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Con el corazón en la mano

Y no encontramos como regalo para esta chura tierra nada mejor que unos párrafos de nuestro siempre recordado Sergio Almaraz Paz, con los cuales concluía su libro El Petróleo en Bolivia, hace 45 años, o sea mucho antes de que los hidrocarburos trasminaran la plácida campiña chapaca y se...

Y no encontramos como regalo para esta chura tierra nada mejor que unos párrafos de nuestro siempre recordado Sergio Almaraz Paz, con los cuales concluía su libro El Petróleo en Bolivia, hace 45 años, o sea mucho antes de que los hidrocarburos trasminaran la plácida campiña chapaca y se convirtieran en un problema, cuando deberían ser un factor de cohesión social y de verdadero desarrollo integral.Decía Sergio: “No queremos que Bolivia se convierta en un país petrolero, como en el pasado los bolivianos honestos no quisieron un país estañífero; no queremos un país cuyo dilema vital se exprese en la fórmula “exportar o morir”. A ello se oponen la experiencia nacional, perentorias razones económicas y políticas y, sobre todo, la dignidad de un pueblo que lucha para construir su propio destino. Los bolivianos anhelamos industrias, minas modernas, una agricultura mecanizada, ferrocarriles, caminos, escuelas. Todo esto nos lo puede dar el petróleo. Todo depende de las manos en que se encuentre. El petróleo representa hoy la herramienta histórica del porvenir boliviano, su defensa es la defensa de la Patria misma.”Son conceptos pertinentes, coherentes con la realidad nacional actual, o sea sumamente oportunos. Por eso resolvimos recuperarlos, una vez más, para convertirlos en nuestro afectuoso regalo para Tarija, en este su día especial. Resulta alentador que coincidan en esta coyuntura los proyectos de construcción de termoeléctricas en el Chaco, la Planta Separadora de Líquidos también en el Chaco, junto a la iniciativa de asociar Tarija a YPFB en ese emprendimiento propuesta por un cívico chaquerño; las propuestas de los empresarios privados tarijeños que, por fin, han agrupado ordenadamente un planteamiento que apunta al desarrollo integral de la región, y que incluye la industrialización del gas y la creación de industrias nuevas y la vertebración vial del departamento, entre otras rescatables iniciativas. La sola expresión y manifestación de éstas hace actual la cita de Almaraz, pese al tiempo transcurrido. Nos hace tomar, además, renovada conciencia del tiempo transcurrido y los pocos logros obtenidos. O, visto desde otro punto de vista, del tiempo que tenemos que recuperar.Pero además deseamos comprometer con Tarija una actitud consecuente con esos conceptos del nunca bien ponderado Sergio, cuya muerte hizo doblar con tristeza las campanas, no solo en esta su patria boliviana, que todavía lo extraña y lo necesita, sino en esa Patria Grande también soñada por Sergio y que gracias a su esfuerzo y su aporte, como al de muchos otros compatriota, más temprano que tarde será una realidad.Y mañana nosotros continuaremos junto al pueblo tarijeño, la esforzada lucha porque esa realidad no se debilite ni se difumine. Volveremos con tenacidad y persistencia a pedir valor agregado para el gas que todavía reposa en el subsuelo tarijeño y cuyo destino inalienable debe ser mejorar la calidad de vida de todos los hijos de este pueblo, de este valle de las flores que tiene sobrados merecimientos para eso y para mucho más.Con ese compromiso, entonces, digamos una vez más, con el corazón en la mano:¡Felicidades Tarija!

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