PIB: métrica defectuosa en el corazón de la macroeconomía
“Argumentamos que el PIB real es una métrica profundamente defectuosa. Es presentada como una medida objetiva de la escala económica. Pero cuando vemos debajo de su superficie, encontramos una subjetividad paralizante”. Esa afirmación proviene de Blair Fix -economista especializado en...
“Argumentamos que el PIB real es una métrica profundamente defectuosa. Es presentada como una medida objetiva de la escala económica. Pero cuando vemos debajo de su superficie, encontramos una subjetividad paralizante”.
Esa afirmación proviene de Blair Fix -economista especializado en energía y desigualdad por la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad de York-, Jonathan Nitzan -profesor de economía política en la misma universidad-, y Shimshon Bichler- profesor de economía política en diferentes universidades de Israel-, en una investigación conjunta publicada recientemente.
En su trabajo, Fix, Nitzan y Bichler analizan y desnudan varias falencias en la métrica del PIB real, encontrando sus debilidades incluso en la lógica y la matemática que lo subyace, comenzando con el uso del año base para calcular su valor, algo que de entrada desdibuja su objetividad y legitimidad como medida, pese a que es apenas “la punta del iceberg” de los problemas de PIB.
PIB real y año baseEl PIB real, explican, mide la cantidad total de bienes y servicios producidos en una economía. El reto para los macroeconomistas es que la “cantidad” de bienes y servicios -y por tanto el PIB real- no puede ser agregado de manera directa.
Debido a que los bienes y servicios son cualitativamente diferentes, no se puede sumar sus cantidades en sus unidades naturales. Por ejemplo, no se puede sumar un kilo de tomates, dos computadoras portátiles y cinco servicios financieros.
“Si bien cada grupo de mercancía o producto tiene su propia cantidad, estas cantidades son inconmensurables entre sí”, explican. “Afortunadamente, hay una solución simple para esta dificultad. O así lo afirman los macroeconomistas”.
La solución consiste en que, en vez de multiplicar cada mercancía, producto o servicio por su actual precio monetario (ya que éste cambia constantemente con el tiempo), se multiplica por el precio dado en un “año base” particular.
Fix, Nitzan y Bichler agregan que, en este cálculo, “los precios son siempre los mismos, por definición. Y como lo único que cambia ahora son las cantidades producidas, podemos llegar a un PIB real denominado en precios de año base”.
¿Cuál año base?Sin embargo, los citados economistas hacen notar que esta metodología conlleva un problema conceptual nada pequeño: resulta que el crecimiento del PIB real -supuestamente una cantidad única y objetiva- es “altamente sensible a nuestra elección de año base”.
Para ilustrar este problema, los expertos proponen un ejercicio sencillo, imaginando que una economía produce solamente dos mercancías: mil libras de tomates y dos computadoras. El año base elegido es 1990, y ese año la libra de tomate cuesta 2 dólares y cada computadora cuesta 2 mil dólares. En este caso, el PIB real en dólares de 1990 sería de 6.000 dólares (1.000 lb × 2$us + 2laptops × 2.000 = 6.000).
El siguiente año, 1991, “la economía crece produciendo una computadora adicional. Esto significa que el PIB real en 1991, denominado en precios de 1990, es de 8.000 dólares (1.000 × 2$us + 3laptops × 2.000 $us)”. Así, en comparación con 1990, el PIB real creció en 33,3%.
Ahora bien, ¿qué ocurre si en vez de usar a 1990 como año base se decide usar a 1991? La producción sigue igual para ambos años del ejemplo, pero los precios son diferentes: la libra de tomates cuesta 4 dólares y la computadora sólo cuesta mil. En estas nuevas condiciones, el PIB real de 1990 denominado en dólares de 1991 es de 6.000, y el de 1991 es de 7.000. En este caso, el crecimiento del PIB es de sólo 17%.
“Y eso que este es el más simple de los ejemplos. Un ejercicio ligeramente más complejo, por ejemplo, uno donde la producción de computadoras aumenta y la de los tomates disminuye, podría generar crecimiento positivo del PIB en un año y uno negativo el otro”, agregan.En otras palabras, el PIB real es afectado no sólo por las cantidades actuales que se producen, sino también por el año base elegido. “Y como existen numerosos años base que pueden elegirse, el mismo PIB real puede tener muchas magnitudes diferentes”.
Incertidumbre del PIBEl problema del año base significa que existe una incertidumbre en el PIB real: dado que los precios relativos de las mercancías cambian de un año a otro, cada año base generará una diferente medición del PIB real. Y como no hay forma de determinar qué año base es el “correcto”, la elección resulta siempre arbitraria.
“Esta arbitrariedad nos deja con una inherente, irreducible incertidumbre de la medición”, dicen Fix, Nitzan y Bichler, pero advierten que lo más curioso es que los economistas no reportan esta incertidumbre.
“Los científicos saben que la incertidumbre de medición debe ser reportada, porque afecta la confiabilidad de la medición. Si no reportamos la incertidumbre, no estamos diciendo la verdad a otros científicos; hacemos que nuestra medición parezca cierta cuando en realidad no lo es. Y aunque los economistas están conscientes del problema del año base (se les enseña en el pregrado), nunca encontramos mediciones oficiales de la incertidumbre en los datos de crecimiento del PIB real.
El gobierno publica una sola medición del PIB real, sin reportar ninguna incertidumbre”, explican.Todo esto es solo “la punta del iceberg”, por lo que las mediciones del PIB real carecen de significado real afirman los expertos. Y agregan que, según su punto de vista, el PIB real debería llamarse “Utilidad Interna Bruta Incuantificable Arbitrariamente Ponderada”, o AWUGDU, por su sigla en inglés.