Un chaco de locos
Éramos pocos y llegó UNIR. La política en el Chaco está en plena ebullición. Más que en los tiempos de la Autonomía. Más que cuando se hundió el sistema.



Más que cuando surgió el PAN. Más que cuando se convirtió en MAS y dejó a Wilman Cardozo en el limbo. Más que cuando Cardozo abrazó a Doria Medina. Más que cuando cayeron de un solo saque Carlos Brú, Rubén Vaca y Marcial Rengifo… O a lo mejor no tanto.Los actuales ejecutivos están demasiado preocupados por sus finanzas, por la caída del crudo y las decenas de millones que tienen que desembolsar y para las que no encuentran soluciones pese a tener en la caja tres centenares. José Quecaña en Yacuiba, Robert Ruíz en Villa Montes y Lorgio Torres en Caraparí han decidido dosificar el ímpetu que mostraron al principio para asegurar sus posiciones con los suyos, pero eso no quiere decir que hayan dejado de hacer política.En cualquier caso, donde está que arde es en “Yacuiba capital”, con el alcalde Ramiro Vallejos negando tres veces a su aliado y supuesto promotor Wilman Cardozo, que a su vez ruega su perdón y ofrece penitencia por haberlo apoyado. En tonos bíblicos se debate ahora sobre la ruptura de una alianza y sobre la elección de aliados. Vallejos se ha cansado de los ninguneos de Cardozo y este de sentirse apartado de la toma de decisiones importantes. De tanto lograrlo, Cardozo se presenta como una máquina electoral fabulosa, porque ganó solito dos veces su diputación unipersonal y porque también sentó en ese mismo curul a Marcela Vásquez luchando contra todo el aparato que el MAS había desplegado en 2014. Cardozo quería volver a Yacuiba y hacerse ejecutivo municipal en 2015, pero la resolución del Tribunal Supremo Electoral, que inhabilitó a los diputados como ejecutivos por haber abandonado la circunscripción que estaban representando para vivir en La Paz, así como suena, lo dejó compuesto y sin novia. Vallejos apareció como solución porque “lo dijeron las encuestas que sino no ganábamos” explicó esta misma semana cansado de ser presentado como títere. Hasta esta semana había intentos de reconciliación, posibilidades. Esta semana volaron por los aires. Aunque con Cardozo, nunca se sabe.En este contexto, de mentor rompiendo con discípulo, apareció Óscar Montes en Yacuiba, como un espectador de lujo de una versión 2.0 de su propia historia en Tarija. La película se torna culebrón.El ex alcalde de Tarija ha emprendido la labor de “institucionalizar” UNIR, en lo que sus detractores interpretan como un intento post arrepentimiento de recuperar el poder para pugnar por la silla de la Gobernación en 2020, esa que no se atrevió a disputar en 2015.Montes alegó entonces motivos estrictamente personales y su entorno concedió la teoría del acoso judicial. Otros señalaron que el NO rotundo de Wilman Cardozo que le transmitió vía Johnny Torres acabó por dilapidar sus opciones. Pero ahora es otra partida.Montes busca aliados en el Chaco para consolidar su partido y Vallejos, el discípulo, es una de las piezas que ha quedado colgada tras la ruptura con Cardozo y al que, pese a su admiración personal hacia Evo Morales, sus cercanos no recomiendan transitar el camino que tomó su antecesor Carlos Brú. Menos acercarse a este.La visita fue de cortesía, aseguran. Pronto empieza la campaña por el Estatuto.