¿Una devaluación encubierta?

Coincidentemente, hubo una disminución en el Fondo de Protección al Ahorrista que bajó de 765 millones de dólares a 118 millones de dólares, una diferencia de 647 millones de dólares que sumados a los 9.863 se acerca a los 10.519 millones de dólares.La noticia pasó casi desapercibida...

Coincidentemente, hubo una disminución en el Fondo de Protección al Ahorrista que bajó de 765 millones de dólares a 118 millones de dólares, una diferencia de 647 millones de dólares que sumados a los 9.863 se acerca a los 10.519 millones de dólares.La noticia pasó casi desapercibida debido al fallo del Tribunal Constitucional que le abrió las puertas a la re re re reelección de Evo Morales. Pero es una noticia no menor.Miembros de la oposición acusaron al Banco Central (BCB) de para “inflar” artificialmente las RIN. En sentido similar, algunos expertos han criticado el artilugio contable (¿también legal?), denunciando que el BCB imprimió bolivianos contra lo que se quedó del Fondo de Protección al Ahorrista, y que, por tanto, no tienen derecho de atentar contra la seguridad de los ahorristas de esta forma, porque así están inflando reservas, y además con recursos ajenos.Al respecto, vale recordar que dicho fondo fue creado para cuidar los ahorros de las personas naturales y jurídicas que depositaron en los bancos. Para ello, las entidades financieras están obligadas a realizar aportes en base al total de los ahorros que administran.En respuesta a las denuncias, el BCB emitió un comunicado asegurando que los recursos del fondo ahorrista bajaron porque hizo un “calce correcto de monedas”, es decir, convirtió parte de esos recursos de dólares a bolivianos.Al respecto, otros especialistas afirman que lo que ha hecho el BCB es una devaluación de la moneda nacional, pero sin llamarle devaluación. “Si emites moneda nacional contra las reservas que no tienes, ¿no es devaluar?”.Esta devaluación cambiaria encubierta permitiría incrementar la competitividad de las exportaciones bolivianas (ante las devaluaciones que ya han realizado países vecinos), y por tanto también el crecimiento económico.La medida se suma al aumento de la deuda externa que se tiene programado para el próximo año, tanto a través de los canales clásicos (deuda bilateral y multilateral) como los nuevos mecanismos promovidos por el gobierno con la emisión de bonos soberanos.Todo ello destinado a estimar la demanda agregada interna –inversión pública mediante- , considerado como el motor de la economía nacional, aunque como se ha visto desde hace ya un tiempo, su combustible es dependiente del sector externo (léase exportación de materias primas y endeudamiento).El problema es que no se puede crecer infinita y eternamente de esta manera. La deuda llegará a su límite más temprano que tarde, y si no se diversifica adecuada y prontamente la economía (léase industrialización y una verdadera economía del conocimiento), no habrá más combustible para el motor interno.Por ahora, lo único que está permitiendo mantener el nivel de gasto y consumo importado es, además del endeudamiento, un tipo de cambio que se pretende sostener con artificios contables y no con medidas que permitan que el sector privado, el nacional, invierta de manera significativa y sobre todo, de manera productiva. Ya que, si no producimos nosotros, lo tenemos que importar, y con ello se nos van los dólares.Mientras tanto, en las calles, para ponerle buena cara a las broncas más recientes, se bromea: hemos pasado del no-gasolinazo a la no-devaluación y a la no-inconstitucionalidad de la repostulación, en tan solo unos días.


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