Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

De Petras, a Ramos, Petión y Bolívar

Terminamos gratamente recordando una vez más a Jorge Abelardo Ramos, su Historia de la Nación Latinoamericana y, como era inevitable, asociando todo eso nuevamente con la Patria Grande y con todo lo que eso significa para nosotros, los latinoamericanos.Las declaraciones de James Petras fueron...

Terminamos gratamente recordando una vez más a Jorge Abelardo Ramos, su Historia de la Nación Latinoamericana y, como era inevitable, asociando todo eso nuevamente con la Patria Grande y con todo lo que eso significa para nosotros, los latinoamericanos.Las declaraciones de James Petras fueron extensas y sobre temas variados. Siendo Petras toda una personalidad en Estados Unidos, a donde llegó como emigrado griego para convertirse en un célebre sociólogo y politólogo, lo que diga tiene un alto valor agregado.Lo que nos llamó particularmente la atención fue que Petras recordara que el ALBA incluye a Haití, “que sigue siendo ocupada por las tropas de cipayos incluyendo a Uruguay, Argentina y otros. Esperamos que con la entrada al ALBA, por lo menos Bolivia retire sus tropas de ocupación.  En este sentido ALBA es un proyecto creciente”.No fue una indirecta, sino una alusión sin eufemismos, que alguna vez también formulamos nosotros, aquí.Como una cosa trae otra, revisamos, entonces, lo que Haití significa para Bolivia y para toda América Latina. Como no teníamos a mano el libro de Jorge Abelardo Ramos, donde se describe con genialidad ese pasaje, apelamos a la enciclopedia y allí encontramos que Alexander Petión, luego de vencer a los ejércitos colonialistas de Inglaterra, España y Francia, en 1815 dio asilo a Manuel Dorrego y convocó a Bolívar, que se encontraba refugiado en Jamaica, deprimido y al borde del suicidio. Petión le ofrece al futuro libertador armas, barcos y soldados para retomar la lucha por la independencia americana. El haitiano planteó a Bolívar -y así se lo hizo firmar- que a cambio de éste apoyo los revolucionarios sudamericanos debían decretar la abolición de la esclavitud en América. Bolívar asumió el compromiso y partió al continente con soldados seleccionados por el propio Petión. Ya triunfante, y antes del encuentro con San Martín, Simón Bolívar dijo:“Perdida Venezuela y la Nueva Granada, la isla de Haití me recibió con hospitalidad: el magnánimo Presidente Alexander Petión me prestó su protección y bajo sus auspicios formé una expedición de 300 hombres comparables en valor, patriotismo y virtud a los compañeros de Leonidas...”.Y ahora, soldados nuestros, bolivianos, hacen parte de esos 7.000 efectivos de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití ordenada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2004, después de la intervención militar conjunta de Estados Unidos, Canadá, Francia y Chile que derrocó al Presidente Jean-Bertrand Aristide. De los desatinos de ese Consejo de Seguridad no tenemos tiempo ni espacio para ocuparnos, pero por lo menos, en tiempo real y gracias a la comunicabilidad (aún no podemos llamarla comunicación) pudimos, gracias a James Petras, conservar vivo el pensamiento bolivariano y dignificar por lo menos un poco a Haití. Algo es algo.

Más del autor