Los amigos de Víctor Hugo
Cuentan las malas lenguas que Víctor Hugo Zamora podía ser hoy el presidente del Estado Plurinacional. Argumentan que en enero, cuando se repartieron los cargos de la Directiva del Senado, a Demócratas le tocaba en realidad asumir la Secretaría y al Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el...



Cuentan las malas lenguas que Víctor Hugo Zamora podía ser hoy el presidente del Estado Plurinacional. Argumentan que en enero, cuando se repartieron los cargos de la Directiva del Senado, a Demócratas le tocaba en realidad asumir la Secretaría y al Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el que circunstancialmente participó en la elección de 2014, le tocaba la Vicepresidencia Segunda. Cuentan que en el cálculo de una mayor visibilidad, pero también por esos acuerdos bajo la mesa con el régimen de Evo Morales, Zamora acabó en la Secretaría de la Cámara, con lo que supone, y Jeanine Áñez se quedó con la irrelevante segunda Vicepresidencia.
A modo de conciliación o recompensa, insisten las malas lenguas, Víctor Hugo Zamora acabó al frente del Ministerio de Hidrocarburos, que es la cartera ministerial más importante del país y que le da acceso a la Presidencia del Directorio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), por mucho que el ministro insista en hacerse el intrascendente y viva hoy concentrado en ser Ministro de Salud para Tarija.
Supo a cuernos que al día siguiente de su posesión, el exalcalde de Cercado, Óscar Montes, hoy desaparecido pero por entonces – y supuestamente ahora también – líder indiscutible de la agrupación UNIR – que preside Zamora – se anotara el tanto político jactándose de la presencia de su partido en el ejecutivo, cuando Jeanine Áñez todavía pretendía dar una imagen de Gobierno abierto sin viejos políticos.
Montes bajó el perfil luego de que Zamora colocara a su propio hermano de su jefe, Amado Montes Barzón, en el Viceministerio de Industrialización y copara todos los cargos relacionados en el departamento. El afán de protagonismo podía arruinar el plan que inicialmente tenía que ver con recuperar la Alcaldía de Tarija, pero que ya no se sabe.
Unos meses antes de las elecciones, en entrevista con El País, Zamora señaló que estaba agotado de La Paz luego de diez años de ejercer como diputado primero y senador después, y que consideraba su retorno a Tarija. Lugarteniente de Óscar Montes, hay quien le avizoraba ya entonces un futuro como cabeza de cartel.
UNIR se unió a Bolivia Dice No de Rubén Costas en 2019 como en 2014 se unió al PDC de Tuto Quiroga, salvo que esta vez la participación en la campaña se diluyó mucho antes. Montes no estuvo ni en el cierre de campaña en Tarija y luego de la elección no tardó en marcar distancia tras el mal resultado obtenido, calcando lo ya hecho con Quiroga en 2014.
El cálculo era el de casi siempre. La connivencia con el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha sido una acusación recurrente para partido del ex alcalde. La cercanía que tantas veces le mostró Morales, con infinidad de invitaciones a levantar el puño y unirse al partido, se ha combinado con otros momentos en los que se han tomado revanchas judiciales – nunca consumadas – por las actividades sospechosas.
Ni Montes ni Zamora – cuya actividad como parlamentario se limitó a blanquear la fallida comisión de investigación del caso Zapata y a fiscalizar a la Alcaldía de Tarija – alzaron la voz durante los 21 días de resistencia que motivaron la caída del régimen de Evo Morales hasta que la balanza no se había inclinado definitivamente.
Zamora es ingeniero ambiental y como casi todos los parlamentarios tarijeños, hizo alguna vez referencia a los hidrocarburos. De ahí pasó a cabeza del sector más complejo del país. En pocos meses ha negociado el alargamiento del contrato con Brasil, tomado decisiones clave sobre la industrialización y obviado cualquier acción sobre las normativas vigentes más polémicas, del fracking en Miraflores a la exploración en Tariquía pasando por la confiscación de recursos del IDH con la Ley de Incentivos o el etanol.
Las malas lenguas lo señalan como el personaje clave de la transición en lo que a los grandes negocios se refiere. No en vano, Zamora es mano de derecha de Montes, que a su vez resultó íntimo de Milcídes Peñaloza, millonario empresario convertido en Senador “evista” en 2014 que poco gestionó para Tarija pero que coordinó muy bien con el clan de los “basquetbolistas”: Pablo Canedo, Heriberto Lema, Churqui Coronado y por supuesto, Luis Alberto Sánchez, el último y más longevo ministro de Hidrocarburos de Evo Morales.
Sánchez ya tuvo que librar el pulso con el presidente de YPFB, en aquel entonces Guillermo Achá, que acabó destituido. Sánchez entonces se colocó como Presidente del Directorio, borrando así lo que algún día fue Carlos Villegas en el sector o lo que se pretendía que fuera YPFB con el decreto de nacionalización.
