Un multiverso económico

¡Estamos en Crisis Económica! Es lo que frecuentemente escuchamos, desde pánico hasta catastróficas perspectivas económicas para Bolivia. No llamarían la atención si estas declaraciones no fueran tan diferentes a la información oficial del Gobierno, tanto que pareciera que estamos en universos alternos viviendo en diferentes realidades.

La pandemia del coronavirus tuvo un súbito efecto negativo en la economía mundial, a pesar de ello Bolivia da señales de estabilidad con mejores indicadores económicos de los previstos. Las recaudaciones tributarias han incrementado gracias a la expansión de diferentes sectores económicos, al igual que el comercio exterior y las exportaciones. Asimismo, a pesar de las constantes especulaciones con los precios de la canasta familiar estos se mantuvieron estables y más allá de todo, estos logros vinieron de la mano de un impacto social a favor de la población.

El tamaño de una economía se mide a partir del Producto Interno Bruto (PIB), el cual según el Banco Mundial, tras la pandemia del coronavirus la economía mundial se redujo en 3,4% durante la gestión 2020, en América latina y el Caribe un 6,4% e incluso Bolivia tuvo un decrecimiento del 8,74% según el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE).

A pesar de ello, el periodo de contracción de la economía terminó. La gestión 2021 Bolivia tuvo un crecimiento del 6,11% muy por encima del 4,4% que  se tenía como meta en el Programa Fiscal Financiero - PFF 2021, incluso superior a las proyecciones que tuvo el Banco Mundial (4,7%) y el Fondo Monetario Internacional (5,5%). La meta propuesta para la gestión 2022 es tener un crecimiento de la economía alrededor del 5,1% de acuerdo al PFF 2022.

Si bien es pronto para referirnos al desempeño económico de este año, una señal de la mejora de la economía, es la cantidad de impuestos que se recaudan por diferentes ítems como las ganancias de las empresas, las ventas, el consumo diario, entre otros impuestos, también llamadas recaudaciones tributarias, de los diversos sectores de la economía como el comercio, la minería, hotelería, educación, construcción, entre otros, las cuales crecieron un 23,9% respecto a junio de la gestión 2021 según informó recientemente el presidente del Servicio de Impuestos Nacionales.

Otra señal de buen desempeño de la economía son las exportaciones que realizamos, es decir la cantidad de productos que se venden, pero ya no en el interior del país sino a otros países. Si comparamos las exportaciones realizadas en mayo de 2021 y mayo de 2022, éstas crecieron un 38%. También, si comparamos las exportaciones con las importaciones (bienes que se compran del extranjero), Bolivia exportó más de lo que importó en 2021 en 41% a mayo de 2022.

Cuando se habla de economía, las familias lo relacionan con lo que pueden comprar a diario, productos que pueden verse afectados por el incremento de sus precios. Por ejemplo, hace semanas se decía que el precio del pollo incrementaría y si incrementó, pero por un corto tiempo y principalmente por el miedo que generan las declaraciones de algunos analistas. Lo mismo sucedió hace días con el precio del pan, se decía que incrementaría, pero al final no sucedió así. En economía, la variación de los precios de productos se mide con la inflación, que en 2021 fue la más baja de la región y que continúa siéndolo, ya que hasta junio fue del 1,2%, nuevamente la más baja de América latina.

No solo se trata de tener una economía con indicadores económicos positivos, sino se trata de buscar el bienestar de la población. En 2020 Bolivia registró una tasa de desocupación del 11,6%, siendo la más alta de los últimos años, a mayo de este año la desocupación se redujo a 4,2% (más de la mitad).  Es decir, 1,2 millones de personas que tienen un nuevo empleo o emprendieron algún tipo de actividad económica. Al mismo tiempo, la pobreza extrema como la desigualdad disminuyeron, recuperando niveles similares a los que se tenían antes de la pandemia.

La economía boliviana no está en crisis, está recuperándose de una de las mayores crisis de la economía de toda la historia. Existe y continuará existiendo la constante divergencia entre opiniones, pero más allá de la lírica tenemos la información y los datos que muestran que estamos en un proceso de reconstrucción de la economía. Crecimos en más del 6%, diferentes sectores de la economía se están reactivando, mejoró el comercio exterior, hay mayor ocupación en la población, menos desigualdad, menos pobreza y tenemos estabilidad en los precios de la canasta básica de alimentos, aspectos que avizoran un escenario positivo de recuperación y reconstrucción de nuestra economía.


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