La resaca del 18-O
Lema versus Lema
Asumir una institución en ruinas tiene sus riesgos y el alcalde quiere aplicar su propio plan



El nuevo alcalde de Tarija, Alfonso Lema, no es ni mucho menos un novato. Después de años haciendo política en la universidad militando en el MNR, saltó al Concejo Municipal en 2005; fue electo Subgobernador de Cercado en 2010 con Unidad Departamental Autonomista y de nuevo concejal en 2015 en un pacto no muy natural con la agrupación UNIR de entonces Óscar Montes y Rodrigo Paz, que le ofreció la Presidencia del Concejo Municipal.
El pacto no era muy natural, sobre todo porque UNIR gozaba de una fuerza importante por aquel entonces, cuando sus líderes – Óscar Montes, Rodrigo Paz, Francisco Rosas, Víctor Hugo Zamora, y algunos más – todavía parecían una familia bien avenida y con una década y media en la Alcaldía, funcionaba como un rodillo.
Lema es un político cauto y calculador, poco dado a tirar titulares o a los análisis en caliente, aunque en su círculo reconocen que lo que lo diferencia de los demás de verdad es que lee. Lee periódicos, suplementos, redes sociales, pero sobre todo, la Gaceta Oficial del Estado, la Departamental y la Municipal y por tanto, no habla de oídas como la mayoría, sino con conocimiento de causa.
Visto lo visto después, Rodrigo Paz ganó más con la alianza que Alfonso Lema. La bancada oficial de UNIR se rompió en mil pedazos ni bien empezaba la gestión. Tan pronto como Paz rompió con Montes, o al contrario, en un pulso sui géneris por el control del municipio. Los siete concejales, una mayoría inédita, quedó reducida a cinco por la salida de Ruth Ponce, esposa de Montes, y su más fiel aliado, Alberto Valdez. Es más, no se sabe ni cómo, estos lograron una alianza con la bancada masista de tres, que no extrañaba tanto por Ana Sorich o Raquel Ruiz, sino por el profe Gallardo, látigo del exalcalde.
Lema acabó gestionando los apoyos para un alcalde que apenas era socio político, cedió el Concejo, lo recuperó y se preparó para la sucesión, aún cuando Rodrigo Paz guardó celosamente toda la información de sus movimientos
En esas circunstancias, la bancada del alcalde quedó reducida a cinco, que con el apoyo de Alan Echart, delegado del Gobernador en el Concejo, llegaba a sumar mayorías, hasta que Francisco Rosas se disparó y Valmoré Donoso también empezó a pedir más protagonismo.
Lema acabó gestionando los apoyos para un alcalde que apenas era socio político, cedió el Concejo, lo recuperó y se preparó para la sucesión, aún cuando Rodrigo Paz guardó celosamente toda la información de sus movimientos. Más de una de estas gestiones le está pasando factura.
Después de todo lo que Paz ha hecho: romper UNIR, armar nuevo partido, aliarse con su padre en la carrera de 2019, después bajarse y subirse con Mesa, a quien no quería demasiado, pero con quien ha acabado huyendo a La Paz dejando a toda una estructura en la estacada e infinidad de compromisos sin cumplir, nadie podría pedirle a Lema que se quedara con todo el pasivo de una gestión que no fue suya, pero a la que ayudó tal vez demasiado.
Lema ha cambiado el gabinete casi por completo y ha anunciado medidas drásticas sobre obras emblemáticas de Paz, que se convirtieron en quebradero de cabeza para todos, incluido Lema. Quedan cinco meses por delante que serán claves para el Municipio, pero también, sobre todo, para el propio Lema.