Las clases tributantes versus las clases dirigentes

Los experimentos impuestos en los países del sur de Europa mediante sendos golpes de estado de guante blanco así lo demuestran.El golpe de estado institucional que sufrió el pueblo griego el pasado mes de noviembre ha hecho del país heleno un paraíso para especuladores y, por consiguiente, un infierno para las personas honradas que viven de su trabajo. La deuda de Grecia ha ido en aumento, tanto que ha llegado a superar los ingresos, que se han visto menguados por los constantes recortes sociales. El falso discurso que las clases tributantes y honradas de Grecia deben escuchar de las clases dirigentes (capital financiero y su departamento comercial: los políticos) es que la deuda griega no debería superar el 120% del PIB para el año... 2020.Repasando la historia reciente de Grecia podemos comprobar que:En 2009 la deuda representaba el 127% del PIBEn 2010 la deuda suponía el 148,6% del PIBEn 2011 la deuda alcanzó ya el 158,6% del PIBA medida que se iban sucediendo los innumerables ataques neoliberales contra el pueblo griego, aumentaba la deuda y disminuía la independencia económica del país heleno.Para 2012 se espera que aumente hasta el 189% del PIB. Lo que supone que los griegos deberán vivir por debajo del umbral de la pobreza durante otros 8 años para alcanzar los niveles de deuda de 2009. Pero esta es la teoría neoliberal de los nuevos dictadores financieros del mundo. La realidad es muy distinta, como puede deducirse del imparable aumento de la deuda en el caso griego. El círculo vicioso del empobrecimiento-recesión-empobrecimiento-recesión no se rompe recortando los ingresos y derechos de la clase tributante y aumentando, simultáneamente, sus obligaciones y sus tributaciones. Las imposiciones de las neoliberales, como queda patente solo conducen al sometimiento vitalicio de las clases trabajadoras a los dictados esclavistas del poder financiero.Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que el principio del fin de estas políticas financieras y, por lo tanto, inhumanas o más bien antihumanas, es que ellos, el poder financiero, sepan que sabemos a qué juegan y les hagamos saber que mientras esas sean las reglas no participaremos en su juego.