San Jorge I, 20 años “navegando” sobre las aguas servidas del penal
Hace una semana, aproximadamente, las aguas servidas que colapsan en el interior del Régimen Penitenciario Morros Blancos se filtraron del muro que separa a los reos con el resto de la sociedad. La calle Dillman Flores, en el barrio San Jorge I, que está ubicada en la parte trasera de la...
Hace una semana, aproximadamente, las aguas servidas que colapsan en el interior del Régimen Penitenciario Morros Blancos se filtraron del muro que separa a los reos con el resto de la sociedad. La calle Dillman Flores, en el barrio San Jorge I, que está ubicada en la parte trasera de la cárcel, es la más afectada. Una corriente de aguas servidas que trasminan día y noche la zona se desliza atravesando tres cuadras hasta encontrar la alcantarilla más cercana.
El problema no es reciente. Hace 20 años atrás, un momento clave en el crecimiento del barrio porque hubo varias familias que llegaron de diferentes provincias y adquirieron terrenos, ya se alertó sobre esta problemática. Sin embargo, esa época había muy poca casas y la población en esta zona de Tarija era escasa.
No había alumbrado público, donde ahora está el colegio de San Jorge sólo se había un churqui y la posta de salud tampoco existía. Muchos cambios se realizaron en el barrio.
La construcción de la Estación Policial Integral (EPI) al lado del centro penitenciario posibilitó que exista mayor control que años anteriores en cuanto a la seguridad ciudadana, como también las cámaras de vigilancia. A pesar de los evidentes cambios, la salud pública en este barrio no presenta grandes avances, debido a las aguas ser-vidas que continúan siendo vertidas en la vía pública.
La representante de la Junta Vecinal de San Jorge I, Nélida Sánchez, explicó que desde hace 20 años que existe este problema, pero desde hace unos cinco el conflicto es casi permanente. Durante la gestión 2019, la directiva del barrio, presidida por Jorge Heredia, realizó una inspección en la cárcel de Morros Blancos.
El entonces director de Régimen Penitenciario, Ariel Miranda, tras conocer las denuncias, aseguró que el penal cuenta con un sistema de alcantarillado para las aguas residuales. Según sus declaraciones, las aguas que salen hasta las calles son el resultado de una acumulación “de aguas de lluvia” en una pendiente ubicada al interior del penal de Morros Blan-cos, reiterando que no serían aguas residuales.
La junta vecinal no estuvo de acuerdo con estas manifestaciones. Este pozo de supuesta agua de lluvia no se trata más sino del pozo séptico que colapsó por el incremento de la población del penal.
El olor que trasciende en el barrio no deja duda de que se trata de agua con heces fecales
En una entrevista con uno de los internos que prefirió no revelar su nombre, esta hipótesis fue rectificada. El agua viene de las cañerías de las instalaciones de baños, duchas y grifos de todo el penal. La intención de realizar un alcantarillado se frenó hace varios años atrás y el colapso del pozo séptico se pretende silenciar.
Son numerosas las notas y reportajes que se escribieron respecto al tema, pero parece no ser un motivo suficiente para el Gobierno nacional, que es el nivel estatal encargado de realizar un proyecto para brindar una solución permanente.
Aguas servidas del penal salen a la calle una vez a la semana
El alcalde de Cercado, Rodrigo Paz, explicó que el financiamiento y el proyecto deberán estar a cargo del Gobierno nacional y no es la Alcaldía ni la Cooperativa de Saneamiento, Agua y Alcantarillado (Cosaalt). El olor que trasciende en el barrio no deja ninguna duda de que se trata de agua con heces fecales y demás desperdicios de los internos que deben convivir con el riesgo de salud.
Colera, hepatitis, diarrea y otros males
Entre las enfermedades transmitidas por el agua contaminada por heces fecales, desechos humanos, animales o químicos se tiene: cólera, fiebre tifoidea, shigella, poliomielitis, meningitis, hepatitis, diarrea, infecciones y otras.
Los internos indicaron que, en el verano, con las lluvias, las infecciones estomacales son más frecuentes que en invierno; también el olor y la proliferación de zancudos se incrementan.
El problema no es reciente. Hace 20 años atrás, un momento clave en el crecimiento del barrio porque hubo varias familias que llegaron de diferentes provincias y adquirieron terrenos, ya se alertó sobre esta problemática. Sin embargo, esa época había muy poca casas y la población en esta zona de Tarija era escasa.
No había alumbrado público, donde ahora está el colegio de San Jorge sólo se había un churqui y la posta de salud tampoco existía. Muchos cambios se realizaron en el barrio.
La construcción de la Estación Policial Integral (EPI) al lado del centro penitenciario posibilitó que exista mayor control que años anteriores en cuanto a la seguridad ciudadana, como también las cámaras de vigilancia. A pesar de los evidentes cambios, la salud pública en este barrio no presenta grandes avances, debido a las aguas ser-vidas que continúan siendo vertidas en la vía pública.
La representante de la Junta Vecinal de San Jorge I, Nélida Sánchez, explicó que desde hace 20 años que existe este problema, pero desde hace unos cinco el conflicto es casi permanente. Durante la gestión 2019, la directiva del barrio, presidida por Jorge Heredia, realizó una inspección en la cárcel de Morros Blancos.
El entonces director de Régimen Penitenciario, Ariel Miranda, tras conocer las denuncias, aseguró que el penal cuenta con un sistema de alcantarillado para las aguas residuales. Según sus declaraciones, las aguas que salen hasta las calles son el resultado de una acumulación “de aguas de lluvia” en una pendiente ubicada al interior del penal de Morros Blan-cos, reiterando que no serían aguas residuales.
La junta vecinal no estuvo de acuerdo con estas manifestaciones. Este pozo de supuesta agua de lluvia no se trata más sino del pozo séptico que colapsó por el incremento de la población del penal.
El olor que trasciende en el barrio no deja duda de que se trata de agua con heces fecales
En una entrevista con uno de los internos que prefirió no revelar su nombre, esta hipótesis fue rectificada. El agua viene de las cañerías de las instalaciones de baños, duchas y grifos de todo el penal. La intención de realizar un alcantarillado se frenó hace varios años atrás y el colapso del pozo séptico se pretende silenciar.
Son numerosas las notas y reportajes que se escribieron respecto al tema, pero parece no ser un motivo suficiente para el Gobierno nacional, que es el nivel estatal encargado de realizar un proyecto para brindar una solución permanente.
Aguas servidas del penal salen a la calle una vez a la semana
El alcalde de Cercado, Rodrigo Paz, explicó que el financiamiento y el proyecto deberán estar a cargo del Gobierno nacional y no es la Alcaldía ni la Cooperativa de Saneamiento, Agua y Alcantarillado (Cosaalt). El olor que trasciende en el barrio no deja ninguna duda de que se trata de agua con heces fecales y demás desperdicios de los internos que deben convivir con el riesgo de salud.
Colera, hepatitis, diarrea y otros males
Entre las enfermedades transmitidas por el agua contaminada por heces fecales, desechos humanos, animales o químicos se tiene: cólera, fiebre tifoidea, shigella, poliomielitis, meningitis, hepatitis, diarrea, infecciones y otras.
Los internos indicaron que, en el verano, con las lluvias, las infecciones estomacales son más frecuentes que en invierno; también el olor y la proliferación de zancudos se incrementan.