Oposición: ¿Solo puede quedar uno?
La “no campaña” por las Primarias ha llegado al punto culminante: la semana previa a las Primarias. En estos días cada uno de los aspirantes opositores debe tratar de capitalizar el “no voto” para acercar simpatizantes a sus fuerzas. Quien mejor explique lo que significa la votación...
La “no campaña” por las Primarias ha llegado al punto culminante: la semana previa a las Primarias. En estos días cada uno de los aspirantes opositores debe tratar de capitalizar el “no voto” para acercar simpatizantes a sus fuerzas. Quien mejor explique lo que significa la votación tendrá alguna opción de avanzar unos centímetros más que sus rivales, si es que eso finalmente sirve para algo.
La reunión del jueves en Santa Cruz entre los Cívicos, los miembros del CONADE y los candidatos opositores acabó en nada, básicamente lo que se preveía, mucha jerga exigente, mucha crítica al TSE, mucha mención a la Democracia, una apelación a la OEA y su carta democrática cuyas posibilidades son mínimas – ni para Venezuela con todo el aparataje se ha activado -, un recuerdo a los presos políticos y “exiliados” y finalmente la constatación de que cada cual jugará sus cartas y sus intereses, sean a favor personal, de su lobby de apoyo o funcionales a terceros.
La Cumbre de opositores, además de darle argumentos al oficialismo para caricaturizar un pretendido cambio liderado abrumadoramente por hombres – blancos – de avanzada edad, ha señalado cuatro opciones supuestamente opositoras, a las que los cívicos instan a fusionarse pero cuya solicitud quedó fuera del documento firmado: cada cual hará lo que quiera, pero ¿Dónde está cada cual?
Carlos Mesa es el mejor situado en las encuestas desde siempre, incluso antes de decidir ser candidato. El expresidente cuenta con un recuerdo difuminado, una apariencia de intelectual que se contrapone a la imagen de Evo Morales y solvencia en el manejo de medios tradicionales. Mesa se sabe el mejor colocado y aunque la carrera es todavía larga, no ve necesario hacer concesiones sino todo lo contrario.
Víctor Hugo Cárdenas es el que tiene el mensaje más claro: Bolsonaro, ultraderecha radical y defensor del pasado gonista. Las encuestas dicen que el descontento en Bolivia no es tan grande como para que un mensaje tan escorado cale entre las grandes masas de votantes, pero también es cierto que las encuestas fallan. Cárdenas utiliza las redes de forma personal y con sello de identidad, mantiene la conversación y más temprano que tarde acabará saltando porque la autenticidad se valora.
A Virginio Lema le pasa lo contrario, maneja las redes con manual y su inclusión en el MNR causa cierta reacción entre los puristas, a pesar de que el tarijeño se ha concentrado en defender el legado del partido rosado, que incluye atacar a Mesa, lo que parece ser uno de sus objetivos y a su vez, es el que le hace ser tildado de funcional al MAS por los otros sectores. Lema espera ganar espacio desde un discurso amable y pausado, que tampoco parece calar entre los votantes, pero confía en arrancar al final.
Óscar Ortíz, por su parte, confía en ganar espacios como opción nacional y niega que se trate de un partido trampa, con objetivos de consolidar bancada en la Asamblea Plurinacional para finalmente ser clave en la toma de decisiones, sea con un Gobierno del MAS, sea con un Gobierno de Mesa.
¿Eso es todo?
Fuera de la reunión quedó PAN BOL, cuya estrategia sigue siendo un misterio, pero que básicamente está cumpliendo con la pauta de lo previsto para las elecciones primarias, lejos de lo planteado por el resto de las formaciones, lo que le sigue costando el sanbenito de ser el partido oficialmente funcional al MAS, algo que niegan.
También fuera quedaron las formaciones de Félix Patzi (Movimiento Tercer Sistema) y Jaime Paz Zamora (PDC), sin dar demasiadas explicaciones, pero que básicamente pretenden diferenciarse y catalogar a la Cumbre como una reunión “de la derecha”.
El Movimiento Al Socialismo ya ha delineado las líneas maestras de su campaña: estabilidad económica e inclusión social; también recordar el pasado, que aunque no es seguro que eso le vaya a dar muchos réditos, sirve para evidenciar que el futuro es el pasado, algo que a los opositores, vistas sus decisiones, no les parece importar demasiado.
La carrera recién comienza.