¿Quién se juega qué en Tarija en este 20 de octubre?
Cerradas las ánforas, los nervios están a flor de piel en Tarija. Más allá de quien sea presidente y quién no, diferentes políticos han apostado fuerte su capital en el departamento de Tarija. Es el caso de Adrián Oliva, el gobernador y líder del de la agrupación política que apostó...
Cerradas las ánforas, los nervios están a flor de piel en Tarija. Más allá de quien sea presidente y quién no, diferentes políticos han apostado fuerte su capital en el departamento de Tarija.
Es el caso de Adrián Oliva, el gobernador y líder del de la agrupación política que apostó su capital a la alianza con Carlos Mesa en Comunidad Ciudadana. Las encuestas le han dado siempre por encima, salvo en la única empresa autorizada para hacer una encuesta departamental, sin embargo, la clave estará en lo que suceda con los diputados uninominales, que se entienden como una reafirmación más allá de Carlos Mesa. En esas arenas movedizas del voto cruzado también se la ha jugado el alcalde Rodrigo Paz, que logró ubicar a Patricia Paputsakis como candidato a diputada uninominal por la C40, y cuyo resultado estará íntimamente vinculado a sus intenciones de reelección.
Más grave la tienen el MNR y Unir, por lo riesgoso de sus apuestas.
El MNR optó esta vez por concurrir en solitario, porque ya no podía quedarse en casa según la Ley y porque no pudo llegar a acuerdos con ninguna de las alianzas nacionales. Tal vez porque no lo buscó demasiado insistentemente. Virginio Lema, que desde el incendio de Sama apuntaba maneras de outsiders, se las acabó jugando en una elección complicada cuyo resultado, según las encuestas anteriores, puede ser la pérdida de la nonagenaria sigla, lo que tendrá unos resultados particulares en cuanto las intenciones de Johnny Torres en la próxima elección departamental.
UNIR está en parecidas. Óscar Montes decidió finalmente apoyar a Óscar Ortiz y el proyecto de Bolivia Dice No, con Demócratas como matriz. Aunque Montes barajó no poner candidatos, negó insistentemente que se fuera a “borrar” de la campaña. No apareció demasiado, ni siquiera en la presentación de candidatos, pero sí hizo un spot y desarrolló las teorías de copiar el modelo de desarrollo camba para Tarija como principal justificación de su apoyo. Montes se mide consigo mismo, y aunque puede hacer olvidar lo pasado como cuando en 2014 se deshizo rápidamente de su alianza con Tuto Quiroga, esta vez parece que la población es más consciente.
En el MAS lo que se libra es la interna, esa que hasta diez días antes de elecciones seguía con las espadas en alto y que realmente no se resolverá ni cuando se conozcan los resultados. La gestión de Lino Condori dejó tocado al partido, pero los años en la oposición no lo han mejorado. Los pulsos entre invitados – arribistas y bases siguen más candentes que nunca, por lo que en esta elección, que empezó con una expectativa por debajo del 20%, marcará de alguna forma la selección de candidatos para la departamental.
También se libran pulsos personales, como el de Gonzalo “Chulo” Torres en la C40, que decidió presentarse con el Tercer Sistema de Félix Patzi para medirse luego de su aventura como candidato a alcalde en 2015, que resultó en fracaso.
También es clave el resultado en el Chaco, que resulta la definición del pulso eterno entre Carlos Brú y Willman Cardozo por el liderazgo en Yacuiba.
Es el caso de Adrián Oliva, el gobernador y líder del de la agrupación política que apostó su capital a la alianza con Carlos Mesa en Comunidad Ciudadana. Las encuestas le han dado siempre por encima, salvo en la única empresa autorizada para hacer una encuesta departamental, sin embargo, la clave estará en lo que suceda con los diputados uninominales, que se entienden como una reafirmación más allá de Carlos Mesa. En esas arenas movedizas del voto cruzado también se la ha jugado el alcalde Rodrigo Paz, que logró ubicar a Patricia Paputsakis como candidato a diputada uninominal por la C40, y cuyo resultado estará íntimamente vinculado a sus intenciones de reelección.
Más grave la tienen el MNR y Unir, por lo riesgoso de sus apuestas.
El MNR optó esta vez por concurrir en solitario, porque ya no podía quedarse en casa según la Ley y porque no pudo llegar a acuerdos con ninguna de las alianzas nacionales. Tal vez porque no lo buscó demasiado insistentemente. Virginio Lema, que desde el incendio de Sama apuntaba maneras de outsiders, se las acabó jugando en una elección complicada cuyo resultado, según las encuestas anteriores, puede ser la pérdida de la nonagenaria sigla, lo que tendrá unos resultados particulares en cuanto las intenciones de Johnny Torres en la próxima elección departamental.
UNIR está en parecidas. Óscar Montes decidió finalmente apoyar a Óscar Ortiz y el proyecto de Bolivia Dice No, con Demócratas como matriz. Aunque Montes barajó no poner candidatos, negó insistentemente que se fuera a “borrar” de la campaña. No apareció demasiado, ni siquiera en la presentación de candidatos, pero sí hizo un spot y desarrolló las teorías de copiar el modelo de desarrollo camba para Tarija como principal justificación de su apoyo. Montes se mide consigo mismo, y aunque puede hacer olvidar lo pasado como cuando en 2014 se deshizo rápidamente de su alianza con Tuto Quiroga, esta vez parece que la población es más consciente.
En el MAS lo que se libra es la interna, esa que hasta diez días antes de elecciones seguía con las espadas en alto y que realmente no se resolverá ni cuando se conozcan los resultados. La gestión de Lino Condori dejó tocado al partido, pero los años en la oposición no lo han mejorado. Los pulsos entre invitados – arribistas y bases siguen más candentes que nunca, por lo que en esta elección, que empezó con una expectativa por debajo del 20%, marcará de alguna forma la selección de candidatos para la departamental.
También se libran pulsos personales, como el de Gonzalo “Chulo” Torres en la C40, que decidió presentarse con el Tercer Sistema de Félix Patzi para medirse luego de su aventura como candidato a alcalde en 2015, que resultó en fracaso.
También es clave el resultado en el Chaco, que resulta la definición del pulso eterno entre Carlos Brú y Willman Cardozo por el liderazgo en Yacuiba.