Resistir el bloqueo
Desde hoy martes se anuncia la intensificación del mismo con bloqueos de calles y caminos luego de cinco días de paro, pues pese a que el viernes se anunciaba que se levantaban las medidas, los choferes decidieron prolongarlo al fin de semana. Los que conocen como se manejan las roscas del...
Desde hoy martes se anuncia la intensificación del mismo con bloqueos de calles y caminos luego de cinco días de paro, pues pese a que el viernes se anunciaba que se levantaban las medidas, los choferes decidieron prolongarlo al fin de semana. Los que conocen como se manejan las roscas del transporte no descartan que se haya tratado de una medida de apalancamiento de recursos para resistir más días el bloqueo, pues no hay duda que quien de momento ha perdido es el ciudadano normal y corriente, y particularmente el vecino de los barrios.Apelar a un incremento del costo de la vida o a las subidas en los costos de los repuestos de los buses, que tal como lucen su requerimiento no forma parte del diario vivir, o a la simple razón de los 17 años sin incremento, no parece suficiente. En lo que va de siglo la ciudad ha multiplicado sus residentes, su poder adquisitivo, se han abierto cantidad de nuevas rutas y sumado nuevos vehículos. Eso no se hace en negocios que no son rentables.Quien pierde con la medida es el ciudadano de los barrios, los más humildes, aquellos que van, vamos, en micro a trabajar, a hacer gestiones al centro, a la Universidad o a hacer feria al campesino. Justamente para la gente que no puede pagar 50 centavos de más. El incremento es demencial para familias tipo que utilicen el micro, por ejemplo, cuatro veces al día para ir y volver del trabajo, y que son los más.Los usuarios de micro resultan casi invisibles, ignorados por unos y otros. Gente de los barrios que se desplaza, trabaja y retorna a últimas horas de la noche en la larga fila de micros que se arma en la Domingo Paz o la Bolívar hacia las zonas del ensanche. Gente que no encuentra eco en los políticos, que hace años no suben a un micro pagando y ni siquiera en los activistas de redes sociales que no entienden la función social y ecológica del transporte de alta capacidad.El alcalde Rodrigo Paz dejó de lado ayer las especulaciones electorales y aun consciente de que no atraviesa por su mejor momento convocó a resistir el bloqueo y cuantas medidas quiera implementar el transporte privado urbano de Tarija para evitar lo que a su juicio es inevitable, la reordenación de un transporte que creció irregular y caprichosamente durante los quince años de la gestión del ex alcalde Óscar Montes sin que nadie hiciera un tímido esfuerzo por regularlo adecuadamente, tal como merecía una ciudad que pretendía ser moderna.El transporte privado urbano de Tarija es un gran misterio para todos los ciudadanos. Es necesario publicar de una vez por todas quien como y cuando concedió las líneas que operan en la ciudad, en base a que reglamentos u ordenanzas, con que concesiones o licencias. Es necesario que se pongan al descubierto las roscas que manejan un sector arterial para la ciudad y que lejos de dejar avanzar, se oponen a cualquier medida que suene a modernidad. Poner papeleritas o el grosero cartel de “mi educación depende de usted” que pende en varias unidades nada tiene que ver con lo que se pretende.Tal vez es necesario borrarlo todo y volver a empezar desde el principio. Planificar las líneas en función de la demanda y del crecimiento, incluir tecnología que permita establecer trameajes, buscar la intermodalidad u otras cuestiones que ya han sido puestas en marcha en otras ciudades no tan lejanas ni exóticas. Y en cualquier caso, lo más urgente, es que el Gobierno Municipal retome el control de un servicio público que hoy ejercen unos micros privados sin control. El mejor camino para ello es la transparencia.