¿A quién le habla Marco Pumari?
Si Pumari no aparece, Creemos es la ultra derecha. Lo es no tanto por el discurso, que en realidad nadie escucha, sino por el simbolismo que se ha asociado a Luis Fernando Camacho, su gorra, su polo, su cruz cruceña tan grotescamente manipulada por Al – Azar, su Biblia y su verborragia...



Si Pumari no aparece, Creemos es la ultra derecha. Lo es no tanto por el discurso, que en realidad nadie escucha, sino por el simbolismo que se ha asociado a Luis Fernando Camacho, su gorra, su polo, su cruz cruceña tan grotescamente manipulada por Al – Azar, su Biblia y su verborragia radical.
En esas, compite esencialmente con Jeanine Áñez, y particularmente con su ministro de Gobierno Arturo Murillo, que ya Camacho eligió como blanco en aquel encuentro en Santa Cruz en el que los ex - opositores iban a hablar de unidad y acabaron arrojándose sus trapitos a la cara.
Las encuestas han colocado a ese Creemos de Luis Fernando Camacho en cuarto lugar, rondando el 10 por ciento de intención de voto, relativamente lejos (o cerca) de Carlos Mesa y Jeanine Áñez, pero líderes en Santa Cruz. E invisibles en el altiplano.
Desde el mismo momento en el que Evo Morales abandonó el país, la relación Camacho – Pumari se empezó a “deteriorar”, sobre todo de medios hacia afuera. Volaron cuchillos, se aireó lo de las aduanas y las estrecheces de pobre para hacer campaña, Del Rincón le sacó los colores a Camacho por “filtrador” y al final, el 31 de diciembre, se selló el binomio.
Marco Antonio Pumari es un personaje de los duros. Un joven que vino desde abajo, desde las entrañas del Potosí minero, tan duro, tan frío y tan noble. Los que lo odian dicen que era masista desde la universidad, y cuentan de oídas aquello de los fondos de las Juventudes. Los que lo enfrentaron mil veces en la FUL, donde casi nunca ganaba, dicen que era demasiado duro en los planteamientos, y demasiado cercano a las directrices del MAS, que a veces eran nomás los de la justicia social, pero que no era del MAS. Es verdad que en Potosí – Tomás Frías, nadie dice ser del MAS.
Pumari sabe de resistencia, y no por los hechos de septiembre – octubre – noviembre de 2019. En su momento, la Universidad potosina cerró un año entero; estuvo ahí cuando Potosí se cerró a cal y canto aquel agosto; luego cuando fueron a La Paz con Petardo, y todas las otras veces recientes en las que Potosí ha sido historia.
El ex cívico ha aprendido esa forma tan propia de hacer política, o sindicalismo, que tienen los potosinos. Resistir, estirar, seguir negociando incluso cuando el tiempo se ha acabado.
El lunes, Pumari anunciaba que haría “un anuncio” el miércoles. Luego precisó que a las 20.00 horas. Luego que sería en un hotel de El Alto. Aún había gente que especulaba con su posible renuncia al binomio. Pumari sin embargo se plantó solito en el estrado sabiendo la cantidad de ojos que tenía encima, y como qué, pidió que se prestara atención al video que iba a publicar.
En redes, los hooligans de Mesa, o de Áñez, e incluso los del MAS, empezaron a criticar rápidamente el mensaje de Pumari, simplemente porque no era lo que ellos esperaban: Me bajo y apoyo al tuyo.
Marco, sin embargo, empezó su campaña en el altiplano, hablando más claro y más contundente de lo que habla Luis Fernando Camacho, que le cuesta marcar distancia con los políticos de siempre y que está saturado de calle. Empezó una campaña solo, y ojo, sabiendo cuál es su objetivo, cosa que muchos de los candidatos en liza no lo tienen tan claro.
Pumari habla quechua, y no es un detalle menor. Los analistas del bloque centro derecha auguran una fuga de votos del MAS, pero nadie se atreve a decir hacia dónde irían. ¿A dónde irán? Probablemente a alguien con quien puedan identificarse, que es lo que llevan votando décadas. Ahora bien… ¿Para quién querrá hacer campaña Marco Pumari?