“Comedidos” que hacen daño

Nos estamos refiriendo al ya inocultable conflicto entre el Estado Boliviano, como entidad legítima, formalmente organizada y una comunidad rural de indígenas, respetable y ahora con identidad notoria, gracias a la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, actualmente vigente.Y...

Nos estamos refiriendo al ya inocultable conflicto entre el Estado Boliviano, como entidad legítima, formalmente organizada y una comunidad rural de indígenas, respetable y ahora con identidad notoria, gracias a la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, actualmente vigente.Y estamos tomando como ejemplo otro conflicto, entre el Estado Colombiano, también legítimo y formalmente organizado y la comunidad rural de Mapiripan, que hace 14 años fue atacada por un grupo paramilitar, que causó varias víctimas en esa población.Pues sucedió que, reconocida la responsabilidad del Estado en la masacre, un grupo de abogados, caracterizado como organización no gubernamental, identificado como “Colectivo de Abogados José Alvear” se metió  en el conflicto y demandó al Estado colombiano, hasta conseguir un fallo condenatorio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que es un organismo adscrito a la OEA.El Estado Colombiano pagó una millonaria indemnización, como consecuencia del fallo, y solo después de haber pagado comenzó a descubrir que las víctimas no fueron tantas como las que el grupo de abogados decía representar. Es más, muchas de tales víctimas estaban vivas y gozando de buena salud, pero ya el Estado había indemnizado a sus “deudos” y los abogados se habían quedado con el 30 por ciento de tal indemnización.Ahora se armó un nuevo conflicto, pero esta vez entre el Estado colombiano y la tal Corte Interamericana. Nuevamente las víctimas serán los pobladores de Mapiripan, porque ahora tendrán que demostrar quienes murieron y quiénes no. A nadie le desearíamos semejante situación.¿Ven lo que pueden ocasionar unos “comedidos” asesores?Muchos más resultarán perjudicados. Para comenzar, todos los abogados allí, en Colombia, son vistos ahora con cierto recelo cuando se ofrecen paraa defender alguna causa. Aunque sus intenciones sean intachables.Es muy poco probable que el Estado recupere los millones entregados a los abogados y eso afectará recursos públicos, o sea el “dinero de todos”, que tanto aquí como allá se maneja como si fuera “dinero de nadie”. Y se perjudicarán también, indirectamente y sin tener vela en  ese entierro, las organizaciones no gubernamentales que realizan trabajos útiles y beneficiosos, y que no tienen nada que ver con indemnizaciones de ninguna índole, ni “negocios” similares.Y nosotros, al recordar este conflicto reciente, en Colombia, a propósito de ese otro conflicto que actualmente está llamando la atención en Bolivia, no pretendemos, por supuesto, compararlos, equipararlos, ni nada por el estilo, sino demostrar le certeza de ese refrán que asegura que:En todas partes se cuecen habas.

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