Qatar, la selección con más genética del club Barcelona
Varias cosas salieron a la luz después de que la selección de fútbol de Qatar ganara su primer título, la Copa de Asia, a comienzos de este año. Una, que detrás de su exótica y polémica condición de sede del Mundial 2022 hay un equipo competitivo. Otra, que ese colectivo deportivo tiene...
Varias cosas salieron a la luz después de que la selección de fútbol de Qatar ganara su primer título, la Copa de Asia, a comienzos de este año. Una, que detrás de su exótica y polémica condición de sede del Mundial 2022 hay un equipo competitivo. Otra, que ese colectivo deportivo tiene un ADN definido, nada menos que importado del Fútbol Club Barcelona. La tercera, que detrás de todos estos alumbramientos hay una larga historia...
Pero vayamos por partes. Sabemos que Qatar está invitado a la próxima Copa América de Brasil (se jugará del 14 de junio al 7 de julio) y que integrará el Grupo B, con Argentina (la enfrentará el 23 de junio, en el Arena do Gremio de Porto Alegre, a las 16 horas). Podemos saber también, buscando datos, que hay un enorme júbilo en Doha por el triunfo en la Copa de Asia, toda una hazaña para una selección sin pergaminos, que además le permitió escalar 38 puestos en el ranking FIFA hasta llegar a un inédito escalón 55.
"Estoy muy emocionado por la posibilidad de jugar la Copa América -cuenta su técnico, el catalán de 43 años, Félix Sánchez Bas-. Es una gran competición y una experiencia necesaria para los futbolistas que jugarán el Mundial 2022". Félix también habla de Messi: "Es un jugador único, el mejor de la historia del mundo del fútbol y cualquier equipo notaría su falta en el campo". El entrenador, como veremos, es un personaje central de este relato que nada tiene de salvaje y mucho de esfuerzo y planificación.
La Copa de Asia jugada en enero y definida el 1° de febrero en Emiratos Arabes fue algo así como la presentación en sociedad del fútbol de Qatar y de su técnico. Y no pudo ser mejor. Ganó los siete partidos, con 19 goles a favor y apenas uno en contra, recibido en la final ante Japón. Venció sucesivamente a Líbano (2-0), Corea del Norte (6-0) y Arabia Saudita, dirigida por Juan Antonio Pizzi (3-0) en primera ronda; luego a Irak (1-0) en octavos de final, a la Corea del Sur que eliminó a Alemania en el último Mundial (1-0) en cuartos, al local Emiratos (4-0) en la semifinal y a Japón (3-1) en el partido definitorio.
Todo con un equipo con mayoría de sub 23 años, con jugadores surgidos de un proyecto que empezó a la Academia Aspire (la "fábrica" donde empieza a jugar el ADN Barsa y la mano de Félix Sánchez Bas). Un equipo cuyas principales figuras son, conviene enterarse, el delantero Ali Almoez (22 años, goleador de la Copa Asiática con nueve tantos y mejor jugador) y el generador de juego Akram Afif (22 años, máximo asistente, con cinco, del torneo).
Pero sigamos contando la historia, que no es una de Las Mil y Una Noches de la tradición árabe pero que no está tan alejada tampoco.
Nadie imaginaba, aquella cálida mañana del 17 de noviembre de 2005 en Doha, que Qatar se iba a meter en el mapa del fútbol mundial. La Selección Argentina que dirigía José Pekerman había goleado por 3-0 a la local el día anterior con goles de Juan Román Riquelme, Julio Cruz y Roberto Ayala.
Había sido el primer enfrentamiento entre los dos equipos, sin equivalencias, claro. Después del partido, para sorpresa de los enviados especiales, llegó Diego Maradona a la ciudad, invitado (y seducido por un cachet de 500.000 dólares y la compañía de Pelé) a la inauguración oficial de la Academia Aspire.
Nada especial decía esa gran estructura deportiva de 2,5 kilómetros cuadrados pensada para los Juegos Olímpicos Asiáticos del año siguiente. Pero estaba Diego, que recorrió las instalaciones y dejó una sentencia ante los periodistas argentinos: "La 10 de la Selección la tiene que usar Messi". Leo, que tenía 18 años, jugó aquel amistoso pero recién soltaba sus primeras gambetas con la celeste y blanca. Al año siguiente jugaría su primer Mundial, con la 19 en la espalda.
