De los atentados y autoatentados de EEUU
Varios medios de comunicación han hecho eco de esos archivos: “Podemos desarrollar una campaña de terror contra el comunismo cubano en el área de Miami, en otras ciudades de Florida e incluso en Washington”.El plan también incluía un posible ataque contra migrantes que huían de Cuba...
Varios medios de comunicación han hecho eco de esos archivos: “Podemos desarrollar una campaña de terror contra el comunismo cubano en el área de Miami, en otras ciudades de Florida e incluso en Washington”.El plan también incluía un posible ataque contra migrantes que huían de Cuba para vivir en EEUU: “Podemos hundir un barco lleno de cubanos que van hacia Florida (real o simulado). Podemos promover atentados contra la vida de refugiados cubanos en EEUU, inclusive hasta llegar a herirlos, en instancias para ser ampliamente publicitadas”.Asimismo, se hablaba de “hacer explotar unas cuantas bombas plásticas en lugares cuidadosamente seleccionados, arrestar a un agente cubano y publicar documentos previamente preparados que muestren el involucramiento de Cuba. Todo ello sería de ayuda para proyectar la idea de un gobierno irresponsable”.Todo esto es parte de un memo de la CIA al general Maxwell Taylor en abril de 1962, y revela parte del contenido de la Operación Mangosta, un programa encubierto con el objetivo de debilitar y derrocar al régimen cubano de Fidel Castro.Los medios de comunicación reportan también que la CIA trató de asesinar a Castro a través de trajes de buceo llenos de bacterias mortíferas y conchas de mar explosivas plantadas bajo el agua, aprovechando así el gusto del líder cubano por el buceo.“Es sabido que a Fidel Castro le gusta bucear. El plan de la CIA era espolvorear el interior del traje con los hongos que producen micetoma, una enfermedad de la piel crónica e incapacitante, y también contaminar el traje con el bacilo de la tuberculosis en el aparato de respiración”, afirman los reportes desde medios estadounidenses.Ante estas escalofriantes revelaciones de atentados y autoatentados, y más allá de antipatías o simpatías por el régimen cubano y su ideología subyacente, no queda otra que preguntarse: ¿quién es el verdadero terrorista?Es en este contexto que la “paliza”, de 191 a 2, sufrida por EEUU e Israel en la votación de la Asamblea General de la ONU sobre el bloqueo a Cuba, no es una simple repetición de las anteriores, pese a que desde 1992 un número creciente de Estados apoya la resolución cubana.No es una repetición de las anteriores votaciones porque ya no sirven los argumentos de EEUU para condenar al régimen cubano. Los documentos desclasificados de la CIA muestran que están dispuestos a matar hasta a su propia gente y simpatizantes para lograr la propaganda que legitime sus violentas invasiones.La autoridad moral de EEUU e Israel en materia de democracia y derechos humanos ha caído a nuevos bajos. A ello se suma el creciente aislamiento de EEUU no solo en el tema del bloqueo contra Cuba, sino en otros, que, como el cambio climático, son cada vez de mayor interés para las naciones. Y la política exterior unilateralista del presidente Donald Trump ha acentuado este aislamiento.Queda, sin embargo, que la comunidad estadounidense y mundial muestre su indignación. Si la CIA es capaz de estas atrocidades, es capaz de todo. Ya nada es imposible de creer. Las antes ridiculizadas teorías de conspiración tienen aquí una bocanada de aire fresco.