Y Farfán se hace político
Ha asesorado a casi todos en el Chaco, sobre todo a los no masista, pero ni tanto. Hizo manitas con Cardozo, con la Barrios, con Marcial. Con Cossío. Hasta con Ramiro Vallejos - el alcalde converso de Yacuiba - que entre tanto enemigo no acaba de acertar una. Antes había sido periodista, al...
Ha asesorado a casi todos en el Chaco, sobre todo a los no masista, pero ni tanto. Hizo manitas con Cardozo, con la Barrios, con Marcial. Con Cossío. Hasta con Ramiro Vallejos - el alcalde converso de Yacuiba - que entre tanto enemigo no acaba de acertar una.
Antes había sido periodista, al estilo chaqueño, sin muchas formas que guardar, liberal de primera, excéntrico y liberal, de los que parecía ya no quedaban en el país con la llegada de Evo Morales y el proceso de cambio de 2003.
Esteban Farfán se jactaba de no haberle estrechado jamás la mano a Carlos Brú. Fundó un semanario llamado El Quebracho para publicar su investigación sobre la compra de las computadoras de la Alcaldía, esas que se pagaron a 400 dólares y costaron apenas 100 y todos los datos están registradísimos en todas las oficinas que tenían algo que decir pero ninguna dijo nada. El semanario se volvió mensuario y en realidad nunca publicó nada más ahí, pero la investigación sigue martilleando las espaldas de Carlos Brú y sus colaboradores; también de aquellos masistas que no pueden creer que el presidente Evo Morales le haya entregado tanta confianza al susodicho. El caso es idéntico al que mantiene al exalcalde de Cochabamba, José María Leyes, fuera de juego, pero la Fiscalía no ve ni delito; cosas de la periferia judicial.
La cuestión es que después de una vida opinando, ahora ha pasado a la primera línea de la mano de los Demócratas de Rubén Costas. El periodismo pierde una fuente de información y suma otra voz política en la convulsa Región Autónoma del Chaco. Era seguramente cuestión de tiempo.
Antes había sido periodista, al estilo chaqueño, sin muchas formas que guardar, liberal de primera, excéntrico y liberal, de los que parecía ya no quedaban en el país con la llegada de Evo Morales y el proceso de cambio de 2003.
Esteban Farfán se jactaba de no haberle estrechado jamás la mano a Carlos Brú. Fundó un semanario llamado El Quebracho para publicar su investigación sobre la compra de las computadoras de la Alcaldía, esas que se pagaron a 400 dólares y costaron apenas 100 y todos los datos están registradísimos en todas las oficinas que tenían algo que decir pero ninguna dijo nada. El semanario se volvió mensuario y en realidad nunca publicó nada más ahí, pero la investigación sigue martilleando las espaldas de Carlos Brú y sus colaboradores; también de aquellos masistas que no pueden creer que el presidente Evo Morales le haya entregado tanta confianza al susodicho. El caso es idéntico al que mantiene al exalcalde de Cochabamba, José María Leyes, fuera de juego, pero la Fiscalía no ve ni delito; cosas de la periferia judicial.
La cuestión es que después de una vida opinando, ahora ha pasado a la primera línea de la mano de los Demócratas de Rubén Costas. El periodismo pierde una fuente de información y suma otra voz política en la convulsa Región Autónoma del Chaco. Era seguramente cuestión de tiempo.