Un acuerdo para la Planta de Tratamiento
Tratar las aguas es una necesidad emergente, es más que urgente, los ciudadanos lo saben. Ninguno va a sentir el impacto de la construcción de una forma directa, como se siente al disfrutar de un parque, un puente o un camino en más o menos buenas condiciones, pero en cualquier caso se...
Tratar las aguas es una necesidad emergente, es más que urgente, los ciudadanos lo saben. Ninguno va a sentir el impacto de la construcción de una forma directa, como se siente al disfrutar de un parque, un puente o un camino en más o menos buenas condiciones, pero en cualquier caso se entiende que una ciudad como Tarija no puede seguir vertiendo sus aguas al río Guadalquivir, o donde sea, y que ya toca empezar a preocuparse por las cosas esenciales después de tantos años de negligente lavada de manos.En esto parecen haber coincidido Gobierno Nacional, Departamental y Municipal, convirtiéndolo por tanto en un hito extraordinario, pues pocas veces sucede. Voceros de las tres instituciones y de sus partidos de referencia insisten en que la voluntad es máxima para, esta vez, hacer las cosas bien.El proyecto de saneamiento tiene tres componentes diferenciados, tratar las lagunas de San Luis, construir una planta para los vecinos de la margen derecha del río, que son menos, y una gran planta en la margen izquierda, para que los que viven sobre la zona histórica, que son mayoría, puedan hacerlo de forma higiénica.Es evidente que la gran responsabilidad en este proyecto, además de la Alcaldía, es del Gobierno Nacional. El presidente Evo Morales prometió en la campaña del referéndum de 2016 todo el apoyo para la financiación, que de momento no se ha concretado en nada. El Gobierno Nacional ha impulsado plantas de tratamiento en muchos municipios del país y les ha buscado financiamiento en todas las fuentes, incluso en la bilateral con la Cooperación francesa, una de las más caras, para el departamento de Cochabamba.Hacer política con un asunto tan delicado no parecía sencillo, pero cada cual ha logrado meter su cuchara. El Gobernador y el Alcalde han hecho una apuesta de fondo por construir la planta en San Blas pese a la oposición descarada de aquellos que aspiran a ser candidatos, apoyados por el sector siempre descontento ante el desconocimiento. San Blas es la comunidad que tal vez más ha sufrido la voraz especulación urbanística desde que se proyectaran las conexiones con el recinto ferial y se eligiera para construir la Villa Olímpica. Sus terrenos se revalorizaron como la espuma y, de momento, la planta de tratamiento no los hará pinchar, pues nada tiene que ver con las denostadas lagunas de oxidación en San Luis.La riña le ha servido también al alcalde de El Valle Álvaro Ruíz, uno de los que saldrá de escena si el MAS no logra tumbar la limitación de mandatos en el Tribunal Constitucional, hacer una propuesta que en el futuro servirá de arma arrojadiza. Ruíz ha aportado con la sugerencia de llevar la planta hasta Ancón, una comunidad que según los expertos está demasiado alejada, lo que haría dispararse el presupuesto. Si bien técnicamente no es viable, políticamente le ha servido.De momento no hay nadie en el arco político o legislativo que no haya intentado sacar partido con la gestión de la crisis del Guadalquivir y el proyecto de la Planta con críticas o propuestas más o menos viables. Lo rescatable simplemente es que todas las partes parecen estar convencidos de que esa es la infraestructura que se debe construir en este momento político, aunque nadie vaya a ir por allí a pasear ni será el fondo de sus selfies ni aporta nada al skyline.La presidenta de la Asamblea Sara Armella, en la que puede ser su última intervención como mediadora creíble, ha convocado a las partes involucradas a un diálogo técnico el próximo viernes para avanzar en cuestiones tan concretas como la ubicación, el monto aproximado y la modalidad de financiación. Si Armella fracasa también en este intento quedará tocada, pero el gran perdedor volverá a ser el residente tarijeño, que aún sin darse cuenta del todo, sabe que el asunto es por demás necesario.