La batalla por Cercado
La decisión del alcalde Rodrigo Paz de candidatear como primer senador en las elecciones del 3 de mayo han abierto un nuevo escenario político en la capital. Presionado desde diferentes frentes, Paz ha optado por el salto hacia arriba, una suerte de salida honrosa que precipita el debate sobre...



La decisión del alcalde Rodrigo Paz de candidatear como primer senador en las elecciones del 3 de mayo han abierto un nuevo escenario político en la capital. Presionado desde diferentes frentes, Paz ha optado por el salto hacia arriba, una suerte de salida honrosa que precipita el debate sobre la continuidad de su proyecto político personal “Primero la Gente” y ya ha generado ciertos sismos dentro del Gobierno Municipal.
Ni su círculo cercano conocía en profundidad la decisión de acompañar a Carlos Mesa, menos de que el propio alcalde se convirtiera en el candidato a primer senador. Hace diez días negociaba con Luis Fernando Camacho y la mayoría de su ejecutiva estaba de acuerdo en eso. El lunes saltó la sorpresa.
Aunque todo pasa por la configuración de Gobierno que salga de las ánforas el 3 de mayo y que ninguna de las alianzas realizadas en este viaje tienen intención de continuar para las subnacionales, el acuerdo Todos – UNIR, es decir, Adrián Oliva – Óscar Montes, y un presumible pacto de no agresión al menos hasta entonces, dejó a Paz en posición de inferioridad y sin alternativas para defender el municipio.
Es cierto que nunca respondió muy abiertamente sobre la voluntad de continuar, pero en los últimos meses trataba de despejar toda duda. Los datos de la elección anulada en octubre, donde Mesa sumó un 50% y PG un 30% en la circunscripción que defendía, también fueron un detonante. Más cuando los datos fueron inversos respecto a su primer rival – Óscar Montes con Bolivia Dijo No - e incluso dando amplios márgenes a outsider como Gonzalo Torres.
Tomada la decisión, los analistas calculan las posibilidades de salvar el proyecto de Primero la Gente, que ahora de verdad podrá hablar de proyecto de “renovación y regeneración”, algo que no cuadraba con Paz a la cabeza. Otra cuestión es que los potenciales “herederos” estén dispuestos a cargar con los pasivos que la agrupación ha ido acumulando por una gestión “no tan centrada en la gente como se predica”, que dice uno de los últimos asesores que llegó al oído del Alcalde.
En su descargo, Paz ha invertido más en los barrios de la C41 que de la C40 y no ha habido un enfrentamiento directo que sirva para medir las fuerzas. Una cosa es lo que dicen las redes, y otra los votos, pero esa batalla parece no se dará. Ningún analista contempla que Paz Pereira pueda volver a candidatear a la Alcaldía si gana la Senaduría, y mucho menos si la pierde.
Una batalla diferida
Sin Paz en la carrera pero sin renunciar a la Alcaldía, la recomendación de los expertos pasa por nombrar pronto un sucesor nítido de la Agrupación que asuma la vocería y gestione el poder interno mientras el líder se dedica a su otra campaña, pues sin visos de continuidad, difícilmente reunirá fuerzas. Los nombres de los sucesores son recurrentes: Patricia Paputsakis, Álvaro Orozco, Diego Ávila y no mucho más. De momento se miden esas posibilidades.
Quien resulte, será el último invitado a una pelea en la que se cuenta con un candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), probablemente esta vez sí Sergio Gallardo; y al menos uno de UNIR y uno del MNR, a expensas de que el Camino al Cambio de Mario Cossío confirme el viraje hacia lo municipal y que la Gobernación de Todos tome sus decisiones.
Si algo tiene claro UNIR es que luchará por el municipio. Antes de que el tablero se volteara, Víctor Hugo Zamora ya había confirmado que “los mejores hombres y mujeres de UNIR irían a lo municipal”, siempre sin cerrar la puerta de lo departamental, que es una vieja aspiración del exalcalde Óscar Montes pero nunca materializada. La gestión de Zamora en Hidrocarburos le puede abrir nuevos aliados en Bermejo y el Chaco, motivo que ha desaconsejado el salto hasta ahora, aunque por el momento, los resultados sean no muy positivos. En los corrillos se da por hecho que o Montes o Zamora postularán a la Alcaldía.
Antes también de que el MNR se estrellara en octubre y el tablero se diera vuelta entera, Johnny Torres primereó a todos sus tradicionales aliados y anunció su candidatura a Alcalde. Nada de repartos oscuros. Torres tiene un inusitado buen perfil y gran valoración entre los votantes de Cercado y él lo sabe, por lo que esta vez no parece dispuesto a esperar los “consejos” de nadie.
Lo de Camino al Cambio era una sugerencia de estrategia de supervivencia hasta que su vocero más reconocido, Mauricio Lea Plaza, señaló esa posibilidad y reconoció su debilidad por esa parcela de la actividad pública, desde lo ejecutivo.
