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Del Atlántico al Pacífico

De la misma manera, cuando en las noticias cotidianas se muestra dialogando a Dilma Rousseff con Barak Obama, algunas personas verán solamente la reunión de dos presidentes, pero otras se percatarán de que es un evento geopolítico trascendente.Es que la geopolítica no es algo sencillo y...

De la misma manera, cuando en las noticias cotidianas se muestra dialogando a Dilma Rousseff con Barak Obama, algunas personas verán solamente la reunión de dos presidentes, pero otras se percatarán de que es un evento geopolítico trascendente.Es que la geopolítica no es algo sencillo y comprensible, especialmente para nosotros, los ciudadanos “de a pie”, pero desvela a gente en todo el mundo, personas ocupadas de asuntos políticos y económicos especialmente. No a todas, porque siempre existirán las que solamente ven el dedo.La Geopolítica es la ciencia que, a través de la geografía política, los de los asuntos regionales y de la historia, estudia la causalidad de los sucesos políticos y sus futuros efectos. Esa es su definición básica, pero existen “tanques de pensamiento”, sostenidos por gobiernos, grandes empresas privadas y universidades para los cuales la geopolítica es, literalmente, asunto de vida o muerte.Deben ya existir densos estudios sobre el viraje que está dando la política estadounidense, del Atlántico hacia el Pacífico. Hay muchos indicios para percibir eso, y la reunión de Rousseff y Obama es uno de ellos.Estados Unidos tuvo hasta hace poco tiempo sus grandes intereses enfocados en sus aliados al otro lado del Océano Atlántico. Gran Bretaña es uno de ellos, pero no el único y de esos fuertes lazos geopolíticos tuvimos una buena muestra hace 30 años, cuando Washington se puso al lado de Londres y no de Buenos Aires por el conflicto por las islas Malvinas. En muchas oportunidades los gobernantes de ambas naciones cantaron perfectamente “a dúo” y una de las muestras explícitas de esa armonía la dieron Ronald Reagan y Margaret Thatcher.El escenario operativo más visible de esa íntima relación a través del Atlántico fue (y todavía es, pero en menor medida) la OTAN, Organización del Tratado Atlántico Norte, cuya actuación radical y desalmada conocimos a propósito de Libia y la despiadada eliminación de su líder Muhammad Gadafi, que se había vuelto demasiado “incómodo” para Estados Unidos y para la OTAN.Pero en estos últimos meses, ya son varios los indicios de que Estados Unidos desea armar un bloque (o como lo llamen) con países más relacionados con el Océano Pacífico que con el Atlántico y eso tiene un indicador inconfundible: China, el país “del Pacífico” por excelencia.De eso ya se habla en los “think tanks” y en otros ámbitos operadores de poder. Con cautela obvia, pero ya se habla.Aquí cerca tenemos una muestra contundente de esas tendencias. Faltándole unos días para dejar de ser presidente del Perú, Alan García “se iluminó” y convocó a una “Alianza del Pacífico”, y realizó su propia “Cumbre” con los presidentes de México, Colombia y Chile, que coincidieron con García y armaron su “alianza”.Es ostensible que se trata de hacerle contrapeso al Mercosur y a todos los otros intentos integracionistas latinoamericanos que no están dictados por Washington. Esos aliados firmarán el  Acuerdo Marco un documento fundacional que se firmará dentro de dos meses.Aunque todavía hay quienes ven solamente el dedo.

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