El sol se va a esconder
Cuentan los que saben que Jeanine Áñez tenía una poderosa razón para presentarse como candidata a las próximas elecciones: los 30 muertos acumulados en los primeros días de su Gobierno y que en algún momento, alguien independiente tendrá que empezar a investigar. Cuentan otros que es...



Cuentan los que saben que Jeanine Áñez tenía una poderosa razón para presentarse como candidata a las próximas elecciones: los 30 muertos acumulados en los primeros días de su Gobierno y que en algún momento, alguien independiente tendrá que empezar a investigar.
Cuentan otros que es “lo natural”, una vez conformado el Gobierno y supuestamente agotados los mandatos de la transición – curiosa afirmación con los militares patrullando las calles -, los políticos se concentren en la reproducción de su propio poder y desde ese punto de vista, es sano incluso que se haga responsable de sus decisiones hasta el final, por si acaso se le iba a ocurrir salir huyendo a la mínima posibilidad.
José Luis Gálvez, de CiesMori, es decir, con datos en la mano, mostraba el viernes en Santa Cruz que la población quería algo nuevo pero con experiencia; y no pretendía un cambio radical de políticas, sino arreglar lo que no funciona. Además, pudo asegurar que el problema con Morales era su autoritarismo, no su gestión, porque al final las obras están ahí.
Áñez puede pasar por lo nuevo, pese a sus muchos años en política; de sus aliados difícilmente se destacará primero su experiencia, y el legado de su gestión, por el momento, es una confrontación permanente con el mito de Gobierno de Morales, aun asumiendo que hay cosas que no se pueden cambiar, como los bonos y determinados programas.
Los aplausos desde Argentina
Hace una semana el Movimiento Al Socialismo ya había definido su binomio y con él, su encuadre de discusión. Es cierto que no tiene todos los medios a su alcance como tenía en el Gobierno, pero por lo general, viene discutiendo la agenda mediática entre las apariciones de Morales y sus propios conflictos internos.
En las próximas semanas, Morales tenderá a desaparecer en Bolivia y, supuestamente, en algún momento, volverá Luis Arce Catacora para hacer la campaña en el país y no en las televisiones argentinas. De su habilidad como orador dependerá su éxito en la campaña
El paso dado por Áñez, señalan los estrategas del MAS, acaba quitándole muchos argumentos que otros podían haber utilizado en su contra. Sobre todo el abuso de poder. Algunos no lo pueden ni creer.
En el eje de lo nuevo contra lo viejo, el MAS resulta ahora el renovado, mientras que viejos políticos, aunque jóvenes, se arremolinan sobre la Presidenta. Además, con Camacho y Pumari al costado clamando contra esas viejas mañas, la agenda parece empatada.
Por otro lado, en el eje de la reconciliación sobre la polarización, el Gobierno ha optado claramente por la segunda, con una línea dura muy marcada y con mucho énfasis en el revanchismo. Pese a que en las redes parezca la opinión mayoritaria, será importante analizar los datos en ese sentido.
“Pelillos a la mar”
En Tarija, desde siempre, las elecciones nacionales se ven como una antesala para la lucha por el poder departamental. Resulta curioso que en la alianza de Áñez – Demócratas aparezcan dos agrupaciones tarijeñas, como Todos y UNIR, que soterradamente han mantenido una guerra feroz en los últimos años.
Todos aspira a reeditar el poder en la Gobernación, mientras que UNIR de Óscar Montes, tradicionalmente dedicado al Gobierno Municipal, había anunciado alguna intención de luchar por la Gobernación en los próximos comicios.
En los últimos años, Montes se había mostrado más cercano a Johnny Torres – Subgobernador – y Oliva más próximo a Rodrigo Paz, alcalde. Paz y Montes mantienen un pulso todavía más feroz.
Ni los más avezados analistas pueden esbozar qué significará a nivel departamental, pero se ve improbable que “Juntos” se ramifique en el futuro en poder departamental. Pero sin duda, tendrá consecuencias.