Del Libro: Motivos Campestres, Tarija. 1960
“La adivinadora"
Por un caminito angosto,



Por un caminito angosto,
Bordado de espesa hierba,
Vá llegando la Gervacia
A la casa de su suegra.
La mandó doña Encarnita,
Que haga sortiar un becerro;
El que con una vaquilla
Desapareció del cerro.
La vieja espera impaciente,
Revoleando su cantina;
Quiere saber al momento,
Qué descubrió la adivina.
¡Elay pu la Gervacita!
¿Jallaste al jín a la negra?
Ti esperau dende que has ido
Sin moverme de la piegra.
Al jín la jalló mamay
A punta de preguntar;
Me encontró con don Crecencio,
El más bien me hizo llegar.
Dentramos con la morena
A un cuartito colorao,
Allá nos hizo sentar
Sobre un cuero estaquillao.
Diciendo que había que dar
Su paga a los espíritus,
Me hizo que vuelque la chuspa,
Dentro de unos cajoncitos.
Sacó de un pañuelo grande
Unas hojitas de coca;
Rezando el credo patrás
Cuasi sin mover la boca.
Me preguntó güelta a güelta,
Sobre el novillo y la vaca;
Al jín de tanto jablar
Me dijo así la bellaca:
Por las coquitas volcadas
Y estas chalitas de mote,
Salta muy claro a la vista
Que el ladrón es de bigote.
En cuanto llegue a su casa
Encienda un poco y carbón;
Al lau que humo se vaya,
Ese lau está el ladrón.
La coca número diez,
Dice que se va encontrar
La vaca con el novillo
A los tres días de buscar.
Si el espíritu me miente
O su voluntad se tranca,
Véngase la otra semana
Trayéndole plata blanca