Según informe, no hay independencia judicial en Bolivia
El Informe sobre el estado de situación de la Justicia elaborado por la Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos concluyó que no existe independencia en el Órgano Judicial de Bolivia, y advierte que el Gobierno asigna un 0,49% de presupuesto para todo el sistema...
El Informe sobre el estado de situación de la Justicia elaborado por la Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos concluyó que no existe independencia en el Órgano Judicial de Bolivia, y advierte que el Gobierno asigna un 0,49% de presupuesto para todo el sistema judicial.
La Plataforma aborda en el informe cinco temáticas: El estado actual de la administración de justicia, la administración de justicia penal, el acceso a la justicia de mujeres que sufren violencia, la situación de la independencia de justicia y la transparencia y acceso a la información pública, para cerrar con recomendaciones de la sociedad civil.
Uno de los temas fundamentales es si existe o no independencia judicial en Bolivia, la directora de la Fundación Construir, Susana Saavedra, dijo a ANF que “No. La independencia está plasmada en la norma, en el informe hacemos un análisis de los estándares y se está incumpliendo, no existen garantías prácticas que faciliten esta independencia”, sostuvo.
Precisó que, en la dimensión institucional, es decir, en teoría se cumple la independencia judicial, porque está establecido en la Constitución Política del Estado y en las normas; pero en la dimensión personal existen temas medulares que no son atendidos.
Presupuesto
Citó el tema presupuestario, porque el Gobierno destina en el Presupuesto General de la Nacional (PGN) el 0,49% de recursos económicos para todo el sistema judicial, es decir, “el Estado transita a una reforma fuerte, pero con ese presupuesto no se consolidarán las reformas”, observó.
“No se puede hacer una transformación en el marco de la agenda de la Cumbre (de Justicia) con un presupuesto de este nivel”, afirmó Saavedra, quien considera “preocupante” que no exista voluntad política para impulsar las reformas en condiciones que den sostenibilidad al proceso.
Manifestó que según los estándares internacionales se trata de uno de los Poderes del Estado más importantes, sin embargo, en Bolivia no existe ni siquiera un mapa de acceso a la justicia respecto a las necesidades de la población en relación a criterios de género, brechas generacionales, entre otros.
Las instituciones que son parte de la Plataforma observan que “no existen las condiciones para una carrera judicial, hay una transitoriedad en el Órgano Judicial que se ha extendido por casi una década, solo el 20% de los jueces son institucionalizados; mientras que en el Ministerio Público no hay información, se estima que apenas el 10% de los fiscales son institucionalizados.
Otro dato, es que el Consejo de la Magistratura proyectó crear 278 nuevos juzgados en el país, pero solo logró instalar 52 juzgados, para atender la amplia carga procesal. Actualmente, existen 1.105 jueces en la jurisdicción ordinaria, las causas penales están distribuidas en 291 juzgados en las ciudades capitales y provincias.
El 68,13% de la población carcelaria se encuentra con detención preventiva, de esta manera el país ocupa el cuarto lugar en relación a los países miembros de la Organización de Estados Americanos, después de Paraguay, Haití y Uruguay.
La Plataforma aborda en el informe cinco temáticas: El estado actual de la administración de justicia, la administración de justicia penal, el acceso a la justicia de mujeres que sufren violencia, la situación de la independencia de justicia y la transparencia y acceso a la información pública, para cerrar con recomendaciones de la sociedad civil.
Uno de los temas fundamentales es si existe o no independencia judicial en Bolivia, la directora de la Fundación Construir, Susana Saavedra, dijo a ANF que “No. La independencia está plasmada en la norma, en el informe hacemos un análisis de los estándares y se está incumpliendo, no existen garantías prácticas que faciliten esta independencia”, sostuvo.
Precisó que, en la dimensión institucional, es decir, en teoría se cumple la independencia judicial, porque está establecido en la Constitución Política del Estado y en las normas; pero en la dimensión personal existen temas medulares que no son atendidos.
Presupuesto
Citó el tema presupuestario, porque el Gobierno destina en el Presupuesto General de la Nacional (PGN) el 0,49% de recursos económicos para todo el sistema judicial, es decir, “el Estado transita a una reforma fuerte, pero con ese presupuesto no se consolidarán las reformas”, observó.
“No se puede hacer una transformación en el marco de la agenda de la Cumbre (de Justicia) con un presupuesto de este nivel”, afirmó Saavedra, quien considera “preocupante” que no exista voluntad política para impulsar las reformas en condiciones que den sostenibilidad al proceso.
Manifestó que según los estándares internacionales se trata de uno de los Poderes del Estado más importantes, sin embargo, en Bolivia no existe ni siquiera un mapa de acceso a la justicia respecto a las necesidades de la población en relación a criterios de género, brechas generacionales, entre otros.
Las instituciones que son parte de la Plataforma observan que “no existen las condiciones para una carrera judicial, hay una transitoriedad en el Órgano Judicial que se ha extendido por casi una década, solo el 20% de los jueces son institucionalizados; mientras que en el Ministerio Público no hay información, se estima que apenas el 10% de los fiscales son institucionalizados.
Otro dato, es que el Consejo de la Magistratura proyectó crear 278 nuevos juzgados en el país, pero solo logró instalar 52 juzgados, para atender la amplia carga procesal. Actualmente, existen 1.105 jueces en la jurisdicción ordinaria, las causas penales están distribuidas en 291 juzgados en las ciudades capitales y provincias.
El 68,13% de la población carcelaria se encuentra con detención preventiva, de esta manera el país ocupa el cuarto lugar en relación a los países miembros de la Organización de Estados Americanos, después de Paraguay, Haití y Uruguay.