Obama en la frontera

Pero ante la casi nula posibilidad política de lograr tal objetivo este año, algunos críticos señalaron que su llamado responde a una mera estrategia con fines electorales para recuperar la confianza cada vez más deteriorada de amplios sectores de votantes latinos, quienes podrían ser...

Pero ante la casi nula posibilidad política de lograr tal objetivo este año, algunos críticos señalaron que su llamado responde a una mera estrategia con fines electorales para recuperar la confianza cada vez más deteriorada de amplios sectores de votantes latinos, quienes podrían ser claves para su reelección en 2012.Cabe recordar que la propuesta migratoria constituyó uno de los puntos más avanzados y esperanzadores de la campaña presidencial de Obama, que le granjeó las simpatías de buena parte del voto hispano y del electorado progresista en 2009. Sin embargo, a pesar del cúmulo de concesiones que realizó a los sectores conservadores, Obama fue incapaz de conseguir, en torno al tema migratorio, un respaldo legislativo suficiente durante la primera mitad de su gobierno, antes al contrario, el Senado rechazó en diciembre pasado la llamada Dream ActSe esperaba más de él, por tres años se limitó a dar justificaciones diciendo que no contaba con los votos necesarios en el Congreso, que la batalla estaba perdida y que no podía invertir en ese tema su capital político.Lo único que ha hecho Obama es complacer a los republicanos con todas su exigencias de controlar la frontera, pero ni con eso ha podido lograr apoyo, ni en las filas de su partidoEn su discurso de El Paso, Obama destacó sus logros sin precedente en la seguridad con más agentes de la Patrulla Fronteriza, de Inmigración, de la Guardia Nacional y mayor despliegue de tecnología y barreras, así como la cifra récord de deportaciones, casi 400 mil al año, que supera la de su antecesor George W. Bush.Obama tampoco indicó estar dispuesto a usar su autoridad ejecutiva para suspender las deportaciones de estudiantes, ni suspender programas que permitan que policías locales colaboren con las autoridades migratorias federales, como se lo solicitaron varios dirigentes demócratas.“Sé que algunos desearían que me saltara al Congreso y cambie la ley por mí mismo (..)Pero así no es cómo funciona la democracia”, afirmó ObamaEn cambio, si pudo violar la Resolución de Poderes de Guerra al atacar a Libia sin aprobación del Congreso. No tenía autoridad constitucional para hacerlo y cambió la Constitución, en efecto, al decir que tiene un privilegio ejecutivo para librar la guerraLa frustración hispana podría complicar la reelección de Obama.En su elección en 2008, Obama gozó de 67 por ciento del voto latino, algo que tendrá que obtener otra vez, además de lograr el apoyo latino en estados claves del suroeste que podrían determinar su futuro.De ahí su interés, su desesperación, por ganarse otra vez ese voto y relanzar el tema migratorio, a sabiendas de que la ventana de oportunidad legislativa se cerró el año pasado y que ni siquiera se pudo pasar a la discusión la propuesta del Dream act,En su discurso en la frontera, Obama centró su retórica en dar cuenta de las ventajas económicas que tendría una reforma migratoria“La reforma migratoria es un imperativo económico, que nos hará más competitivos en el escenario global”,afirmó.Aunque su retórica ofreció un gran elogio a las contribuciones de los inmigrantes a lo largo de la historia de este país; parte de la intención de la Casa Blanca, dicen los analistas, es correr el debate hacia el terreno económico, con énfasis en el valor productivo que aportan los inmigrantes de los que dependen las empresas estadounidenses, para así sumar el apoyo a la reforma de voces moderadas del mundo corporativo.Obama apeló a la presión popular para lograr que el Congreso acepte examinar una reforma migratoria integral. “Les pido que añadan sus voces a este debate. Necesitamos que Washington sepa que hay un movimiento en favor de la reforma que gana fuerza de costa a costa. Así lo lograremos”, dijo.Pero no reveló ninguna estrategia específica para intentar avanzar el debate migratorio.Desde luego, la aprobación o la negativa a la reforma migratoria dependerá, en última instancia, de las negociaciones que se gesten y desarrollen en el interior de la clase política; pero también incidirá la capacidad de movilización que puedan mostrar los propios inmigrantes. Un contrapeso efectivo a los sectores chovinistas y xenofóbicos de Washington e incluso a las vacilaciones e inconsecuencias que han caracterizado al propio Obama. (ARGENPRESS.info)Alberto Ampuero es periodista de Riverside, California.

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