Zamora pulseó y sacó a Herland Soliz, cuota cruceña, por lo que el mismo caracterizó como pequeños negocios de provisión de diésel, alimentos y seguros. Mientras tanto, los grandes negocios más allá del discurso de la desnacionalización y otras frivolidades en tiempos de derrumbe de precios y agotamiento de mercados, siguen el mismo curso.
A modo de conciliación o recompensa, insisten las malas lenguas, Víctor Hugo Zamora acabó al frente del Ministerio de Hidrocarburos, que es la cartera ministerial más importante del país y que le da acceso a la Presidencia del Directorio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), por mucho que el ministro insista en hacerse el intrascendente y viva hoy concentrado en ser Ministro de Salud para Tarija.
Supo a cuernos que al día siguiente de su posesión, el exalcalde de Cercado, Óscar Montes, hoy desaparecido pero por entonces – y supuestamente ahora también – líder indiscutible de la agrupación UNIR – que preside Zamora – se anotara el tanto político jactándose de la presencia de su partido en el ejecutivo, cuando Jeanine Áñez todavía pretendía dar una imagen de Gobierno abierto sin viejos políticos.
Montes bajó el perfil luego de que Zamora colocara a su propio hermano de su jefe, Amado Montes Barzón, en el Viceministerio de Industrialización y copara todos los cargos relacionados en el departamento. El afán de protagonismo podía arruinar el plan que inicialmente tenía que ver con recuperar la Alcaldía de Tarija, pero que ya no se sabe.
Unos meses antes de las elecciones, en entrevista con El País, Zamora señaló que estaba agotado de La Paz luego de diez años de ejercer como diputado primero y senador después, y que consideraba su retorno a Tarija. Lugarteniente de Óscar Montes, hay quien le avizoraba ya entonces un futuro como cabeza de cartel.
UNIR se unió a Bolivia Dice No de Rubén Costas en 2019 como en 2014 se unió al PDC de Tuto Quiroga, salvo que esta vez la participación en la campaña se diluyó mucho antes. Montes no estuvo ni en el cierre de campaña en Tarija y luego de la elección no tardó en marcar distancia tras el mal resultado obtenido, calcando lo ya hecho con Quiroga en 2014.
El cálculo era el de casi siempre. La connivencia con el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha sido una acusación recurrente para partido del ex alcalde. La cercanía que tantas veces le mostró Morales, con infinidad de invitaciones a levantar el puño y unirse al partido, se ha combinado con otros momentos en los que se han tomado revanchas judiciales – nunca consumadas – por las actividades sospechosas.
Ni Montes ni Zamora – cuya actividad como parlamentario se limitó a blanquear la fallida comisión de investigación del caso Zapata y a fiscalizar a la Alcaldía de Tarija – alzaron la voz durante los 21 días de resistencia que motivaron la caída del régimen de Evo Morales hasta que la balanza no se había inclinado definitivamente.
Zamora es ingeniero ambiental y como casi todos los parlamentarios tarijeños, hizo alguna vez referencia a los hidrocarburos. De ahí pasó a cabeza del sector más complejo del país. En pocos meses ha negociado el alargamiento del contrato con Brasil, tomado decisiones clave sobre la industrialización y obviado cualquier acción sobre las normativas vigentes más polémicas, del fracking en Miraflores a la exploración en Tariquía pasando por la confiscación de recursos del IDH con la Ley de Incentivos o el etanol.
Las malas lenguas lo señalan como el personaje clave de la transición en lo que a los grandes negocios se refiere. No en vano, Zamora es mano de derecha de Montes, que a su vez resultó íntimo de Milcídes Peñaloza, millonario empresario convertido en Senador “evista” en 2014 que poco gestionó para Tarija pero que coordinó muy bien con el clan de los “basquetbolistas”: Pablo Canedo, Heriberto Lema, Churqui Coronado y por supuesto, Luis Alberto Sánchez, el último y más longevo ministro de Hidrocarburos de Evo Morales.
Sánchez ya tuvo que librar el pulso con el presidente de YPFB, en aquel entonces Guillermo Achá, que acabó destituido. Sánchez entonces se colocó como Presidente del Directorio, borrando así lo que algún día fue Carlos Villegas en el sector o lo que se pretendía que fuera YPFB con el decreto de nacionalización.
Zamora pulseó y sacó a Herland Soliz, cuota cruceña, por lo que el mismo caracterizó como pequeños negocios de provisión de diésel, alimentos y seguros. Mientras tanto, los grandes negocios más allá del discurso de la desnacionalización y otras frivolidades en tiempos de derrumbe de precios y agotamiento de mercados, siguen el mismo curso.