Voto Nulo: El final de un camino
Esta es la tercera derrota al hilo si se toma en cuenta la de los Estatutos Autonómicos en la media luna no autonomista de finales de 2015, que llegaron con patrocinio oficialista y fueron rechazados masivamente. En aquella ocasión el Vicepresidente Álvaro García Linera alegó que a los...
Esta es la tercera derrota al hilo si se toma en cuenta la de los Estatutos Autonómicos en la media luna no autonomista de finales de 2015, que llegaron con patrocinio oficialista y fueron rechazados masivamente. En aquella ocasión el Vicepresidente Álvaro García Linera alegó que a los departamentos andinos les gustaba ser centralistas y tener un Gobierno fuerte.La segunda vino con el referéndum del 21 de febrero; una derrota extremadamente dolorosa para el oficialismo y todo el sector de asesores que empujaron a Morales a estrellarse contra las ánforas a destiempo. En aquella ocasión el presidente pareció asumir los resultados durante una semana, en la que empezó a hacer bromitas sobre “la segundita” para acabar asegurando que la población fue abducida por las manipulaciones norteamericanas quienes hubieran urdido un plan rubio y con faldas a principios de su mandato para hacerlo estallar justo en ese momento. El caso Zapata y el caso del título que no era del Vicepresidente condicionaron una elección y el MAS, faltando el respeto a la inteligencia del boliviano, dio por no válidos esos resultados.Ha sido ese empecinamiento en borrar los resultados del referéndum el que ha causado estos datos. Si de por sí ya estaba instalada la desconfianza hacia las elecciones judiciales, cuyos aspectos positivos se verían con mayor claridad en el caso de tener una Asamblea Plurinacional realmente plural y no controlada en sus dos tercios por un solo partido, la resolución del Tribunal Constitucional Plurinacional ha acabado por polarizar la votación y convertirlo en el plebiscito que la oposición quería y tal vez el MAS también.No sabremos, por el momento, si la decisión del Movimiento Al Socialismo de presentar su recurso abstracto de inconstitucionalidad contra la propia Constitución el día 18 de septiembre y no el 30, o en octubre fue la acertada o no, lo que está claro es que el fallo a cinco días de las elecciones ha incidido directamente en los resultados. Este sería tal vez el segundo “error de cálculo” de los estrategas del MAS que están llevando al partido y sobre todo, a Evo Morales, a unos territorios inhóspitos de decisiones improvisadas y agresividades que ciertamente no necesitaba.Con esta nueva derrota, el MAS tiene una segunda oportunidad para releer lo que está pasando en Bolivia, pero sobre todo, lo que al propio partido le está pasando entre sus bases y entre todos aquellos que en algún momento pudo seducir para lograr mayorías fantásticas y que ahora le reportan agrias derrotas en la deriva autocrática que ha emprendido el Instrumento, cada vez menos Soberano y menos Popular.El MAS puede volver a engañarse aferrándose al discurso de que la votación era por los jueces, interpretando el resultado en su letra literal y no aceptar ningún tipo de mensaje político soberano. Jurídicamente, es verdad, el voto nulo no tiene ningún tipo de impacto, pero los resultados obligan a tomar decisiones de fondo. Una constituyente contribuiría a dispersar la atención sobre el verdadero mensaje que los ciudadanos dieron ayer en las ánforas.Los resultados de este 3 de diciembre marcan un final de camino. También para la oposición. Es necesario que los actores políticos sepan leer los datos y tomar las decisiones correctas, con la serenidad democrática que se vive en Bolivia. Es evidente que ni todo está perdido para unos ni todo ganado para los otros, pero de las decisiones que se tomen a partir de ahora marcarán los resultados de 2019. Empieza la campaña.