Tiempo después Maradona desplegaría toda su furia dialéctica contra la FIFA y la decisión de darle el Mundial a Qatar, denunciando sobornos y arreglos. Pero es otra historia, nosotros nos quedamos en Aspire.
La Academia Aspire copió el modelo de la francesa Clairefontaine, con la más alta tecnología aplicada a evaluar y medir a los deportistas, no sólo futbolistas, que se forman allí. Fue creada en 2004 con financiamiento gubernamental y potenciada a partir de la nominación como sede mundialista, Desde 2011 tiene un toque español, de la mano de la contratación de Iván Bravo, un ex dirigente del Real Madrid que está a cargo de su dirección.
Aspire compró dos clubes, Eupen de Bélgica y Cultural Leonesa de la Segunda B de España, y en ellos hicieron su experiencia varios de los jugadores de la Selección. Un dato curioso: los chicos que allí se forman se entrenan de lunes a viernes y el fin de semana juegan para sus respectivos clubes.
Al mismo tiempo buscó a los mejores técnicos formadores. Allí aparece en escena uno de los grandes protagonistas de la historia: elegido por Josep Coiomer (ex coordinador de La Masía), Félix Sánchez Bas llegó a Aspire en 2006, con el crédito de sus diez años de trabajo en la cantera del Barcelona, donde no dirigió a Messi pero sí a Sergi Roberto, Montoya, Deulofeu y muchísimos otros.
Cuando al año siguiente le dieron la Sub 16 se encontró con una sorpresa: en todo el país había apenas 220 chicos fichados con la edad correspondiente. No se acobardó y fue escalando hasta tomar el mando de la Sub 19 en 2014, con la que ganó la Copa Asiática de la categoría. Un catalán duro.
En 2017 Sánchez Bas fue elegido para reemplazar al entrenador uruguayo Jorge Fossati en la Selección Mayor. No faltaron las críticas de quienes esperaban un apellido más rutilante, tampoco la suspicacia de quienes siguen creyendo que Xavi Hernández terminará sentándose en el banco cuando llegue el Mundial. Después de lo que pasó este año no parece tan fácil.
Xavi, ganador de 24 títulos en 17 temporadas con el Barcelona y referente de su estilo de juego, llegó en junio de 2015 a Qatar para jugar en Al-Sadd y desde entonces es una especie de embajador. Su imagen ha logrado mayor magnetismo que las presencias anteriores de Pep Guardiola (jugó dos años, 2003 y 2004, en Al-Ahli), Gabriel Batistuta (las mismas dos temporadas, en Al-Arabi, con 26 goles en 26 partidos, demasiadas lesiones y retiro incluido) y Claudio Caniggia (un año en Qatar FC).
Pero vayamos por partes. Sabemos que Qatar está invitado a la próxima Copa América de Brasil (se jugará del 14 de junio al 7 de julio) y que integrará el Grupo B, con Argentina (la enfrentará el 23 de junio, en el Arena do Gremio de Porto Alegre, a las 16 horas). Podemos saber también, buscando datos, que hay un enorme júbilo en Doha por el triunfo en la Copa de Asia, toda una hazaña para una selección sin pergaminos, que además le permitió escalar 38 puestos en el ranking FIFA hasta llegar a un inédito escalón 55.
"Estoy muy emocionado por la posibilidad de jugar la Copa América -cuenta su técnico, el catalán de 43 años, Félix Sánchez Bas-. Es una gran competición y una experiencia necesaria para los futbolistas que jugarán el Mundial 2022". Félix también habla de Messi: "Es un jugador único, el mejor de la historia del mundo del fútbol y cualquier equipo notaría su falta en el campo". El entrenador, como veremos, es un personaje central de este relato que nada tiene de salvaje y mucho de esfuerzo y planificación.
La Copa de Asia jugada en enero y definida el 1° de febrero en Emiratos Arabes fue algo así como la presentación en sociedad del fútbol de Qatar y de su técnico. Y no pudo ser mejor. Ganó los siete partidos, con 19 goles a favor y apenas uno en contra, recibido en la final ante Japón. Venció sucesivamente a Líbano (2-0), Corea del Norte (6-0) y Arabia Saudita, dirigida por Juan Antonio Pizzi (3-0) en primera ronda; luego a Irak (1-0) en octavos de final, a la Corea del Sur que eliminó a Alemania en el último Mundial (1-0) en cuartos, al local Emiratos (4-0) en la semifinal y a Japón (3-1) en el partido definitorio.
