Axiomas y aforismos

Y aunque los pusimos juntos, debemos primero diferenciar entre “aforismo”, que el resultado de la experiencia, mientras que los “axiomas” son verdades obvias, que no requieren una comprobación. No es ocioso comenzar haciendo esa distinción, porque la polarización que ha provocado la...

Y aunque los pusimos juntos, debemos primero diferenciar entre “aforismo”, que el resultado de la experiencia, mientras que los “axiomas” son verdades obvias, que no requieren una comprobación. No es ocioso comenzar haciendo esa distinción, porque la polarización que ha provocado la mentada marcha está oscureciendo hasta el significado de las palabras. Peligroso eso, pero vamos al grano.Es obvio, natural y previsible que quienes tienen compromisos de cualquier índole con el gobierno tenían que reaccionar ante el tema de una forma radicalmente opuesta a la de quienes no solamente no tienen compromisos de ninguna índole, sino que se oponen a él, en forma abierta o disimulada, por cualquier motivo, o circunstancia.  Eso es verdad de Perogrullo.Lo que no esperábamos era que en esa asunción de posturas, sin juicio de valor, estuvieran también algunos jerarcas religiosos, concretamente un cardenal católico. Porque por definición el término “cardenal” deriva del latín cardo o bisagra, lo cual sugiere el papel que juegan: ellos son las “bisagras” alrededor de las cuales gira todo el edificio de la iglesia, en torno a su máximo dirigente, el Papa.Pues ese personaje, que aunque lo quisiera no puede pasar “desapercibido”, dijo textualmente, hablando de “la viña”: “Son esos miles de hermanos que siguen en las calles, que no tienen trabajo, que no tienen el pan de cada día, son esos miles de hermanos que en los hospitales sufren porque no tienen para los medicamentos, son esos miles de hermanos que están marchando pidiendo respeto a su dignidad. Esa es la viña en la que hay que trabajar”.El tema central del exhorto cardenalicio era la educación, que por ley tiene que ser laica, es decir, desligada de cualquier connotación religiosa, pero él ligo el tema con “la marcha”. Pero aquí también hacen falta algunas precisiones, más complejas, alrededor de lo laico, o más bien entre “laicidad” y laicismo”: Laicidad es el mutuo respeto entre Iglesia y Estado fundamentado en la autonomía de cada parte. Y el laicismo es la hostilidad o indeferencia (falta de deferencia) contra la religión.La laicidad del Estado se fundamenta en la distinción entre los planos de lo secular y de lo religioso. Entre el Estado y la Iglesia debe existir, según el Concilio Vaticano II, un mutuo respeto a la autonomía de cada parte. La laicidad del estado no debe equivaler a hostilidad o indiferencia contra la religión o contra la Iglesia. Más bien dicha laicidad debería ser compatible con la cooperación con todas las confesiones religiosas dentro de los principios de libertad religiosa y neutralidad del Estado.Eso, aunque está ya establecido como derecho en el artículo 21 de la Constitución Política del Estado Plurinacional, es algo que aún tenemos que procesar mucho para convertirlo en una realidad.

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