La efectividad de sus delanteros, una preocupación para Gallardo

River es un equipo goleador. Está claro. De hecho, basta con mirar la tabla de la Superliga y observar que es el que más goles (15) a favor tiene. Sin embargo, en las últimas presentaciones la cantidad bajó. Y no es por falta de productividad. El conjunto de Marcelo Gallardo genera muchas llegadas. Entonces, hay un déficit en la definición o en el último pase. Y una ineficacia en la que caen los atacantes. Es que al registrar los números, hay un dato preocupante: un delantero de River no convierte un gol desde hace más de un mes.

El último en anotar fue el colombiano Rafael Santos Borré. Y de penal. Contra Cerro Porteño, el 22 de agosto, en el Monumental por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Es decir que pasaron más de 6 partidos sin que un atacante Millonario convierta un gol. En total, 565 minutos. Y para encontrar un tanto de jugada hay que remontarse al 6-1 con Racing en el Cilindro de Avellaneda, el 17 de agosto. Ese sábado por la noche hubo goles de Borré (2), de Suárez y de Scocco.

De acuerdo a lo que estuvieron en cancha los delanteros, las frías estadísticas indican que Borré no anota un gol hace 35 días y acumula 378 minutos (4 partidos completos y 20 minutos) sin lograr que la pelota bese a la red; para Matías Suárez ya van 40 días y 426 minutos (4 encuentros completos más otro de 66 minutos); para Ignacio Scocco también van 40 días pero como jugó menos, son 196 minutos (2 partidos más 16 minutos de otro); para Lucas Pratto la sequía ya asciende a 119 días, con cuatro partidos enteros y 76 minutos de otro. Para encontrar el último gol del Oso hay que remontarse al 3-0 ante Atlético Paranaense en la final de la Recopa cuando cerca del final hizo el segundo tanto de River. No es nuevo esto en el ex Vélez.

El año pasado también tuvo la pólvora mojada durante un tiempo y luego rompió redes en los partidos más importantes, como las finales de la Copa Libertadores, en las que hizo un gol en la Bombonera y otro en Madrid. En tanto, Julián Alvarez  jugó 246 minutos este semestre y tampoco convirtió. Su último tanto fue contra Inter de Porto Alegre, el 7 de mayo, en el 2-2 en el Monumental por la última jornada de la fase de grupos de la Copa Libertadores.

La estadística también marca que de los 59 goles (en 34 partidos) que River lleva en el año, los delanteros hicieron menos de la mitad. Anotaron 27 tantos, es decir un 46 por ciento. Y si se contabilizan los encuentros desde que se retomó la actividad en julio tras el receso, el promedio baja. De los 20 goles hechos por el equipo (en 13 encuentros), los atacantes convirtieron 8, lo que equivale a un 40 por ciento.

Si bien la cifra puede ser consideraba abajo de la media, hay un dato positivo: River tiene volantes con mucho gol producto de que llegan a pisar el área rival en varias ocasiones en los diferentes juegos. Anotaron 25 goles en el año. Y en el semestre convirtieron 10 tantos, dos más que los delanteros.

Por su parte, los defensores hicieron 5 goles y hubo dos en contra (Varela, de Godoy Cruz, en la Copa Argentina, y Alejandro Donatti, de Racing, en la Superliga) Hasta el momento, de todos modos, el goleador de River en el 2019 es un delantero: Matías Suárez. El cordobés lleva anotados 9 goles. En segundo lugar aparecen Ignacio Fernández y Borré (7). Luego siguen Pratto (6), Quintero y De La Cruz (5), Ferreira (4), Scocco (3), Julián Alvarez (2), Palacios (2), Martínez Quarta (2), Carrascal (1), Hernán López (1), Casco (1), Pinola (1) y Rojas (1).

Al margen de la poca efectividad en el último tiempo de los delanteros, vale decir que han tenido participación en goles de otros compañeros. Ya sea creando espacios para la llegada al área rival de volantes o defensores, participando en el armado de jugadas o dando asistencias.

Por ejemplo, Suárez le dio el pase a Casco para que convirtiera contra Huracán y Borré a De La Cruz en ese mismo encuentro que se jugó hace casi dos semanas en el Palacio Ducó y River goleó 4-0. El domingo contra Vélez, Suárez le devolvió una pared a Martínez Quarta, quien llegó al fondo y asistió a Nacho Fernández que llegó como 9 para anotar la igualdad transitoria.

El mensaje de Gallardo y del plantel es que se trabaja en equipo y que mientras el gol llegue no importa quién lo haga. De todos modos, para alejar cualquier tipo de preocupación se espera que los delanteros vuelvan a romper redes.