Todo con un equipo con mayoría de sub 23 años, con jugadores surgidos de un proyecto que empezó a la Academia Aspire (la "fábrica" donde empieza a jugar el ADN Barsa y la mano de Félix Sánchez Bas). Un equipo cuyas principales figuras son, conviene enterarse, el delantero Ali Almoez (22 años, goleador de la Copa Asiática con nueve tantos y mejor jugador) y el generador de juego Akram Afif (22 años, máximo asistente, con cinco, del torneo).
Pero sigamos contando la historia, que no es una de Las Mil y Una Noches de la tradición árabe pero que no está tan alejada tampoco.
Nadie imaginaba, aquella cálida mañana del 17 de noviembre de 2005 en Doha, que Qatar se iba a meter en el mapa del fútbol mundial. La Selección Argentina que dirigía José Pekerman había goleado por 3-0 a la local el día anterior con goles de Juan Román Riquelme, Julio Cruz y Roberto Ayala.
Había sido el primer enfrentamiento entre los dos equipos, sin equivalencias, claro. Después del partido, para sorpresa de los enviados especiales, llegó Diego Maradona a la ciudad, invitado (y seducido por un cachet de 500.000 dólares y la compañía de Pelé) a la inauguración oficial de la Academia Aspire.
Nada especial decía esa gran estructura deportiva de 2,5 kilómetros cuadrados pensada para los Juegos Olímpicos Asiáticos del año siguiente. Pero estaba Diego, que recorrió las instalaciones y dejó una sentencia ante los periodistas argentinos: "La 10 de la Selección la tiene que usar Messi". Leo, que tenía 18 años, jugó aquel amistoso pero recién soltaba sus primeras gambetas con la celeste y blanca. Al año siguiente jugaría su primer Mundial, con la 19 en la espalda.
Tiempo después Maradona desplegaría toda su furia dialéctica contra la FIFA y la decisión de darle el Mundial a Qatar, denunciando sobornos y arreglos. Pero es otra historia, nosotros nos quedamos en Aspire.
La Academia Aspire copió el modelo de la francesa Clairefontaine, con la más alta tecnología aplicada a evaluar y medir a los deportistas, no sólo futbolistas, que se forman allí. Fue creada en 2004 con financiamiento gubernamental y potenciada a partir de la nominación como sede mundialista, Desde 2011 tiene un toque español, de la mano de la contratación de Iván Bravo, un ex dirigente del Real Madrid que está a cargo de su dirección.
Aspire compró dos clubes, Eupen de Bélgica y Cultural Leonesa de la Segunda B de España, y en ellos hicieron su experiencia varios de los jugadores de la Selección. Un dato curioso: los chicos que allí se forman se entrenan de lunes a viernes y el fin de semana juegan para sus respectivos clubes.
Al mismo tiempo buscó a los mejores técnicos formadores. Allí aparece en escena uno de los grandes protagonistas de la historia: elegido por Josep Coiomer (ex coordinador de La Masía), Félix Sánchez Bas llegó a Aspire en 2006, con el crédito de sus diez años de trabajo en la cantera del Barcelona, donde no dirigió a Messi pero sí a Sergi Roberto, Montoya, Deulofeu y muchísimos otros.
Cuando al año siguiente le dieron la Sub 16 se encontró con una sorpresa: en todo el país había apenas 220 chicos fichados con la edad correspondiente. No se acobardó y fue escalando hasta tomar el mando de la Sub 19 en 2014, con la que ganó la Copa Asiática de la categoría. Un catalán duro.
En 2017 Sánchez Bas fue elegido para reemplazar al entrenador uruguayo Jorge Fossati en la Selección Mayor. No faltaron las críticas de quienes esperaban un apellido más rutilante, tampoco la suspicacia de quienes siguen creyendo que Xavi Hernández terminará sentándose en el banco cuando llegue el Mundial. Después de lo que pasó este año no parece tan fácil.
Xavi, ganador de 24 títulos en 17 temporadas con el Barcelona y referente de su estilo de juego, llegó en junio de 2015 a Qatar para jugar en Al-Sadd y desde entonces es una especie de embajador. Su imagen ha logrado mayor magnetismo que las presencias anteriores de Pep Guardiola (jugó dos años, 2003 y 2004, en Al-Ahli), Gabriel Batistuta (las mismas dos temporadas, en Al-Arabi, con 26 goles en 26 partidos, demasiadas lesiones y retiro incluido) y Claudio Caniggia (un año en Qatar FC).