¿Comemos a la hora correcta?
Camilo Andrade Nutricionista “Coma poco y temprano si quiere llegar a anciano”, dicta el refrán popular. La ciencia lo corrobora, confirmando que no sólo influye cuánto comes sino cuándo lo haces. Una investigación de la Universidad de Murcia, en colaboración con investigadores de...
Camilo Andrade Nutricionista
“Coma poco y temprano si quiere llegar a anciano”, dicta el refrán popular. La ciencia lo corrobora, confirmando que no sólo influye cuánto comes sino cuándo lo haces. Una investigación de la Universidad de Murcia, en colaboración con investigadores de las universidades estadounidenses de Harvard y Tufts, concluyó que la hora a la que se hace el almuerzo, que constituye el 40% de las calorías diarias totales, es un factor importante para la pérdida de peso.
Conociendo más
Una investigación de la Universidad de Illinois (EEUU) también demostró que las personas con diabetes tipo 2 que desayunaban tarde tenían mayor probabilidad de tener un índice de masa corporal más elevado, y otra publicada el año pasado en The American Journal of Clinical Nutrition, concluyó que las personas que comían más cerca de la hora de dormir tenían un mayor porcentaje de grasa. Esto, ha cambiado la percepción en cuanto al planteamiento de estrategias a la hora de perder peso, ya que hasta ahora sólo tenían en cuenta la cantidad de calorías, pero no tanto el momento en el que se ingerían.
Tenemos un reloj interno en el cerebro que lo controla todo, pero también tenemos otros periféricos en los distintos órganos que se sincronizan con el central. La luz y la oscuridad regulan estos relojes, pero también lo hace la nutrición. Si la hora a la que comemos no es la adecuada, se produce una desincronización. Según los expertos, no deberíamos demorar la primera comida del día más allá de las 8:00. El momento adecuado para almorzar sería entre las 12:30 y las 13:30 y para cenar entre las 20:00 y las 21:00 horas, nunca más tarde de ahí.
Lo recomendable
es cenar unas dos horas y media antes de irse a dormir
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“Coma poco y temprano si quiere llegar a anciano”, dicta el refrán popular. La ciencia lo corrobora, confirmando que no sólo influye cuánto comes sino cuándo lo haces. Una investigación de la Universidad de Murcia, en colaboración con investigadores de las universidades estadounidenses de Harvard y Tufts, concluyó que la hora a la que se hace el almuerzo, que constituye el 40% de las calorías diarias totales, es un factor importante para la pérdida de peso.
Conociendo más
Una investigación de la Universidad de Illinois (EEUU) también demostró que las personas con diabetes tipo 2 que desayunaban tarde tenían mayor probabilidad de tener un índice de masa corporal más elevado, y otra publicada el año pasado en The American Journal of Clinical Nutrition, concluyó que las personas que comían más cerca de la hora de dormir tenían un mayor porcentaje de grasa. Esto, ha cambiado la percepción en cuanto al planteamiento de estrategias a la hora de perder peso, ya que hasta ahora sólo tenían en cuenta la cantidad de calorías, pero no tanto el momento en el que se ingerían.
Tenemos un reloj interno en el cerebro que lo controla todo, pero también tenemos otros periféricos en los distintos órganos que se sincronizan con el central. La luz y la oscuridad regulan estos relojes, pero también lo hace la nutrición. Si la hora a la que comemos no es la adecuada, se produce una desincronización. Según los expertos, no deberíamos demorar la primera comida del día más allá de las 8:00. El momento adecuado para almorzar sería entre las 12:30 y las 13:30 y para cenar entre las 20:00 y las 21:00 horas, nunca más tarde de ahí.
Lo recomendable
es cenar unas dos horas y media antes de irse a dormir
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