Cuando el criminal se esconde en las redes
A medida que avanza el desarrollo tecnológico y de a poco llega a nuestra tierra chapaca, un poco tarde y tal vez mejor, los riesgos contra nuestra seguridad aumentan. Las estafas telefónicas ya se han vuelto una constante, pues al menos dos casos de éstos se denuncian de manera semanal ante...
A medida que avanza el desarrollo tecnológico y de a poco llega a nuestra tierra chapaca, un poco tarde y tal vez mejor, los riesgos contra nuestra seguridad aumentan. Las estafas telefónicas ya se han vuelto una constante, pues al menos dos casos de éstos se denuncian de manera semanal ante la Policía.
Entre los casos más recurrentes de estafas telefónicas en Tarija están “La atención médica urgente”, “El decomiso de maletas en aeropuertos internacionales” e incluso “el rapto de algún familiar”.
En el primero caso por ejemplo indican que un familiar de la víctima necesita atención médica de urgencia y para tratar de darle más veracidad y suspenso al asunto, ponen una sirena de ambulancia sonando de fondo durante todo el contacto telefónico. Así, los estafadores han encontrado una nueva alternativa para sacar dinero a los más ingenuos o crédulos. Generalmente obtienen los nombres de familiares y datos a través de redes sociales como Facebook.
Pero un caso que preocupa sobre todo a madres que hicieron llegar su inquietud a El País es el acoso ejercido a través de grupos de WhatsApp. Lamentablemente esta red se está empleando como una primera toma de contacto en grupos de ventas, de consejos de padres, de alimentación o cualquier otro que se haya creado a partir de un objetivo común.
Mariana es una madre de 18 años quien formaba parte de un grupo de padres, en el que compartían fotografías de sus hijos y los problemas de salud habituales en los menores. Reporta que un día recibió una llamada de una de las integrantes que se ofreció ser niñera de su niño, ella aceptó tal servicio, pactó la cita y la llevó a su casa. A los dos días de trabajo en su casa se robó todas sus joyas y dinero que tenía ahorrado, tras esto se salió del grupo de WhatsApp y no volvió a saber de ella.
De la misma manera Ximena recibió una extraña llamada telefónica de oferta de una guardería que se habría abierto para el cuidado de niños pequeños. Lo extraño era que conocían su número personal, la edad de su niña y hasta su nombre.
Tras hacer la presentación insistían en visitarla en su casa pero cuando ella se negó y pidió la dirección del lugar, de inmediato colgaron el teléfono y no volvieron a llamarla.
Para el experto Moreno el WhatsApp puede emplearse como una primera toma de contacto. Después, las personas acosadoras suelen adoptar mayores medidas de seguridad y utilizan grupos de Facebook en los que se precisa de una invitación para entrar.
Todo esto demuestra cómo nos han expuesto las nuevas tecnologías y el reto que esto significa para los encargados de nuestra seguridad, sin embargo no sólo de ellos dependerá nuestro bienestar sino también de las precauciones que tomemos frente a este nuevo rostro del crimen.
Es sabido que la evolución de la tecnología y el Internet han mejorado varios aspectos de nuestra vida, nos han acercado entre pueblos y culturas pero también es sabido que esto conlleva a problemas que están generando algunos efectos perversos.
Compartir información personal en la red, sin las debidas precauciones, restringe nuestro espacio de privacidad y nos hace vulnerables porque nos expone a la acción irregular de terceros.
¿Qué hacer cuando el criminal se esconde en las redes? , será importante que tomemos nuestras precauciones frente a esto pero también se abre un gran reto para las autoridades que es el de adoptar medidas legislativas para reforzar la protección de nuestros derechos y hacer posible una eficaz actuación contra la delincuencia en la red.
Más aún, en un contexto en el que estamos tan atrasados en cuanto a legislación y a unidades de investigación en la Policía esto se abre como un gran reto. Ojalá alcanzable.
Entre los casos más recurrentes de estafas telefónicas en Tarija están “La atención médica urgente”, “El decomiso de maletas en aeropuertos internacionales” e incluso “el rapto de algún familiar”.
En el primero caso por ejemplo indican que un familiar de la víctima necesita atención médica de urgencia y para tratar de darle más veracidad y suspenso al asunto, ponen una sirena de ambulancia sonando de fondo durante todo el contacto telefónico. Así, los estafadores han encontrado una nueva alternativa para sacar dinero a los más ingenuos o crédulos. Generalmente obtienen los nombres de familiares y datos a través de redes sociales como Facebook.
Pero un caso que preocupa sobre todo a madres que hicieron llegar su inquietud a El País es el acoso ejercido a través de grupos de WhatsApp. Lamentablemente esta red se está empleando como una primera toma de contacto en grupos de ventas, de consejos de padres, de alimentación o cualquier otro que se haya creado a partir de un objetivo común.
Mariana es una madre de 18 años quien formaba parte de un grupo de padres, en el que compartían fotografías de sus hijos y los problemas de salud habituales en los menores. Reporta que un día recibió una llamada de una de las integrantes que se ofreció ser niñera de su niño, ella aceptó tal servicio, pactó la cita y la llevó a su casa. A los dos días de trabajo en su casa se robó todas sus joyas y dinero que tenía ahorrado, tras esto se salió del grupo de WhatsApp y no volvió a saber de ella.
De la misma manera Ximena recibió una extraña llamada telefónica de oferta de una guardería que se habría abierto para el cuidado de niños pequeños. Lo extraño era que conocían su número personal, la edad de su niña y hasta su nombre.
Tras hacer la presentación insistían en visitarla en su casa pero cuando ella se negó y pidió la dirección del lugar, de inmediato colgaron el teléfono y no volvieron a llamarla.
Para el experto Moreno el WhatsApp puede emplearse como una primera toma de contacto. Después, las personas acosadoras suelen adoptar mayores medidas de seguridad y utilizan grupos de Facebook en los que se precisa de una invitación para entrar.
Todo esto demuestra cómo nos han expuesto las nuevas tecnologías y el reto que esto significa para los encargados de nuestra seguridad, sin embargo no sólo de ellos dependerá nuestro bienestar sino también de las precauciones que tomemos frente a este nuevo rostro del crimen.
Es sabido que la evolución de la tecnología y el Internet han mejorado varios aspectos de nuestra vida, nos han acercado entre pueblos y culturas pero también es sabido que esto conlleva a problemas que están generando algunos efectos perversos.
Compartir información personal en la red, sin las debidas precauciones, restringe nuestro espacio de privacidad y nos hace vulnerables porque nos expone a la acción irregular de terceros.
¿Qué hacer cuando el criminal se esconde en las redes? , será importante que tomemos nuestras precauciones frente a esto pero también se abre un gran reto para las autoridades que es el de adoptar medidas legislativas para reforzar la protección de nuestros derechos y hacer posible una eficaz actuación contra la delincuencia en la red.
Más aún, en un contexto en el que estamos tan atrasados en cuanto a legislación y a unidades de investigación en la Policía esto se abre como un gran reto. Ojalá alcanzable.