¿Qué son las paperas?
Elías Vidaurre Médico La parotiditis (paperas) es una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales. La infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los adultos. Es una enfermedad viral producida por el paramixovirus,...
Elías Vidaurre Médico
La parotiditis (paperas) es una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales. La infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los adultos. Es una enfermedad viral producida por el paramixovirus, que, inicialmente, se multiplica en las células del aparato respiratorio y, posteriormente, la sangre lo transporta hacia todos los tejidos, como las glándulas salivales, siendo la principal la parótida.
A tomar en cuenta
El contagio de la enfermedad puede ser por contacto directo o por objetos contaminados con saliva u orina. La parotiditis no es una infección tan contagiosa como la varicela o el sarampión. Las épocas de mayor contagio de esta enfermedad se dan, generalmente, a finales del invierno o al principio de la primavera.
Aunque la afección puede padecerse a cualquier edad, en la mayoría de los casos afecta a niños de entre cinco y quince años de edad. La enfermedad no es frecuente en menores de dos años. Una infección por el virus de la parotiditis habitualmente proporciona inmunidad de por vida.
Entre los síntomas, inicialmente aparece dolor y endurecimiento en la zona correspondiente a la glándula parótida (entre el lóbulo de la oreja y la mandíbula), generalmente debido a la inflamación de la zona. Característicamente el lóbulo de la oreja suele elevarse. Tras el contagio, el aumento del tamaño de la glándula salival alcanza su máximo volumen a los dos o tres días. Normalmente, se inflama primero un lado y, en el transcurso de dos días, el otro, pero es posible que sólo afecte a uno de ellos.
El mejor tratamiento es la prevención mediante las vacunas, cuya primera dosis se administra a los quince meses y el refuerzo a los seis años. En general, esta vacuna no suele producir fiebre ni otras complicaciones y su función es la de inducir defensas contra el virus en alrededor del 96 por ciento de las personas que no han tenido contacto previo con el mismo.
Aparecen los síntomas aproximadamente,
de tres a siete días después del contagio
Las complicaciones son poco frecuentes, pero se incluye la inflamación de las meninges
Esta complicación comienza con un inicio brusco de fiebre, náuseas y dolor abdominal
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La parotiditis (paperas) es una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales. La infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los adultos. Es una enfermedad viral producida por el paramixovirus, que, inicialmente, se multiplica en las células del aparato respiratorio y, posteriormente, la sangre lo transporta hacia todos los tejidos, como las glándulas salivales, siendo la principal la parótida.
A tomar en cuenta
El contagio de la enfermedad puede ser por contacto directo o por objetos contaminados con saliva u orina. La parotiditis no es una infección tan contagiosa como la varicela o el sarampión. Las épocas de mayor contagio de esta enfermedad se dan, generalmente, a finales del invierno o al principio de la primavera.
Aunque la afección puede padecerse a cualquier edad, en la mayoría de los casos afecta a niños de entre cinco y quince años de edad. La enfermedad no es frecuente en menores de dos años. Una infección por el virus de la parotiditis habitualmente proporciona inmunidad de por vida.
Entre los síntomas, inicialmente aparece dolor y endurecimiento en la zona correspondiente a la glándula parótida (entre el lóbulo de la oreja y la mandíbula), generalmente debido a la inflamación de la zona. Característicamente el lóbulo de la oreja suele elevarse. Tras el contagio, el aumento del tamaño de la glándula salival alcanza su máximo volumen a los dos o tres días. Normalmente, se inflama primero un lado y, en el transcurso de dos días, el otro, pero es posible que sólo afecte a uno de ellos.
El mejor tratamiento es la prevención mediante las vacunas, cuya primera dosis se administra a los quince meses y el refuerzo a los seis años. En general, esta vacuna no suele producir fiebre ni otras complicaciones y su función es la de inducir defensas contra el virus en alrededor del 96 por ciento de las personas que no han tenido contacto previo con el mismo.
Aparecen los síntomas aproximadamente,
de tres a siete días después del contagio
Las complicaciones son poco frecuentes, pero se incluye la inflamación de las meninges
Esta complicación comienza con un inicio brusco de fiebre, náuseas y dolor abdominal
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