Solidaridad

Todos excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar.Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron. ¡Todos!Una de las muchachas con síndrome de Dawn, se arrodilló le...

Todos excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar.Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron. ¡Todos!Una de las muchachas con síndrome de Dawn, se arrodilló le dio un beso y le dijo: “Listo ahora vamos a ganar”…Y todos los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos, los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquel día, repiten la historia hasta hoy.¿Por qué? Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo.Porque el verdadero sentido de la vida es que todos juntos ganemos y no cada uno en forma individual.Estos jóvenes discapacitados nos han dado una lección de solidaridad, su actitud fue la de abrir los brazos para abrazar al caído, han renunciado a la posibilidad de ganar para solidarizarse con su compañero, así nosotros debemos dejar actuar a nuestro corazón cuando alguien necesite de nuestra ayuda, debemos aprender a renunciar y a darnos a los demás.El Señor nos dice: “Amaos los unos a los otros” Y esas palabras resuenan como un eco a través de los siglos; porque El nos enseña su sagrado corazón como mostrarnos todo el amor que cabe en el por toda la humanidad, que sufre, que camina por el desierto, que muchas veces peca por el egoísmo que se ha metido tan profundamente en el corazón de la mayoría de los seres humanos.Hoy más que nunca debemos escuchar la voz de Dios que nos llama a amar de verdad, a ayudar y a ayudarnos entre nosotros, a tender nuestra mano amiga al necesitado de consuelo, al que vive en soledad, al enfermo,  a esas personas que han perdido a un ser querido y no encuentran conformidad. Ayudemos, acompañemos a los desconsolados, a los que no han aprendido a conocer el amor, porque no conocen a Dios, unámonos en oración hoy que es cuando nuestra patria necesita de la protección y de la ayuda del Señor.Lleguemos humildemente pero con fe a las puertas del corazón amante de Jesús para pedirle que nos ayude a amar de verdad, a ser solidarios, a no dejarnos llevar por la indiferencia.Ojalá que también seamos capaces de disminuir el paso o cambiar de rumbo, para ayudar a alguien que en cierto momento de su vida tropezó y necesita de ayuda para continuar.Creo que nos hace falta disminuir el paso y cambiar de rumbo y sobretodo que esto no sea un proyecto individual sino colectivo.Entre todos, seguro que podemos.

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