El agua en la agenda ciudadana frente al cambio climático

Este espacio sirvió también para sensibilizar a la ciudadanía frente a esta temática y la puesta en la agenda para las políticas públicas en el país. Hubo mucho entusiasmo tanto en la ciudadanía como en las autoridades nacionales y departamentales, sin embargo surge la pregunta ¿Qué...

Este espacio sirvió también para sensibilizar a la ciudadanía frente a esta temática y la puesta en la agenda para las políticas públicas en el país. Hubo mucho entusiasmo tanto en la ciudadanía como en las autoridades nacionales y departamentales, sin embargo surge la pregunta ¿Qué avances concretos, a nivel de implementación de políticas públicas tenemos al momento? Es más, en Cochabamba por ejemplo, ¿Tenemos una Estrategia frente al Cambio Climático? ¿Cuáles las acciones planteadas y qué se va implementando? Uno de los efectos, críticos, del cambio climático es la escasez del AGUA, que es el tema al cual nos queremos referir brevemente en este espacio. El análisis es simple: el calentamiento global genera alteraciones en el clima, por ejemplo, el cambio en el comportamiento de las lluvias (retraso de las lluvias y lluvias intensas en periodos cortos) afectando la disponibilidad de agua para consumo humano y producción agropecuaria; junto a eso la presencia de sequías más frecuentes que afecta las fuentes de agua y por tanto, nuevamente, la disponibilidad de agua para consumo y para riego. El agua es ciertamente un tema crítico. Sin ir muy lejos, el reciente conflicto de la administración de pozos en la zona de El Paso (Quillacollo) o de la administración de la laguna Wara Wara en Sacaba; como esos hay muchos en el país y en el mundo. Por eso, el agua es parte de la agenda ciudadana en Bolivia, que con mucho protagonismo de organizaciones sociales de Cochabamba, se logró plasmar en las políticas nacionales como derecho humano y bien común. Sin embargo frente a un tema tan complejo como es el cambio climático, eso no parece suficiente. Hablando sólo del agua, lo que se necesita por ejemplo, es promover políticas y acciones para un uso más eficiente de este recurso, es decir evitar su desperdicio (en sus diferentes usos: consumo humano, riego, uso en actividades industriales y extractivas, etc.); evitar la contaminación (por minería, basura, agroquímicos, etc.) que afectan la disponibilidad del agua; promover alternativas e inversión de cosecha de agua de lluvia (represas, atajados, reservorios, aljibes) que aumentará la disponibilidad del agua, tanto para consumo como para riego. Hay algunas luces: la priorización de inversión para agua potable y riego en el programa “Mi agua” impulsada por el gobierno nacional, las campañas de reforestación; pero también hay sombras: la forma cómo se gestionan proyectos de agua potable y riego, la insistencia en la construcción de carreteras que pasen por áreas protegidas (que son reservas que contribuyen, de alguna manera, a la mantención del comportamiento normal de las lluvias). Es necesario retomar e impulsar una agenda ciudadana frente al cambio climático, considerando el agua y la seguridad y soberanía alimentaria como temas centrales. * Directora de CIPCA Regional Cochabamba, miembro del EPRI-CCI

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