Finalmente, el Todos de Adrián Oliva no compite en un espectro de votación distinto a todos los anteriores, por lo que en función del candidato de cada uno podría arañar más o menos. Otra cosa son los pactos de no agresión que ya ensayó Cossío con Montes en el pasado y que pueden seguir vigentes en el futuro. En cualquier caso, no les costaría fabricar un candidato: ahí está Alan Echart.
La carrera es larga y con muchos obstáculos, pero sin duda, ya ha comenzado.
Ni su círculo cercano conocía en profundidad la decisión de acompañar a Carlos Mesa, menos de que el propio alcalde se convirtiera en el candidato a primer senador. Hace diez días negociaba con Luis Fernando Camacho y la mayoría de su ejecutiva estaba de acuerdo en eso. El lunes saltó la sorpresa.
Aunque todo pasa por la configuración de Gobierno que salga de las ánforas el 3 de mayo y que ninguna de las alianzas realizadas en este viaje tienen intención de continuar para las subnacionales, el acuerdo Todos – UNIR, es decir, Adrián Oliva – Óscar Montes, y un presumible pacto de no agresión al menos hasta entonces, dejó a Paz en posición de inferioridad y sin alternativas para defender el municipio.
Es cierto que nunca respondió muy abiertamente sobre la voluntad de continuar, pero en los últimos meses trataba de despejar toda duda. Los datos de la elección anulada en octubre, donde Mesa sumó un 50% y PG un 30% en la circunscripción que defendía, también fueron un detonante. Más cuando los datos fueron inversos respecto a su primer rival – Óscar Montes con Bolivia Dijo No - e incluso dando amplios márgenes a outsider como Gonzalo Torres.
Tomada la decisión, los analistas calculan las posibilidades de salvar el proyecto de Primero la Gente, que ahora de verdad podrá hablar de proyecto de “renovación y regeneración”, algo que no cuadraba con Paz a la cabeza. Otra cuestión es que los potenciales “herederos” estén dispuestos a cargar con los pasivos que la agrupación ha ido acumulando por una gestión “no tan centrada en la gente como se predica”, que dice uno de los últimos asesores que llegó al oído del Alcalde.
En su descargo, Paz ha invertido más en los barrios de la C41 que de la C40 y no ha habido un enfrentamiento directo que sirva para medir las fuerzas. Una cosa es lo que dicen las redes, y otra los votos, pero esa batalla parece no se dará. Ningún analista contempla que Paz Pereira pueda volver a candidatear a la Alcaldía si gana la Senaduría, y mucho menos si la pierde.
Una batalla diferida
Sin Paz en la carrera pero sin renunciar a la Alcaldía, la recomendación de los expertos pasa por nombrar pronto un sucesor nítido de la Agrupación que asuma la vocería y gestione el poder interno mientras el líder se dedica a su otra campaña, pues sin visos de continuidad, difícilmente reunirá fuerzas. Los nombres de los sucesores son recurrentes: Patricia Paputsakis, Álvaro Orozco, Diego Ávila y no mucho más. De momento se miden esas posibilidades.
Quien resulte, será el último invitado a una pelea en la que se cuenta con un candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), probablemente esta vez sí Sergio Gallardo; y al menos uno de UNIR y uno del MNR, a expensas de que el Camino al Cambio de Mario Cossío confirme el viraje hacia lo municipal y que la Gobernación de Todos tome sus decisiones.
Si algo tiene claro UNIR es que luchará por el municipio. Antes de que el tablero se volteara, Víctor Hugo Zamora ya había confirmado que “los mejores hombres y mujeres de UNIR irían a lo municipal”, siempre sin cerrar la puerta de lo departamental, que es una vieja aspiración del exalcalde Óscar Montes pero nunca materializada. La gestión de Zamora en Hidrocarburos le puede abrir nuevos aliados en Bermejo y el Chaco, motivo que ha desaconsejado el salto hasta ahora, aunque por el momento, los resultados sean no muy positivos. En los corrillos se da por hecho que o Montes o Zamora postularán a la Alcaldía.
Antes también de que el MNR se estrellara en octubre y el tablero se diera vuelta entera, Johnny Torres primereó a todos sus tradicionales aliados y anunció su candidatura a Alcalde. Nada de repartos oscuros. Torres tiene un inusitado buen perfil y gran valoración entre los votantes de Cercado y él lo sabe, por lo que esta vez no parece dispuesto a esperar los “consejos” de nadie.
Lo de Camino al Cambio era una sugerencia de estrategia de supervivencia hasta que su vocero más reconocido, Mauricio Lea Plaza, señaló esa posibilidad y reconoció su debilidad por esa parcela de la actividad pública, desde lo ejecutivo.
Finalmente, el Todos de Adrián Oliva no compite en un espectro de votación distinto a todos los anteriores, por lo que en función del candidato de cada uno podría arañar más o menos. Otra cosa son los pactos de no agresión que ya ensayó Cossío con Montes en el pasado y que pueden seguir vigentes en el futuro. En cualquier caso, no les costaría fabricar un candidato: ahí está Alan Echart.
La carrera es larga y con muchos obstáculos, pero sin duda, ya ha comenzado.