Los nuevos lugares de la política

Uno de los aspectos más llamativos de la crisis política reciente, post 20 de octubre, ha sido la alta y decisiva  participación de la sociedad en el decurso de los acontecimientos. Los destinos de la elección general del 20 de octubre debieron resolverse en los marcos de la...

Uno de los aspectos más llamativos de la crisis política reciente, post 20 de octubre, ha sido la alta y decisiva  participación de la sociedad en el decurso de los acontecimientos. Los destinos de la elección general del 20 de octubre debieron resolverse en los marcos de la institucionalidad, es decir, en manos de las autoridades asignadas para ese fin como es el Tribunal Supremo Electoral y en su caso, mediante el concurso de los actores políticos involucrados en la elección. Sin embargo, el derrotero se deslizó por un lugar poco esperado: el sentimiento de indignación social que se tradujo en la acción movilizada en las calles y en las redes propiciada de manera espontánea y extendida a lo largo y ancho del país, y fuera de todo pronóstico en lugar de debilitarse con el transcurso de los días, fue ganando cada vez más potencia.

 

Hay al menos cuatro elementos de esta gran movilización que nos llevan a pensar en el decurso de la política en Bolivia. El primero es la profunda crisis de representación de los partidos, y su falta de correspondencia con las improntas de la sociedad, por lo que el gran desafío post-crisis es la búsqueda de nuevas formas de articulación política  y liderazgo o renovar los existentes. El segundo, su vinculación con el proceso previo de acumulación social y política, es decir que nada de esto puede comprenderse al margen de los casi cuatro años del referéndum del 21F y el malestar acumulado  que proviene de la insistencia de Evo Morales de permanecer en el poder mediante distintas estrategias, y esa es una señal contundente de maduración democrática.

 

En tercer lugar,  se trata de un movimiento que abarca a distintos sectores sociales, por tanto  discursos y visiones diferenciadas de país. No se puede caer en el facilismo de la visión binaria de la realidad desde donde se afirma que quienes participaban en la protesta contral el entonces gobierno del MAS eran los sectores acomodados citadinos blancoides y oligarcas mientras  que quienes se alinearon detrás de Morales eran los campesinos e indígenas pobres y discriminados. Quien ha podido ser testigo vivo de la movilización en cualquier punto del país, puede percibir que concurrieron sectores de diverso origen que confluyeron en un objetivo común, desde los comités civicos populares, los vecinos, esencialmente jóvenes, estudiantes, gremios, sindicatos, cívicos departamentales asi como distintas ideologías  desde el conservadurismo hasta el trotskysmo pasando por otros grupos de activismo temátio específicos. Sería demasiada pretensión arrogarle semejante capacidad de  convocatoria a los grupos de poder o a los partidos opositores, se trata de un sentimiento colectivo compartido que irrumpe en las calles, se moviliza a través de las redes sociales y se convierte en un referente absolutamente indispensable del nuevo campo político.

 

En cuarto  lugar, estas semanas de agitación social han mostrado una estructura de movilización diferente a la tradicional, que carece de un liderazgo único así como  de una estructura partidaria u orgánica tradicional.  Al fragor de los conflictos surgen múltiples liderazgos con identidad propia, hechos que se  suceden uno a otro, se reinventan cada dia,  fluyen desordenados, con discursos disonantes, directrices distintas, y que no se desagregan porque los unifican dos condiciones políticas relevantes: una frontera con el otro, es decir, un enemigo común que en este caso es el gobierno del MAS, y un objetivo común que fue mutando y adquiriendo radicalidad que se sintetiza en la exigencia de nuevas elecciones, en las que se respete el voto ciudadno. Este tumulto como forma de movilización política altamente efectiva, lejos de desvanecerse como parec,e tiende a ocupar un lugar central en el campo de disputa por su gran efectividad y resonancia social.

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