podemos, pero sí que se cancele en su totalidad los beneficios sociales”, explicó.
El funcionario dice que a partir del 27 de mayo cuando se suspendió la pausa administrativa estatal, colocaron un libro de registro, donde más de 1.000 personas llegaron hasta ese lugar para dar conocimiento sobre sus despidos y cierre de empresas.
Aclara que los desempleados acuden principalmente a su institución para que les ayuden a calcular sus beneficios sociales, pues las empresas pueden engañarles.
Cardozo dice que conoce que hay amenazas y aplicación de reducción de salarios injustificados, asumidos de manera unilateral por parte del empleador. Debido a esto generaron un listado de empresas que incurrieron en estas irregularidades. De esta manera, preparan inspecciones laborales en el transcurso de los siguientes días, el objetivo es sancionar a los infractores y hacer respetar sus derechos laborales.
De acuerdo a la explicación del presidente de la Cámara Hotelera de Tarija, Daniel Beccar, de los 63 afiliados a su sector, siete cerraron de manera definitiva, mientras que los que quedaron en funcionamiento rebajaron sus tarifas en un 50 por ciento.
El empresario advierte que la crisis económica y laboral que se avecina será complicada, más porque las autoridades no hicieron una lectura real de lo que sucede en el país y en el departamento. Solo dieron paliativos a corto plazo.
Una de sus propuestas es crear un fondo empresarial, un fomento para que no se cierren las empresas, un fondo que cubra las planillas de los trabajadores con un salario mínimo.
El desempleo histórico en Tarija
Hasta el año 2019 Tarija era uno de los departamentos de Bolivia con la mayor tasa de desempleo, llegaba al 7,2 por ciento, mientras que la media nacional se ubicaba en 4,8 por ciento, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El último dato de esta institución muestra la siguiente evolución: el primer trimestre de este año, antes de la pandemia de la Covid-19, la tasa de desempleo en el país estaba en 5,15 por ciento; en abril subió a 7,3 por ciento, pero a junio de este año la cifra alcanzó el 9,6 por ciento. Mientras que, para Tarija, el economista Saúl Aramayo proyecta que el desempleo llegará al 16 por ciento.
El presidente de la Cámara Departamental de Artesanos, Felipe Acosta, explica que su sector quedó paralizado en su totalidad, por ejemplo, de las siete personas que empleaba en su taller, solo se quedó con una sola. Similar situación se repite con el resto de los afiliados a su sector.
El dirigente explicó que si bien el Gobierno lanzó la opción de créditos bancarios, la mayoría de sus afiliados no pueden cumplir los requisitos. Por esto considera que esa medida económica solo fue para “salir del paso”.
“Nosotros estamos en una recesión económica tremenda, estamos desesperados. A algunos compañeros los bancos les llamaron para cobrarles el crédito. Nuestro sector quedó paralizado, no vendemos nada, por lo menos los que se dedican a la venta de alimentos sí tienen ingresos, pero nosotros no”, comentó Acosta.
Ante la coyuntura que se vive, el Gobierno inició un plan de empleo con tres meses de trabajo para las personas sin discapacidad y seis meses para personas con discapacidad. Para esto se cuenta con un presupuesto de 19 millones de dólares y se busca generar 11.000 fuentes de trabajo en todo el país.
El pago de los estipendios oscila desde un salario mínimo nacional hasta un monto de Bs 3.183. Los puestos corresponden a sectores de la producción, servicios y comercio.
En Tarija, esa iniciativa todavía no se dejó sentir, a pesar que era uno de los departamentos con mayor desempleo antes que inicie la pandemia por el Covid-19.
La situación laboral en el departamento
Felipe Acosta
“Nosotros estamos en una recesión económica tremenda, estamos desesperados, a algunos compañeros los bancos les llamaron para cobrarles el crédito. Nuestro sector quedó paralizado, no vendemos nada, por lo menos los que se dedican a la venta de alimentos sí tienen ingresos, pero nosotros no”
Daniel Beccar
De los 63 afiliados a la Cámara Hotelera de Tarija, siete nos dijeron que cerraron definitivamente, los demás quedaron en funcionamiento con tarifa del 50 por ciento porque no hay demanda. La crisis económica y laboral que se avecina será complicada porque las autoridades no hicieron una lectura real de lo que sucede en el país y en el departamento”
Javier Cardozo
“Conocemos de amenazas y aplicación de reducción de salarios injustificados, asumidos de manera unilateral por parte del empleador. Por esto generamos un listado de empresas que incurrieron en esas irregularidades. Estamos preparando inspecciones laborales en el transcurso de los siguientes días para sancionar a los infractores”.