Sobre las lesiones por ejercicios
José Arciénaga Preparador físico No importa si haces ejercicio intensa y regularmente, o sólo de vez en cuando, la posibilidad de una lesión siempre está presente. Cuando ésta ocurre, es importante prestar atención a las señales que envía tu cuerpo, regresar gradualmente al nivel...
José Arciénaga Preparador físico
No importa si haces ejercicio intensa y regularmente, o sólo de vez en cuando, la posibilidad de una lesión siempre está presente. Cuando ésta ocurre, es importante prestar atención a las señales que envía tu cuerpo, regresar gradualmente al nivel de actividad anterior, y seguir los consejos del médico, del entrenador o el terapista. Muchas veces, la lesión ocurre por abusar (usar excesivamente) un músculo o una articulación o por hacer un movimiento repetitivo.
La falta de fuerza o tono muscular, la falta de flexibilidad o de equilibrio, pueden predisponernos a sufrir una lesión. A muchos el entusiasmo les hace olvidar la importancia de realizar los movimientos correctamente o de preparar al cuerpo adecuadamente para el esfuerzo que le exigimos. Sin embargo, aun tomando todo tipo de precauciones, lo cierto es que si practicas un deporte o te ejercitas con frecuencia, corres el riesgo de sufrir una lesión en algún momento de tu vida.
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Una lesión puede ser leve o severa llegando incluso a limitar o hacernos perder el funcionamiento de alguna partes del cuerpo. Puede ser: un músculo adolorido debido a distensión o esguince muscular; una inflamación de un tendón (una tendinitis), o de un ligamento o un desgarro de los mismos; una dislocación de una articulación o incluso una fractura (que se rompa) un hueso. La mejor forma de evitar las lesiones es mantenerse en forma, seleccionar el tipo de entrenamiento o actividades físicas inteligentemente.
No importa si haces ejercicio intensa y regularmente, o sólo de vez en cuando, la posibilidad de una lesión siempre está presente. Cuando ésta ocurre, es importante prestar atención a las señales que envía tu cuerpo, regresar gradualmente al nivel de actividad anterior, y seguir los consejos del médico, del entrenador o el terapista. Muchas veces, la lesión ocurre por abusar (usar excesivamente) un músculo o una articulación o por hacer un movimiento repetitivo.
La falta de fuerza o tono muscular, la falta de flexibilidad o de equilibrio, pueden predisponernos a sufrir una lesión. A muchos el entusiasmo les hace olvidar la importancia de realizar los movimientos correctamente o de preparar al cuerpo adecuadamente para el esfuerzo que le exigimos. Sin embargo, aun tomando todo tipo de precauciones, lo cierto es que si practicas un deporte o te ejercitas con frecuencia, corres el riesgo de sufrir una lesión en algún momento de tu vida.
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Una lesión puede ser leve o severa llegando incluso a limitar o hacernos perder el funcionamiento de alguna partes del cuerpo. Puede ser: un músculo adolorido debido a distensión o esguince muscular; una inflamación de un tendón (una tendinitis), o de un ligamento o un desgarro de los mismos; una dislocación de una articulación o incluso una fractura (que se rompa) un hueso. La mejor forma de evitar las lesiones es mantenerse en forma, seleccionar el tipo de entrenamiento o actividades físicas inteligentemente.